El fascismo despierta en Italia
La primera imagen del documental Nazirock, filmado por el periodista Claudio Lazzaro, es la manifestaci¨®n celebrada en Roma, el 2 de diciembre de 2006, contra el Gobierno de Romano Prodi. Ante dos millones de personas, una avioneta ense?a el cartel "Silvio, te echamos de menos"; se ven algunas esquelas del "Gobierno Mortadella", se oyen gritos de "Prodi va fan culo", "malditos jueces comunistas", "Gobierno de ladrones y terroristas", "esp¨ªas del KGB", y "viva il Duce". Luego suena Volare, Berlusconi sube al escenario al son de Azurra libert¨¤, el himno de su coalici¨®n, y el l¨ªder posfascista Gianfranco Fini se pone po¨¦tico y define al grupo del que pronto formar¨¢ parte como una "obra de arte de la libertad".
"Aunque los agresores tienen s¨ªmbolos nazis en casa, su ¨²nica ideolog¨ªa es el odio al diferente", dice el fiscal de verona
Entre 2005 y 2008 se registraron en italia 262 casos de violencia fascista contra inmigrantes, gays, gitanos...
En 2007, el alcalde de verona expuls¨® alos gitanos alegando que "perturbaban la belleza del centro hist¨®rico"
"Para lanzarse al acoso y derribo contra Prodi, Berlusconi decidi¨® que no pod¨ªa renunciar 'a priori' a la extrema derecha"
"No tienen valores culturales ni pol¨ªticos, salvo la discriminaci¨®n, la xenofobia y el racismo", explica un jefe antiterrorista
Despu¨¦s, el l¨ªder, sonriente, pelo implantado, zapatos con alzas, 70 a?os, presenta a los nuevos fichajes de la coalici¨®n Casa de la Libertad. Son Alessandra Mussolini, parlamentaria europea, nieta del Duce, l¨ªder de Acci¨®n Social y promotora de un pool electoral en el que figuran varios personajes de post¨ªn: Roberto Fiore, secretario general de Fuerza Nueva, condenado a nueve a?os por pertenencia a banda armada; Luca Romagnoli, l¨ªder del grupo neofascista Fiamma Tricolore, fundado por el fascista Pino Rauti, acusado y nunca juzgado por dos atentados mortales en los a?os de plomo, y Adriano Tilgher, condenado en 1975 por tratar de fundar un partido fascista, absuelto por falta de pruebas en el proceso del atentado de Bolonia de 1980 (85 muertos).
Como sus amigos, Romagnoli es un hombre con empuje: niega el Holocausto y afirma que Hitler fue un gran estadista. La c¨¢mara de Lazzaro le graba subiendo al palco y acerc¨¢ndose a Berlusconi con una bandera de la Fiamma Tricolore. Berlusconi la acaricia y la ondea sin dejar de sonre¨ªr. Sabe que ese 2% de los votos que puede rascar con la nueva vieja derecha es oro puro. "Hac¨ªa unos meses, Il Cavaliere hab¨ªa perdido las elecciones por 20.000 votos, y para lanzarse al acoso y derribo contra Prodi decidi¨® que no pod¨ªa renunciar a priori a la extrema derecha", explica Lazzaro. "De modo que los invita al acto y los legitima. Por un pu?ado de votos".
Apenas trece meses despu¨¦s, en enero de 2008, el Gobierno de centro-izquierda pierde una votaci¨®n de censura por culpa de un tr¨¢nsfuga cooptado por Berlusconi. Hay nuevas elecciones. Prodi se retira, y la feroz campa?a que agitan los medios y las televisiones de Il Cavaliere, sus protestas contra la inseguridad ciudadana y sus promesas de mano dura contra el inmigrante/delincuente cumplen su objetivo.
Aliado con la Liga Norte y con los posfascistas de Alianza Nacional, Berlusconi gana por amplia mayor¨ªa (44%) con su mensaje optimista, xen¨®fobo y personalista en el que no faltan gui?os a la Mafia (el ¨²ltimo d¨ªa sostuvo en televisi¨®n que Vittorio Mangano, mafioso y asesino convicto, fue un h¨¦roe porque nunca le denunci¨®). El Partido Democr¨¢tico de Walter Veltroni logra 12 millones de votos y un 33%, pero no evita una crisis que dura todav¨ªa; la Liga entra al Ejecutivo con su 8%, que se traduce en varios ministerios, entre ellos el de Interior. Forza Nuova obtiene 108.837 sufragios. Y la amiga filofascista de Berlusconi, Daniela Santanch¨¦, llega al 2,4% aliada con Fiamma Tricolore. El Caim¨¢n ha vuelto.
Mientras el rumbo demag¨®gico que marc¨® el pa¨ªs entre 2000 y 2005 se pone otra vez en marcha, asoman signos de que algunos usos y costumbres de la Italia fascista (1922-1943) est¨¢n despertando sin que nadie haga nada por evitarlo. En tres a?os, de 2005 a 2008, se registraron 262 casos de violencia fascista contra j¨®venes de los centros sociales, inmigrantes, gays, gitanos. Y m¨¢s de cien actos vand¨¢licos contra sedes de partido, l¨¢pidas y monumentos partisanos. Cada a?o, 600.000 italianos dejan su tarjeta de visita en la tumba de Benito Mussolini. Cada domingo, decenas de grupos de extrema derecha toman con sus gritos y su parafernalia nazi-fascista los centros de las ciudades con la excusa de animar a su equipo. Como en Espa?a, s¨ª. Pero distinto. El discurso anticomunista de Berlusconi y la ret¨®rica racista de la Liga Norte resuenan a todas horas desde los medios del magnate de la televisi¨®n y forman una ensordecedora espiral de ruido y furia.
El ¨¦xtasis de la nostalgia fascista es la hist¨®rica victoria electoral del ex picchiatore (combatiente en las peleas callejeras contra los rojos de los a?os ochenta) Gianni Alemanno en la segunda vuelta de las municipales de Roma. Por primera vez desde 1943, un fascista (posfascista) se sienta en el capitolio de la Ciudad Abierta. Para festejarlo, sus seguidores suben hasta el Campidoglio haciendo el saludo romano. Berlusconi, que celebra el ¨¦xito sent¨¢ndose en las rodillas a la abeja reina de las velinas, Sabine Began, hace una de sus ocurrentes bromas: "Somos la nueva falange romana".
Unas semanas m¨¢s tarde, el 1 de mayo de 2008, Nicola Tommasoli, un dise?ador gr¨¢fico de 29 a?os, es apaleado por un grupo de j¨®venes neofascistas en el centro hist¨®rico de Verona. La raz¨®n: se hab¨ªa negado a darles un cigarrillo. Tommasoli muere en el hospital y la polic¨ªa arresta a tres de sus agresores: Raffaele delle Donne, Guglielmo Corsi (ambos de 19 a?os) y Andrea Vesentini, de 20. Forman parte de un grupo de aficionados ultras del Verona, el Veneto Fronte Skinheads, y hab¨ªan sido investigados antes por agresiones racistas. Un tribunal acaba de condenar a cuatro de ellos (Vesentini ha sido absuelto) a un total de 50 a?os de c¨¢rcel.
En la banda de Delle Donne, apodado Il?Biondino, figuran 17 j¨®venes ultras, skinheads y neofascistas; algunos, hijos de empresarios e industriales, otros, de obreros. Seg¨²n el fiscal de Verona, Guido Papalia, "actuaban como la banda de La naranja mec¨¢nica, y esperaban encontrar, si no el aplauso, al menos la indulgencia de sus paisanos".
Verona, la ciudad de Romeo y Julieta, est¨¢ regida con mano de hierro por un alcalde de la Liga Norte, Flavio Tosi, una de las estrellas emergentes de la formaci¨®n padana. Tosi pide "penas ejemplares" para los culpables. En 2007, tras ser elegido con el 60% de los votos, hab¨ªa expulsado a los gitanos de la ciudad alegando que "perturbaban la belleza del centro hist¨®rico".
La banda se limita a seguir el ideario y el estilo impuesto por los alcaldes-sheriff que dominan el opulento Noreste italiano. Territorio Padania. Camisas verdes (t¨ªtulo de otra pel¨ªcula de Claudio Lazzaro sobre el racismo lombardo nunca estrenada en Italia). Ciudades-Estado contra los barbarrojas del Sur. Gente como Giancarlo Gentilini, hoy vicealcalde de Treviso, un tipo cordial y grit¨®n, grande como un armario, considerado el regidor m¨¢s fascista de Italia y que justo en aquellos d¨ªas inicia, a sus 78 a?os, su cuarto mandato como sheriff.
En ocho a?os de alcald¨ªa y cinco de vicealcald¨ªa, la pol¨ªtica de "tolerancia doble cero" de Gentilini se ha convertido en el modelo de la Liga Norte y el PDL de Berlusconi para afrontar el complejo fen¨®meno de la inmigraci¨®n. "Han salido muchos sheriffitos, pero el aut¨¦ntico sheriff soy yo", dice Gentilini a este diario en una entrevista realizada en mayo de 2008. Y a?ade: "Lo he hecho todo aplicando las ense?anzas del fascismo y el catolicismo".
Es decir: "Apliqu¨¦ el Evangelio seg¨²n Gentilini, la tolerancia doble cero y el respeto a las leyes. En tres meses desaparecieron los lavacoches y los mendigos, y en un a?o echamos a los vendedores de falsos de pacotilla y baratijas. Yo no soy xen¨®fobo, pero odio a los camellos, a las prostitutas, el comercio de armas, y no puedo tolerar a los gitanos. De hecho destru¨ª dos campamentos n¨®madas porque eran refugio de gente que robaba noche y d¨ªa. No puedo consentir que ni?os gitanos de seis o siete a?os roben a nuestros ancianos".
No se trata de folclor. M¨¢s all¨¢ de la pintoresca pantalla de las velinas y las prostitutas convertidas en candidatas, la caza del gitano y el clandestino ha ocupado al Gobierno italiano durante el primer a?o de legislatura. Una ofensiva racial en toda regla, alentada por los medios de la derecha y tolerada por los del centro-izquierda, elaborada con medidas como el censo de la poblaci¨®n roman¨ª, menores incluidos, y con m¨²ltiples disposiciones represivas, todas ellas condenadas (sin mucho ¨¦nfasis) por los organismos internacionales: continuo desmantelamiento de chabolas sin alternativa de realojamiento, malos tratos y vejaciones policiales, acusaciones falsas y detenciones ilegales, condenas judiciales sin pruebas, reglas contra la mendicidad que contemplan la exacci¨®n de los menores a sus familias, nula integraci¨®n escolar...
Una persecuci¨®n sistem¨¢tica, disfrazada de labor humanitaria. No muy distinta, seg¨²n la ONU, de la emprendida por Bulgaria o Eslovenia, y que, a pesar de las reiteradas condenas del Parlamento Europeo, ha logrado su objetivo principal: echar del pa¨ªs a los gitanos, rumanos sobre todo, hasta dejar una cifra testimonial. Seg¨²n Roberto Malini, director de la ONG EveryOne, de los 165.000 gitanos que hab¨ªa residiendo en Italia en 2008, hoy quedan cerca de 35.000, italianos incluidos, y la presencia de rumanos se ha reducido al m¨ªnimo, "unos 3.000". "Con la excusa de la emergencia, el Gobierno ha dado 24 millones de euros para construir nuevos campamentos-guetos. Y el Consejo de Estado dijo el 5 de agosto que era legal la toma de huellas digitales y la obligaci¨®n de portar tarjetas identificativas en el pecho con la palabra rom".
En vista del clima reinante, un aficionado ultra se permiti¨® decir hace unos meses en una radio tem¨¢tica de aficionados violentos: "Personalmente, estoy en contra del odio a las personas de color del centro de ?frica... Pero, sinceramente, un gitano destrozado a golpes de cadenas o torturado como un perro, me gustar¨ªa". Y a?ad¨ªa: "Qu¨¦ desgracia que Hitler se preocupara s¨®lo de los jud¨ªos y no mucho de ellos".
Si se observa de cerca, la pol¨ªtica emprendida por el Gobierno Berlusconi frente a las minor¨ªas y los inmigrantes, con el Paquete de Seguridad impulsado por el ministro del Interior Roberto Maroni (Liga Norte), no ha tenido en estos meses gran cosa que envidiar al ideario de Forza Nuova. De hecho, eso afirma el propio portavoz romano de la agrupaci¨®n (5.500 inscritos), Gianguido Saletnich, que ha respondido a un cuestionario por correo electr¨®nico: "Este Gobierno ha hecho suyas muchas ideas de Forza Nuova, como el cierre de las fronteras a los clandestinos o el uso de militares para vigilar el territorio, cosas que hab¨ªamos propuesto nosotros primero en la campa?a electoral".
Pero donde el sheriff Gentilini ha creado escuela es en el trato dispensado a los homosexuales. ?l fue el primero que acometi¨® una "limpieza ¨¦tnica de maricones". Lo explicaba as¨ª en la entrevista: "Junto al hospital de Treviso hay un aparcamiento, y algunos vecinos vinieron a decirme que hab¨ªa all¨ª hombres y mujeres que de madrugada ped¨ªan prestaciones. La gente estaba aterrorizada. Ped¨ª a la comandante de la polic¨ªa municipal que investigara, me dijo que, en efecto, hab¨ªa all¨ª homosexuales, lesbianas y otras especies de esa categor¨ªa, dije que en tres d¨ªas quer¨ªa ese lugar liberado, los arrestamos, los identificamos e hicimos la limpieza. Dijeron que soy un hom¨®fobo, pero no es verdad. Cada cual es ¨¢rbitro de su propio cuerpo. Soy incluso favorable a la prostituci¨®n libre, pero las efusiones amorosas no pueden realizarse en los espacios municipales. En clubes y casas, lo que quieran, pero sin penalizar a los ciudadanos. Me compararon con las leyes raciales de Hitler. Bah, un ardid para vender peri¨®dicos".
Algunos italianos parecen compartir las creencias de Gentilini sobre los homosexuales. En un pa¨ªs donde en nombre de la religi¨®n (y de la escasa valent¨ªa del centro-izquierda) todav¨ªa no hay una ley de parejas de hecho, los gays ya ni sue?an con ver reconocidos sus derechos. El sentimiento lo ejemplifica Roberto Fiore, l¨ªder de Forza Nuova, que en una arenga a sus chicos en la pel¨ªcula Nazirock afirma: "Levantaremos las barricadas contra el matrimonio homosexual, los valores cristianos son valores santos, son valores pr¨ªncipe".
En los ¨²ltimos meses, la falta de reacci¨®n oficial ante los continuos ataques que ha sufrido la comunidad gay ha sembrado el p¨¢nico en ese sector de la poblaci¨®n. Tras el encadenamiento de agresiones (m¨¢s de 60 s¨®lo este a?o) en Roma, Florencia, Mil¨¢n y N¨¢poles a manos de encapuchados de extrema derecha, las asociaciones de homosexuales han denunciado que en el pa¨ªs "se ha instalado la licencia de agredir gracias a la deriva violenta de la falsa propaganda: un Decreto de Seguridad que no defiende a nadie, la instigaci¨®n a la violencia escuadrista y la homofobia son las verdaderas alarmas sociales de este pa¨ªs".
El pasado 26 de agosto, una pareja de turistas gays fue agredida por un grupo de j¨®venes en pleno centro hist¨®rico de N¨¢poles, ante la indiferencia general. Poco despu¨¦s, un grupo de homosexuales pidi¨® asilo pol¨ªtico de forma simb¨®lica en el consulado espa?ol de Mil¨¢n.
La batalla contra el diferente, todo tipo de diferente, es una reivindicaci¨®n hist¨®rica de la Liga Norte. "Su racismo de taberna puso primero en el punto de mira al terrone, el paleto meridional; luego a los albaneses, los negros, los gitanos, finalmente los ¨¢rabes", cuenta Claudio Lazzaro. La teor¨ªa de Gentilini sobre los musulmanes, que se inspira en viejos discursos de Umberto Bossi, l¨ªder de la agrupaci¨®n, es ¨¦sta: "Hay que aplicar la religi¨®n de Estado eliminando los intentos de construir mezquitas, porque son lugares de encuentro y refugio de gente de la que no se sabe su identidad, ni de d¨®nde vienen. Y es in¨²til que me digan que una mezquita es como una iglesia, porque ya sabemos que el islam persigue la eliminaci¨®n del infiel, mientras el cristianismo se inspira en el perd¨®n y la conversi¨®n".
La otra petici¨®n hist¨®rica de la Liga son las patrullas ciudadanas, la llamada justicia fai da te, que el Gobierno ha legalizado finalmente este a?o creando una encendida pol¨¦mica. Las patrullas denotan una desconfianza ancestral en las fuerzas del orden estatales. "La Liga siempre ha aspirado a tener su propia polic¨ªa para controlar el territorio", explica Lazzaro. "Las patrullas son el primer paso".
Berlusconi, que tantas veces ha deslegitimado a los jueces, y que recientemente ha acusado a los fiscales anti-Mafia de usar el dinero p¨²blico para investigar historias que "s¨®lo intentan hacer da?o al pa¨ªs", ha recortado dr¨¢sticamente los recursos destinados a las fuerzas de seguridad. Los sindicatos policiales han denunciado que nunca desde la II Guerra Mundial hab¨ªan sufrido semejantes recortes.
A falta de polic¨ªas, los s¨¢bados por la noche, con el buen tiempo, los j¨®venes violentos de Verona patrullaban la ciudad en "rondas preventivas" contra los inmigrantes. Hac¨ªan la justicia por su cuenta. Pegaban a gente de color, a vendedores de khebab, a italianos del sur. "Les bastaba encontrar a uno que llevaba el pelo largo y la emprend¨ªan a golpes", dijo el fiscal de Verona.
El ataque al dise?ador gr¨¢fico Tommasoli no tuvo siquiera connotaciones pol¨ªticas. Seg¨²n la fiscal¨ªa, se trat¨® de un acto de violencia gratuita contra alguien que, simplemente, era diferente: "Aunque los agresores tienen s¨ªmbolos nazis en casa, su ¨²nica ideolog¨ªa es el odio al diferente", explic¨® el fiscal. "Al que no se viste como nosotros, no come lo mismo, no habla con nuestro acento, al que, seg¨²n ellos, ofende el decoro de la ciudad".
"No nos drogamos, no bebemos, somos gente de orden", dijo Delle Donne tras entregarse a la polic¨ªa. "Un buen chico sin vicios, hijo de la buena burgues¨ªa, estudiante, como tantos otros por estos lares que pensaban limpiar el mundo matando gente", apostill¨® el fiscal.
El Veneto Fronte Skinheads es una organizaci¨®n de extrema derecha "muy arraigada en el territorio". Por desgracia, no es la ¨²nica. Un informe de los Servicios Secretos revel¨® hace unos meses que en Italia hay al menos 55.000 j¨®venes y 65 grupos ultras de inspiraci¨®n neonazi y neofascista actuando, sobre todo, en el norte, Trentino Alto Adige y V¨¦neto, pero tambi¨¦n en Emilia Roma?a, Toscana, Lazio.
El director de la Polic¨ªa de Prevenci¨®n, Carlo de Stefano, aclara que el objetivo de esos grupos no tiene ya nada que ver con el f¨²tbol: "Les mueve la violencia en s¨ª misma, contra el distinto por el color de piel, el credo religioso o simplemente la manera de vestir". "No tienen valores culturales ni pol¨ªticos", a?ade este jefe antiterrorista italiano, "salvo la discriminaci¨®n, la xenofobia y el racismo".
El fen¨®meno preocupa cada vez m¨¢s a la opini¨®n p¨²blica. El libro-reportaje Oltrenero [M¨¢s all¨¢ del negro], del fot¨®grafo Alessandro Cosmelli y el reportero Marco Mathieu, cuyas poderosas fotos ilustra este texto; los ensayos de Saverio Ferrari, miembro del Observatorio Democr¨¢tico de las Nuevas Derechas, o las pel¨ªculas de Claudio Lazzaro ponen de manifiesto que, como ha dicho el escritor siciliano Andrea Camilleri, creador del comisario Montalbano, "Italia nunca ajust¨® las cuentas con el fascismo, y ¨¦ste est¨¢ resurgiendo en formas nuevas".
Ferrari, autor de Le nuove camiccie brune [Las nuevas camisas pardas], que se edit¨® en abril, habla de un salto de calidad y de cantidad en ese fen¨®meno: "Ha habido dos muertos y siete intentos de homicidio, ya no son s¨®lo ataques contra las sedes de la izquierda. Ahora golpean a las personas: militantes j¨®venes, homosexuales, inmigrantes, redskin. La caracter¨ªstica fundamental es que cada vez m¨¢s se ataca con cuchillos, m¨¦todo copiado de las curvas de los estadios, de las aficiones, que monopoliza la extrema derecha. El fen¨®meno se ha hecho cada vez m¨¢s nazista y menos fascista, en l¨ªnea con los otros pa¨ªses europeos. Los que quedaron fuera de la legitimaci¨®n del posfascismo se han volcado hacia el nazismo, usan iconograf¨ªas de las SS, copian modelos pol¨ªticos de los viejos colaboracionistas, como la Guardia de Hierro rumana, y claman contra los jud¨ªos. Pese a todo, la derecha del Gobierno se sigue aliando con estos grupos, les sirve de contenedor, les ofrece espacio en el PDL y legitima el racismo y el fascismo. En Mil¨¢n, hace unos d¨ªas, Mario Borgezio, parlamentario europeo de la Liga, se ha aliado con un c¨ªrculo neofascista llamado Cuore Nero".
Al mismo tiempo, la violencia en las ciudades es cada vez menos pol¨ªtica, explica Ferrari. "Los jueces han detectado la presencia de bandas criminales en las curvas [de los estadios], que son lugares de comercio y negocios. Por ejemplo, en la afici¨®n del Inter, la Juventus, el Milan, que hist¨®ricamente era m¨¢s de izquierda y hoy est¨¢ dominada por Los Guerreros Ultras, una banda criminal sin ideolog¨ªa. No estamos ya ante un fen¨®meno pol¨ªtico cultural o deportivo, sino ante bandas de delincuentes que hacen negocios vendiendo entradas, droga, souvenirs. Aunque muchos grupos neofascistas han hecho proselitismo en los estadios".
Otro de los epicentros del fen¨®meno es Casa Pound, un movimiento y un centro social neofascista, llamado as¨ª en honor del poeta estadounidense Ezra Pound, situado en un edificio ocupado en 2003 en el barrio Esquilino de Roma. Su l¨ªder es Gianluca Iannone, periodista, ex miembro del Frente de Juventud (juventudes del Movimiento Social Italiano) y fundador de un sello discogr¨¢fico independiente y de una banda de rock, los Zetazeroalfa. En sus conciertos, sus seguidores bailan mientras se pegan unos a otros con los cinturones. Iannone ha sido candidato a la c¨¢mara de diputados por Fiamma Tricolore y ha fundado Radio Bandera Negra.
El f¨²tbol, el culto a Hitler, la m¨²sica hardcore y el rock identitario, las ocupaciones de casas, la nostalgia del grupo Terza Posizione, que sembr¨® el terror a finales de los setenta; el Blocco Studentesco, que revent¨® hace unos meses las protestas estudiantiles contra la reforma educativa del Gobierno; las agresiones continuas, las ideas de la Liga y de Forza Nuova elevadas a leyes de Estado, las frases revisionistas de Berlusconi sobre Mussolini ("no mat¨® a nadie, mandaba a los opositores de veraneo"), y el f¨¦rreo control de los medios de comunicaci¨®n que ejerce el primer ministro conforman un panorama confuso, opaco, cada d¨ªa m¨¢s inquietante.
En Nazirock, una voz espa?ola, la de Manuel Andrino, jefe de Falange, hablando ante el congreso de Forza Nuova, aporta claridad: "?Adelante, camaradas, hasta el exterminio total de los enemigos!".
"Legitimado, si no alentado desde el poder, cabalgando a lomos de la industria del miedo agitada por los medios de Berlusconi, y azuzado por la ignorancia, el nuevo fascismo italiano ha salido de las alcantarillas", afirma Claudio Lazzaro. "Pero ser¨ªa err¨®neo afirmar que estamos en una dictadura y que Berlusconi es un neofascista. La historia no se repite nunca de la misma forma. Estamos frente a algo nuevo, ante una anomal¨ªa de los c¨¢nones de la democracia equivalente sin duda a lo que el fascismo represent¨® en su d¨ªa. Es un nuevo tipo de dictadura que trata de eliminar la separaci¨®n de poderes y de esclavizar a la prensa. Es sin duda una deriva antidemocr¨¢tica".
"Quiz¨¢ se pueda llamar empresarismo autoritario", concluye Lazzaro, porque Berlusconi se comporta como un consejero delegado, y considera que la prensa y las televisiones son su ¨®rgano de informaci¨®n. En 15 a?os ha modificado el ADN de los italianos, ha sacado lo peor de nosotros y ya no nos reconocemos. Pero su t¨¦cnica de marketing pol¨ªtico es sencilla, estaba ya en Mi?lucha, de Hitler: haz feliz al m¨¢s ignorante, dir¨ªgete al m¨¢s est¨²pido de la masa y as¨ª llegar¨¢s a los grandes n¨²meros. Se trata de entenderlo, de darle un nombre y de combatirlo. Pero me temo que cuando lo hayamos entendido ser¨¢ demasiado tarde".
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