Primero, los colegios

En Espa?a, la obesidad ya ha hecho saltar las alarmas. El 9,13% de los ni?os y adolescentes la sufre, y el 18,48% tiene sobrepeso. Adem¨¢s, uno de cada dos adultos sufre este ¨²ltimo problema. Por eso, el Gobierno ha declarado la guerra a la "primera epidemia no v¨ªrica del siglo XXI", como la define la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, mediante un anteproyecto de ley. Su objetivo es impulsar la Estrategia para la nutrici¨®n, actividad f¨ªsica y prevenci¨®n de la obesidad (NAOS) d¨¢ndole un rango de ley.

Entre las medidas que propone el anteproyecto de ley -que debe ser debatido con la industria y las comunidades aut¨®nomas-, que analiz¨® el pasado viernes el Consejo de Ministros, se incluye erradicar de las m¨¢quinas expendedoras de bebidas y comida de los colegios todos los productos insanos. Adem¨¢s, el Gobierno limitar¨¢ a un 2% el contenido de grasas saturadas trans de todos los alimentos comercializados en Espa?a. Una medida importante, si se tiene en cuenta que muchos alimentos tienen un ¨ªndice mayor de estos l¨ªpidos (desde la margarina, que lleva alrededor de un 20%, hasta las patatas fritas, que tienen un 5,8%), y que sigue la estela de otros pa¨ªses de la UE, como Dinamarca, que ya han limitado a un 2% la presencia de esas sustancias en sus productos.

Adem¨¢s, se obligar¨¢ a que los alimentos lleven una etiqueta con la informaci¨®n nutricional b¨¢sica: cu¨¢ntos hidratos, grasas y az¨²cares contienen. C¨®mo ser¨¢ la etiqueta y d¨®nde ir¨¢ se decidir¨¢ junto al resto de pa¨ªses de la UE.

El nuevo proyecto del Gobierno, que ultiman los ministerios de Sanidad y Medio Ambiente, recoge tambi¨¦n que los famosos no podr¨¢n anunciar comida basura y que el denominado programa PAOS, dirigido a que los medios y las empresas se autorregulen en materia de publicidad para evitar que el ni?o sea su propio prescriptor a la hora de elegir su alimentaci¨®n, deje de ser voluntario.

Todo ello dirigido a paliar los efectos de esta enfermedad con un alt¨ªsimo precio econ¨®mico -el coste m¨¦dico por atender a un obeso es un 36% mayor que el de una persona que no lo es- y social, ya que la obesidad moderada acorta la vida en unos tres a?os, y la m¨®rbida, en 10.