"Me quitaron a mi ni?a y no me han dejado verla en seis a?os"
El Supremo ha decidido que una menor permanezca con su familia de acogida - La madre biol¨®gica, que vive con sus otras dos hijas, pide al menos tener visitas
Dolores Hern¨¢ndez vive en Hontanar, un pueblo diminuto de los Montes de Toledo situado en medio de un frondoso valle. Tiene 32 a?os, es gitana y trabaja de forma intermitente como barrendera. Creci¨® en Toledo, pero hace seis a?os y medio se traslad¨® a Hontanar con Apolonio, su pareja. ?l es de all¨ª, tiene 60 a?os y est¨¢ jubilado. Entre la pensi¨®n de ¨¦l y el sueldo de ella ganan unos 1.500 euros al mes. Adem¨¢s, en su finca hay olivos, y cada a?o venden la aceituna.
Sus dos hijas van a cumplir cuatro y cinco a?os. Cada ma?ana las recoge un autob¨²s, junto a los otros siete ni?os del pueblo, para llevarlas al colegio m¨¢s cercano, en Navahermosa. Pero Dolores tiene otra hija, de ocho a?os, que vive desde hace seis con una familia de acogida. No la ha visto desde entonces. La Junta de Castilla-La Mancha asumi¨® la tutela porque consideraba que no la cuidaba bien. Nunca le han concedido un r¨¦gimen de visitas. Despu¨¦s de a?os de pelea judicial, el Supremo ha decidido esta semana que se quede con su nueva familia, que esto es lo mejor para ella teniendo en cuenta las circunstancias y lo bien adaptada que est¨¢ a su nuevo entorno. Dolores no lo entiende. "Me quitaron a mi hija y no me han dejado volver a verla. Tiene dos hermanas. ?No va a conocerlas nunca?". La familia de acogida ha preferido no hacer declaraciones.
"Quiero que conozca a su madre y a sus dos hermanas"
"El tiempo ha corrido en nuestra contra", dice el abogado
Un tribunal hab¨ªa dado la raz¨®n a los servicios sociales y otro, a la madre
La Junta asegura que se examinar¨¢ cualquier petici¨®n de Dolores
La historia es complicada. Dolores dio a luz a Susana -como se va a llamar a la ni?a en este reportaje-, cuando ten¨ªa 24 a?os. Viv¨ªa con el padre, un chico que no era gitano. Cuando la peque?a ten¨ªa un a?o, se separaron. La relaci¨®n con la madre de ¨¦l era muy mala. "Ella fue la que empez¨® a denunciarme", recuerda. "Dec¨ªa que no la cuidaba. Pero a mi ni?a nunca le falt¨® nada".
Dolores tiene un leve retraso mental y apenas fue a la escuela. La suegra dijo que era prostituta y que jugaba a las m¨¢quinas. Ella lo niega todo. "Y esos hechos nunca se probaron de ninguna forma", resalta el abogado de Dolores, Isidoro S¨¢nchez, que la ha acompa?ado casi desde el principio. "Lo que consta en el expediente es que en una ocasi¨®n los t¨¦cnicos de servicios sociales fueron a la casa y detectaron que las condiciones no eran buenas. Despu¨¦s de eso, dicen que ella no les abri¨® la puerta. Que no colaboraba. Pero el resto son s¨®lo suposiciones". Y la sentencia de uno de los tribunales que se ha ocupado del caso habla, de hecho, de "rumores".
La Junta asumi¨® la tutela de la ni?a en abril de 2003. Dolores, que ya estaba con Apolonio, se march¨® con ¨¦l a Hontanar para que no se la quitaran. "Pero un d¨ªa que estaba sola, en agosto, lleg¨® la Guardia Civil. Me dijeron que si no abr¨ªa iban a tirar la puerta abajo y me la arrancaron de las manos". "Los agentes fueron con t¨¦cnicos de los servicios sociales", aclara un portavoz de la Junta.
Desde entonces, madre e hija no han vuelto a verse. La Junta de Castilla-La Mancha no lo ha permitido. "Yo hice todo lo que pude, fui a verles, busqu¨¦ a un abogado, pero nadie me ha explicado qu¨¦ es lo que he hecho tan grave", se lamenta Dolores. "Cuando pas¨® todo esto yo estaba embarazada de nuevo y casi pierdo al beb¨¦".
Los abogados de Dolores pidieron por escrito las visitas en septiembre. En cuanto se las negaron comenzaron la lucha judicial. Pero la justicia es lenta, muy lenta, y cada mes que pasaba era un mes m¨¢s en el que la ni?a viv¨ªa junto a la familia de acogida que se ocup¨® de ella desde que la Junta asumi¨® la tutela.
Cuando se dict¨® la primera sentencia ya hab¨ªan pasado dos a?os. Era julio de 2005. Ese primer juez no entr¨® a valorar la actuaci¨®n de la Junta. La psic¨®loga del juzgado dijo que Dolores estaba "adaptada y con estabilidad familiar" pero que presentaba "d¨¦ficit en ¨¢reas cognitivas" y en habilidades sociales y educativas. Y que, como Susana estaba ya integrada en su nuevo hogar, un cambio podr¨ªa provocarle "un desajuste psicol¨®gico" y "problemas de estr¨¦s y ansiedad". El juez decidi¨® que la ni?a se quedara con la familia de acogida.
Con la primera resoluci¨®n en la mano cabe ya preguntarse varias cosas. En primer lugar, esa "estabilidad familiar" de Dolores dice la sentencia que se la proporcionaba Apolonio, con quien ella ya viv¨ªa cuando le quitaron a la ni?a ?No habr¨ªa sido posible, a la luz de la evoluci¨®n positiva de Dolores, establecer un r¨¦gimen de visitas y ver c¨®mo marchaba antes de decidir eliminar a la madre de la vida de la hija definitivamente? En segundo lugar, cuando la psic¨®loga se?ala que Dolores tiene "d¨¦ficit cognitivos" est¨¢ afirmando algo que ya todos sab¨ªan, puesto que nadie ha negado que tenga un retraso mental. ?Se le debe prohibir entonces tener hijos aunque cuente con ayuda? Y, finalmente, si el mero el paso del tiempo hace que los ni?os, como es evidente, se acostumbren a un nuevo entorno, ?qu¨¦ posibilidad tiene una madre o un padre de pedir que se revise una actuaci¨®n de la Administraci¨®n? La respuesta judicial llegar¨¢ siempre a?os m¨¢s tarde, y entonces ya no ser¨¢ viable enmendar ning¨²n error.
Hugo Mu?oz, director general de Familia de Castilla-La Mancha, defiende la actuaci¨®n. "No tenemos ning¨²n inter¨¦s en apartar a los hijos de sus padres. Al contrario. Nuestros t¨¦cnicos, despu¨¦s de verificar la situaci¨®n, entendieron que eso era lo mejor". ?Y por qu¨¦ no se permitieron visitas al principio? "Se consider¨® que se hab¨ªa llegado a una situaci¨®n de no retorno", se?ala.
Dolores recurri¨® la primera sentencia. La Audiencia Provincial del Toledo les dio la raz¨®n en noviembre de 2006 y se pronunci¨® en t¨¦rminos muy duros sobre la actuaci¨®n de la Junta. Dijo que se hab¨ªa intentado "apartar a la menor por todos los medios de la presencia de la madre" y que "ni los problemas econ¨®micos eran tan acuciantes ni la desatenci¨®n de la menor tan grave como para justificar tan dr¨¢stica decisi¨®n". Concluyeron que la ni?a deb¨ªa volver con Dolores.
La Junta y los padres de acogida recurrieron al Supremo y se negaron a cumplir la sentencia. "Entonces pedimos la ejecuci¨®n provisional en el juzgado, y en t¨¦rminos razonables", se?ala el abogado de Dolores. "Dijimos que madre e hija empezaran a verse poco a poco. Nada. Y el juez acab¨® diciendo que, como hab¨ªa pasado mucho tiempo, era mejor esperar a ver qu¨¦ dec¨ªa el Supremo".
Cada a?o que pasaba, m¨¢s adaptada estaba Susana a su nuevo hogar. A Dolores ni la recuerda. El Supremo ha fallado esta semana. En una sentencia novedosa y muy celebrada por los expertos en la materia, ha dispuesto que por encima de todo debe buscarse el inter¨¦s del menor. Y ha decidido que lo mejor para Susana es quedarse con su familia de acogida. Por dos motivos. Primero, por su buena integraci¨®n. Despu¨¦s, porque Dolores sigue padeciendo retraso mental y, como depende de la ayuda de Apolonio, se considera que hay cierto riesgo.
Hugo Mu?oz asegura que si la madre pide ahora visitar a su hija, "se examinar¨¢ la cuesti¨®n con detalle y se decidir¨¢ lo mejor para la menor". Cuando se le pregunta a Dolores si no cree que para la ni?a ser¨ªa un shock dejar a su actual familia y volver con ella, insiste en que tienen que estar juntas. "Al menos que me dejen verla y presentarle a sus hermanas". Las ni?as, mientras habla la madre, juegan en los columpios. Se r¨ªen y piden merendar. "Yo las visto, las lavo, les doy de comer. Est¨¢n bien ?no?", pregunta.
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