Los vecinos llevan la narcosala del Raval a los tribunales

"En la narcosala hay seis tristes sillas, separadas por seis m¨ªnimas mamparas. S¨®lo te dan 20 minutos para pincharte y hay demasiada gente. No tengo la intimidad suficiente para consumir". Quien as¨ª habla es un toxic¨®mano sin rostro y sin nombre que, en un v¨ªdeo grabado por un vecino del Raval, cuenta los motivos que lo empujan a pincharse en la calle, a pocos metros de la sala de venopunci¨®n Baluard. El documento, que ayer se present¨® a la prensa, t¨¦cnicos sociales y polic¨ªas, se adjuntar¨¢ a la denuncia que la Asociaci¨®n de Amigos del Arc del Teatre presentar¨¢ contra la Agencia de Salud P¨²blica de Barcelona con el objetivo de que se cierre la sala.

"El centro no funciona y perjudica a m¨¢s personas de las que beneficia", censura un vecino, ?scar Urdeitx, cifras en mano: "La narcosala recibe unas 300 visitas al d¨ªa y, desde el pasado lunes, hemos recogido 782 firmas de personas que se declaran afectadas por la presencia de drogadictos en la calle". El foco del problema, asegura Urdeitx, es el centro de venopunci¨®n Baluard, que se abri¨® hace cuatro a?os en la plaza de Blanquerna. Ante la desconfiada mirada de los vecinos presentes en el acto, Xavier Maj¨®, t¨¦cnico del Departamento de Salud, reconoci¨® que la narcosala "es insuficiente", pero insisti¨® en que el centro "no es el problema, sino la soluci¨®n". Y se abri¨® la caja de Pandora. El coloquio, que se vislumbraba tranquilo, se convirti¨® en un gallinero. "Pues si la narcosala no es un problema, que la pongan al lado de tu casa", espet¨® Rosa, una vecina harta de encontrarse "jeringuillas, sangre, orines y v¨®mitos" en su portal. Precisamente, el centro de venopunci¨®n atiende a los toxic¨®manos 21 horas al d¨ªa para que no deambulen por las calles.

El Ayuntamiento asegura que el centro continuar¨¢ con su trabajo

Conscientes de que no lo consiguen, seis educadores sociales de Baluard se pasean por el barrio para recoger jeringuillas y atender a los drogadictos que est¨¢n la calle. Los vecinos piden el cierre del centro -"porque no sirve para nada"- o que se readapte a las necesidades del barrio. En esa guerra, cuentan con el apoyo del PP. Su presidente en el grupo municipal del Ayuntamiento, Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz, reclam¨® la clausura de la narcosala y "la creaci¨®n de un plan integral de mejora de la zona".

Pero los responsables de la Agencia de Salud defienden "las pol¨ªticas sanitarias de lucha contra la droga" y aseguran que el centro "seguir¨¢ funcionando". El alcalde de Barcelona, Jordi Heureu, tambi¨¦n apoy¨® el trabajo de la sala, que ha ayudado, dijo, a "solventar la situaci¨®n del Raval".