El turismo sexual de un ministro sacude a Francia
El titular de Cultura, sobrino de Mitterrand, pag¨® por chicos en Bangkok
Una amarga pol¨¦mica ahoga a Fr¨¦d¨¦ric Mitterrand, el ministro que personaliz¨® la ¨²ltima recomposici¨®n del Gobierno de Nicolas Sarkozy en junio. El titular franc¨¦s de Cultura, s¨ªmbolo de la apertura de Sarkozy hacia la izquierda y sobrino del antiguo presidente Fran?ois Mitterrand, se encuentra en el ojo del hurac¨¢n, atacado desde un lado y desde el otro, debido a un libro parcialmente autobiogr¨¢fico y lleno de confesiones, titulado La mala vida, publicado en 2005 y en el que describe, entre otras cosas, sus experiencias de turista sexual y sus visitas a prost¨ªbulos de Bangkok en busca de chicos j¨®venes.
"Comet¨ª un error, pero no un crimen. Ni siquiera una falta. Tal vez una falta contra la idea de la dignidad humana. No pienso dimitir ni lo he pensado nunca. El presidente Nicolas Sarkozy y el primer ministro Fran?ois Fillon me han mostrado su confianza", proclam¨® ayer el ministro de la Cultura.
El caso Polanski reaviva el debate sobre la actuaci¨®n del pol¨ªtico
La extrema derecha y el Partido Socialista exigen su dimisi¨®n
La pol¨¦mica, que creci¨® ayer como una bola de nieve, declaraci¨®n tras declaraci¨®n, se origin¨® el lunes, en un programa de televisi¨®n en el que varios pol¨ªticos debat¨ªan sobre las medidas legales que se deben poner en marcha contra los violadores reincidentes. La vicepresidenta del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, arremeti¨® contra Mitterrand por su encendida defensa a favor del cineasta acusado de violar a una menor, Roman Polanski. Despu¨¦s a?adi¨® que no le extra?aba la actitud del ministro de Cultura, dado lo que relata en un libro que se apresur¨® a citar y del que ley¨® algunos extractos escogidos.
En su cap¨ªtulo m¨¢s pol¨¦mico del volumen, que vendi¨® 180.000 ejemplares, el ministro, de 62 a?os, relata en primera persona su visita a un prost¨ªbulo de Patpong, el barrio rojo de Bangkok, y su encuentro con un muchacho tailand¨¦s. Uno de los pasajes reza as¨ª: "He cogido la costumbre de pagar chicos [...] Evidentemente, he le¨ªdo lo que se ha escrito a prop¨®sito de esos chicos de Tailandia, he visto muchos reportajes [...] s¨¦ lo que hay de inconsciencia cuando no de avaricia en la mayor parte de las familias, las monta?as de dinero que esto genera cuando los muchachos no se quedan m¨¢s que las migajas, los detalles s¨®rdidos de todo este tr¨¢fico [...] no dejo de pensar en eso, lo que no me impide volver. Todo ese ritual de feria de efebos, de mercado de esclavos, me excita enormemente".
Un d¨ªa despu¨¦s, Mitterrand, preguntado por el comentario de Le Pen, asegur¨®, tranquilo: "Que la ultraderecha me arroje por el barro es un honor". Pero la bola de nieve acababa de empezar a rodar cuesta abajo.
El mi¨¦rcoles, el portavoz del Partido Socialista franc¨¦s (PS), Benoit Hamon, tom¨® parte en el asunto y relanz¨® la pol¨¦mica, convirti¨¦ndola ya en una cuesti¨®n de Estado: "Cuando Francia se est¨¢ comprometiendo con Tailandia para luchar contra esa lacra del turismo sexual, tenemos un ministro de Cultura que es un consumidor". Y a?adi¨®: "Ahora se trata de saber si el presidente de la Rep¨²blica juzga este hecho grave como para que el ministro de Cultura deje de serlo o no. Yo lo juzgo grave".
Ayer varios pol¨ªticos de izquierda se sumaron a la cr¨ªtica de Hamon. El diputado y alcalde de Herv¨ª, Manuel Valls, consider¨® "insoportables" los p¨¢rrafos citados y a?adi¨®: "Tiene que explicarse. ?Se imaginan lo que hubiera dicho la derecha si ese ministro que confiesa haber hecho turismo sexual fuera un ministro de izquierdas en un Gobierno de izquierdas?".
Varios miembros del Gobierno salieron en defensa de Mitterrand, calificando la acusaci¨®n de "nauseabunda" y aseguraron que el PS "est¨¢ siguiendo el juego a la extrema derecha de Le Pen".
Como ocurre con frecuencia en Francia, pol¨ªticos de uno y otro bando se colocaron a un lado u otro de la barrera. Por ejemplo, el alcalde de Par¨ªs, Bertrand Delano?, socialista, defendi¨® al ministro de Cultura, denunci¨® la "ofensiva populista contra ¨¦l" y pidi¨® a todos que leyesen entero el libro. Y hubo diputados de la UMP, el partido de Sarkozy, como Jacques Mirad, que reclamaron a Mitterrand explicaciones.
Sarkozy conoc¨ªa el libro-bomba. El hoy ministro de Cultura le alert¨® de su existencia antes de aceptar el cargo. En una entrevista concedida a Le Nouvel Observateur un mes despu¨¦s, en julio, el presidente de la Rep¨²blica, juzg¨® el volumen "valiente y hecho con talento". Ayer, de todas maneras, Sarkozy guard¨® silencio sobre el asunto.
Con la burbuja de la pol¨¦mica engordando a cada rato y empujado por ciertas presiones del El¨ªseo, el que habl¨® fue el protagonista, que a las ocho de la tarde compareci¨® en el telediario de mayor audiencia de Francia. "El libro es casi autobiogr¨¢fico, y reconozco que tuve encuentros con j¨®venes. Pero debo hacer dos precisiones. Una: no es una apolog¨ªa del turismo sexual, es una suerte de fascinaci¨®n ante el infierno. Y dos: nunca he hecho da?o a nadie", explic¨® Mitterrand en una tensa entrevista con la presentadora. A la pregunta de si sab¨ªa si los j¨®venes eran menores o no el ministro no supo responder pero asegur¨® que no hay que confundir "la homosexualidad con la pedofilia".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.