Mentirosos y c¨ªnicos
Un destacado dirigente me confes¨® en una ocasi¨®n que un pol¨ªtico debe aprender a mentir. Y cuando mienta, lo debe hacer con la absoluta convicci¨®n de que est¨¢ diciendo la verdad.
A esa habilidad habr¨ªa que sumar otra imprescindible: el cinismo, que no es sino la desverg¨¹enza en el mentir. A?adan unas gotas de corrupci¨®n y habremos conseguido un brebaje capaz de alejar al ciudadano de la pol¨ªtica y los pol¨ªticos por d¨¦cadas. Probemos un par de esos c¨®cteles.
El alcalde popular de La L¨ªnea, Juan Carlos Ju¨¢rez, ha sido obligado por una sentencia de la Audiencia a dejar la alcald¨ªa. Ju¨¢rez ha presentado su marcha forzosa de la poltrona como una "dimisi¨®n" voluntaria. Su jefe de filas, Javier Arenas, ha elogiado su "coherencia", que es "merecedora de respeto". Ju¨¢rez lleg¨® a la alcald¨ªa de la mano del GIL, aquella escuela de corrupci¨®n fundada por Jes¨²s Gil, y se pas¨® m¨¢s tarde al PP. Tiene pendiente otras cuatro causas judiciales por prevaricaci¨®n, malversaci¨®n y tr¨¢fico de influencias y Arenas lo sabe. Ju¨¢rez sigue siendo presidente del PP local. El presidente del PP afirma, sin embargo, que la gobernabilidad en La L¨ªnea est¨¢ asegurada.
A unos 50 kil¨®metros al este de La L¨ªnea, se encuentra Estepona. All¨ª, la gobernabilidad no est¨¢ garantizada, afirma Arenas, mientras su correligionaria Celia Villalobos pide en el Congreso de los Diputados la disoluci¨®n de la Corporaci¨®n. Y no lo est¨¢ porque los cuatro ediles del PP han sumado sus fuerzas a las de otros ocho concejales pr¨®fugos de diversos partidos (cinco del PSOE), para hacerle la vida imposible al alcalde socialista, David Valadez.
Nada que objetar, en principio. Lo malo es que esos ocho concejales est¨¢n imputados en el caso de corrupci¨®n m¨¢s grave registrado en la Costa del Sol, despu¨¦s de Marbella. Todos juntos, pr¨®fugos y populares, han protagonizado un bochornoso espect¨¢culo al eliminar en un pleno las tasas de basura y de alcantarillado en un municipio entrampado hasta las cejas.
En buena lid, el PP deber¨ªa apoyar transitoriamente, o al menos no obstruir, la gobernabilidad en Estepona. Aunque s¨®lo sea por la valent¨ªa que tuvo su actual alcalde, David Valadez (PSOE), al denunciar en 2006 la trama corrupta que gobernaba el municipio. El alcalde de entonces, el socialista Antonio Barrientos (en libertad bajo fianza) y otras 62 personas m¨¢s, entre concejales (los ocho aliados del PP), t¨¦cnicos y empresarios, resultaron imputadas.
Pero no. En un alarde de cinismo, el PP prefiere apoyarse en presuntos corruptos para atacar a quien denunci¨® la corrupci¨®n.
Todo, por el voto. Por desgracia para la democracia, en este pa¨ªs estar implicado en casos de corrupci¨®n no parece ser una desventaja ante las urnas, sino todo lo contrario. Lo vimos en las ¨²ltimas elecciones municipales, cuando el imputado por prevaricaci¨®n, cohecho y blanqueo de capitales, y en libertad bajo fianza, Juan Mart¨ªn Ser¨®n (PP), alcalde de Alhaur¨ªn el Grande, obtuvo 5.547 votos m¨¢s que en las elecciones de 2003.
Lo vemos en la Comunidad Valenciana, donde su presidente, Francisco Camps, enfangado hasta el atildado cuello de su camisa por corruptelas varias, afirma que, a pesar de la G¨¹rtel, ganaron las elecciones europeas y ganar¨¢n las auton¨®micas.
?Qu¨¦ pena de pa¨ªs! Un pa¨ªs de c¨ªnicos y mentirosos. Un pa¨ªs con unos dirigentes y unos electores que parecen seguir la doctrina marcada por los abogados de Berlusconi, el consigliere de Aznar y del yern¨ªsimo Agag, de que "la ley es igual para todos, pero no su aplicaci¨®n".
O sea: f¨®rrense, acepten trajes, bolsos, relojes de 20.000 euros, coches de 65.000, o mejor a¨²n, fajos de billetes de 500 euros, porque no pagar¨¢n factura alguna. Sus fieles les seguir¨¢n votando y la ley se la aplicar¨¢n al estilo Berlusconi. El padrino.
De hecho, ya ten¨ªan un Don Vito: Correa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.