Dos estirpes pugnan por Grecia

Tsunami verde (el color del Pasok) frente a colapso azul (el de Nueva Democracia). O, lo que es lo mismo, un cara a cara en las urnas entre los ep¨ªgonos de las dos dinast¨ªas pol¨ªticas m¨¢s importantes de la Grecia contempor¨¢nea: de un lado, las promesas de cambio del socialista Yorgos Papandreu; al otro, el derrotismo apenas disimulado del derechista Kostas Karamanlis, primer ministro en funciones.

La principal diferencia entre ambos: la "imagen de esperanza" del primero -el entrecomillado es de la prensa local-, frente al "enrocamiento en la derecha y en el patriotismo partidista" -¨ªdem- de Karamanlis, que no se cansa de repetir mensajes apocal¨ªpticos sobre las dificultades econ¨®micas que el pa¨ªs deber¨¢ afrontar los dos pr¨®ximos a?os. No le falta raz¨®n, se?alan todos -y certifican las previsiones del FMI hechas p¨²blicas el jueves, que indican que Grecia entrar¨¢ en recesi¨®n a finales de 2009-, pero el discurso de Papandreu ha inflamado m¨¢s el coraz¨®n de los votantes, a juzgar por las encuestas y por el entusiasmo desatado en sus m¨ªtines.

Papandreu, favorito en las encuestas, es "la imagen de la esperanza"

Karamanlis supone "el enrocamiento de la derecha", seg¨²n la prensa local

Parece que la experiencia de gobierno -ha ocupado tres carteras en gabinetes socialistas entre 1988 y 2004- y, sobre todo, la traves¨ªa del desierto que han supuesto seis a?os en la oposici¨®n, han terminado de hacer a Papandreu, presidente de la Internacional Socialista desde 2006 y un hombre con un aplastante curr¨ªculo acad¨¦mico. Soci¨®logo de formaci¨®n por las universidades de Estocolmo, London School of Economics y Harvard (EE UU), pol¨ªglota y especialista en relaciones internacionales, el joven Papandreu (St. Paul, Minessotta, EE UU, 1952) ha ido ganando en tir¨®n popular a medida que se desvanece el recuerdo de su padre, Andreas Papandreu (1919-1996), aut¨¦ntico animal pol¨ªtico -para lo bueno y para lo malo- y fundador en 1974, nada m¨¢s caer la dictadura de los coroneles, del Movimiento Socialista Panhel¨¦nico (Pasok).

Si, como las encuestas prev¨¦n, el Pasok logra hoy mayor¨ªa suficiente en las urnas para formar gobierno -lo que depender¨¢ del resultado de los partidos minoritarios, pues el sistema electoral es proporcional-, Yorgos Papandreu ser¨¢ el tercer primer ministro de la familia, en una sucesi¨®n ininterrumpida de poder que inici¨® su abuelo Yorgos (1888-1968) en los a?os de la posguerra y luego continu¨® su padre, Andreas, en dos periodos (1981-1989 y 1993-1996), aunque el final de su carrera se vio oscurecido por esc¨¢ndalos amorosos -dej¨® a su esposa, Margaret, madre del actual candidato, por una joven azafata, Dimitra Liani, que le arrastr¨® por la pendiente del chismorreo- y por flagrantes casos de corrupci¨®n como el de la presunta financiaci¨®n irregular del Pasok, o caso Koskotas, en 1989.

As¨ª que, para matar pol¨ªticamente al padre, el candidato ha necesitado m¨¢s de una d¨¦cada de trabajo. La imagen que ofrece es bien distinta de la de Andreas: frente al nacionalismo exaltado y la err¨¢tica pol¨ªtica exterior de aqu¨¦l, sobre todo en sus primeros mandatos, Yorgos es un europe¨ªsta convencido, mantiene excelentes relaciones con Turqu¨ªa -el enemigo por antonomasia en el imaginario griego- y no duda en hacer propios conceptos de la pol¨ªtica estadounidense, no en balde tiene la doble nacionalidad, como hijo de madre norteamericana.

Un asesor de Papandreu que requiere el anonimato subraya la evidente diferencia entre el presidente Obama y el pol¨ªtico griego en lo que se refiere al carisma, pero tambi¨¦n "que se siente subyugado por el Yes, we can y, como Obama, tiene una profunda convicci¨®n en la necesidad de un cambio, no s¨®lo hoy en las urnas, sino a 50 a?os vista. Tiene voluntad de futuro, voluntad de Estado".

La tarjeta de visita del candidato Karamanlis (Atenas, 1956), sobrino de quien fuera durante dos mandatos presidente de Grecia y figura principal de la derecha Konstantinos Karamanlis, no ofrece el cosmopolitismo de su rival. El rasgo m¨¢s rese?able de su personalidad es la moderaci¨®n, que aqu¨ª suele traducirse por tibieza, o incluso falta de energ¨ªa en momentos decisivos -esta campa?a, o la revuelta juvenil de diciembre pasado-, como atestiguan las cr¨ªticas recibidas incluso en el seno de su propio partido por quienes le ped¨ªan mano dura contra los manifestantes o m¨¢s agresividad verbal en los discursos y las proclamas.

Y la tibieza se paga cara en un pa¨ªs sin medias tintas como ¨¦ste, porque, pese a que el 85% de los griegos aseguren no confiar en los partidos pol¨ªticos, seg¨²n datos de un Eurobar¨®metro, Grecia vive la pol¨ªtica como si fuera una disciplina ol¨ªmpica en la que lo importante no s¨®lo es participar, sino tambi¨¦n llevarse la medalla (y as¨ª, asegurar el porvenir de la parroquia que ha aupado a cada candidato hasta el esca?o o el cargo).

Al rev¨¦s que la de su oponente en las urnas, la trayectoria de Kostas Karamanlis, licenciado en Derecho por la Universidad de Atenas y vicepresidente del Partido Popular Europeo, ha ido en estos a?os de m¨¢s a menos: debut¨® a lo grande, en volandas del ¨¦xito de los JJ OO de 2004, y seis a?os despu¨¦s ha tirado anticipadamente la toalla, sembrando de inc¨®gnitas su partido y a rebufo de su rival en las urnas, aunque ¨¦stas, como siempre, tengan la ¨²ltima palabra.