El agente excitador

Escribe el profesor Antonio Hernando, director del Instituto de Magnetismo, sobre la importancia de la derivada. Se?ala que la sensibilidad tanto de los sentidos como del intelecto es proporcional a la derivada del agente excitador. Por algo, insiste, las ecuaciones de Maxwell, quiz¨¢ la formulaci¨®n m¨¢s importante debida al intelecto, son igualdades entre derivadas. As¨ª que un est¨ªmulo constante, como el movimiento uniforme, no cuente, mientras que la aceleraci¨®n, el cambio, sea lo que nos afecte.

De regreso al momento pol¨ªtico e informativo que vivimos todo lo anterior se traduce en la irrelevancia de las portadas del diario El mundo durante cinco a?os a base de El Egipcio, El Chino, la mina de la Camocha, la Kangoo, las cintas de la orquesta Mondrag¨®n y todas las figuritas adicionales del bel¨¦n armado en torno a la masacre del 11-M. Como tampoco han tra¨ªdo consecuencias las primeras p¨¢ginas de EL PA?S dedicadas a los trajes de Francisco Camps. Pero cuando El mundo la emprende con Mariano Rajoy o EL PA?S dedica un editorial cr¨ªtico a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero se satura la centralita.

Zapatero ha establecido una relaci¨®n especial con algunos medios que le han sido muy cr¨ªticos

Se dir¨ªa que estamos viviendo circunstancias cruciales. El presidente del Gobierno ha perdido credibilidad, se ha dejado ganar por la desconfianza y vuelve sus ojos en busca de adhesiones incondicionales. Ya tiene un grupo naciente de comunicaci¨®n af¨ªn aunque todav¨ªa insuficiente. Nunca ha puesto sus complacencias en el grupo PRISA, sospechoso de filofelipismo vetero testamentario.

Adem¨¢s, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha establecido una relaci¨®n especial con algunos medios que le han sido muy cr¨ªticos. As¨ª, con la COPE de Federico Jim¨¦nez Losantos, de cuya brutalidad piensa haber sacado buen partido. Recordemos la campa?a electoral de marzo de 2008, cuando aquellos anuncios en Catalu?a "?Dudas?, escucha la COPE". El c¨¢lculo sobre el efecto bumer¨¢n del extremismo radiof¨®nico de los obispos se demostr¨® acertado. En cuanto a Jota Pedro, la relaci¨®n de Rodr¨ªguez Zapatero presenta algunas similitudes con la actitud de Adolfo Su¨¢rez, cuando era presidente del Gobierno, respecto al diario EL PA?S. Porque Su¨¢rez soportaba las cr¨ªticas del diario en la esperanza de que alg¨²n d¨ªa llegar¨ªa a merecer la patente de dem¨®crata que en aquellos a?os otorgaban sus p¨¢ginas. Ahora, todo sucede como si para ZP fuera Jota Pedro quien tuviera ese poder de homologaci¨®n. Por eso, los padecimientos que le inflige no deben apuntarse a un masoquismo in¨²til sino que los soporta en aras de un logro decisivo que desea obtener.

En v¨ªsperas de un libro desigual pero esclarecedor sobre Jota Pedro, donde queda claro que s¨®lo le ha movido la b¨²squeda del ¨¦xito y de la propia prosperidad, sin ning¨²n otro condicionamiento ni fidelidad a nada ni a nadie, se ha conocido la promesa formulada de arruinar y cerrar el peri¨®dico que tiene por delante, creyendo as¨ª prestar un servicio al presidente que le distingue con su afecto.

El primer movimiento emula otras maniobras cumplidas por Luis Mar¨ªa Anson cuando hizo un Abc m¨¢s militarista que el diario El Alc¨¢zar para quedarse con los lectores hu¨¦rfanos tras su cierre y procedi¨® despu¨¦s a convertir Abc en un basti¨®n m¨¢s cat¨®lico que el diario Ya para vaciarlo de sus incondicionales.

Se pronostica en consecuencia un momento de zapaterismo subido en el diario de Jota Pedro, para dar consueling a quienes pudieran sentirse dolidos por la cr¨ªtica que refleje el competidor. Las objeciones carecen de sentido. Pero tampoco lo tendr¨ªa que alguien se sintiera sorprendido por aquello que es del todo previsible. El desfile de Juan Tom¨¢s de Salas y de Mario Conde en adelante es aleccionador y no presenta excepciones. Los encumbrados fueron despu¨¦s arrastrados por el fango porque el ¨²nico criterio ha sido ese de "yo soy el camino, la verdad y la vida".

Mientras, recordemos que la informaci¨®n es en s¨ª misma una magnitud cient¨ªfica, al menos desde los a?os cuarenta del siglo pasado cuando C. Shannon estableci¨® que "la informaci¨®n que obtenemos despu¨¦s de presenciar un suceso, crece de modo directamente proporcional con la disminuci¨®n de la probabilidad que tal suceso ten¨ªa antes de ocurrir". O sea, que asistir a un suceso de alta probabilidad es irrelevante a efectos de la informaci¨®n obtenida mientras que los sucesos raros, improbables, son muy ricos en informaci¨®n y suscitan por consiguiente la atenci¨®n del p¨²blico.