El milagro de san Mart¨ªn

A menudo se tiende a menospreciar las fases de clasificaci¨®n de las selecciones, sobre todo desde los pa¨ªses cuyo equipo nacional ya est¨¢ en la fase final y est¨¢n dominados por los clubes, protagonistas de dram¨¢ticos finales de Liga y necesitados cada semana de un carrusel de emociones. A la mayor¨ªa se los considera partidos rutinarios que pillan muy lejos y si interesan es por la participaci¨®n de jugadores que se consideran capitales en sus respectivos equipos, como el madridista Cristiano Ronaldo, que causar¨¢ baja un mes tras resentirse de su lesi¨®n en Portugal. Pero, aunque sea as¨ª muchas veces y se imponga el desd¨¦n, hay ocasiones en que tales encuentros acaban por convertirse en jornadas inolvidables por la capacidad del f¨²tbol de escapar a cualquier l¨®gica y responder a su papel m¨¢s dram¨¢tico. La del s¨¢bado en la zona suramericana para el Mundial 2010 funciona como el mejor de los ejemplos, especialmente en Argentina, donde Diego Maradona apuesta por que el 10 de octubre pase a ser la festividad del "milagro de san Mart¨ªn".

Llov¨ªa a mares en el Monumental de River durante el Argentina-Per¨² (2-1), con 41.000 hinchas achicando m¨¢s el campo que los once futbolistas argentinos, cuando en el ¨²ltimo minuto del tiempo reglamentario Rengifo acert¨® por fin a cabecear a la red despu¨¦s de que el boliviano Ortub¨¦ hubiera pasado por alto un penalti en el ¨¢rea del combinado albiceleste, que dominaba con un tanto de Higua¨ªn. Ni siquiera el colegiado, que se desped¨ªa, pod¨ªa discutir la justicia del empate de Per¨², el colista, y por extensi¨®n la eliminaci¨®n pr¨¢cticamente de Argentina. Una situaci¨®n parecida a la de 1969 y 1985.

Imposible reaccionar desde la racionalidad de Messi, que juega para ganar, poco acostumbrado a sobrevivir, arrastrado por la corriente. El partido no demandaba un duende, sino un h¨¦roe, un tipo extremo, un ariete tr¨¢gico. Terreno abonado por El Loco Palermo, el m¨¢ximo goleador en activo del f¨²tbol argentino a punto de cumplir 36 a?os, el mismo que fall¨® tres penaltis en la Copa Am¨¦rica de Paraguay 1999 y le apartaron durante una d¨¦cada de la selecci¨®n, el "optimista del gol" como le define Bianchi. Mart¨ªn Palermo correspondi¨® a la llamada y al ruego de Maradona: "Resuelve esta historia como tantas otras has resuelto". Y, en el minuto 92, en la antepen¨²ltima jugada del partido, el ariete de Boca puso la punta de su bota izquierda a un centro de Federico Ins¨²a y le dio una victoria que mantiene con vida a Argentina. El ¨¢rbitro concedi¨® gol sin reparar en que Animal Palermo hab¨ªa marcado en fuera de juego y dio la contienda por finalizada despu¨¦s de obviar un segundo penalti, cometido ahora por Emiliano Ins¨²a, instantes despu¨¦s de que Vargas rematara al larguero desde la divisoria nada m¨¢s sacar de centro por el 2-1. Locura total.

Fueron tres jugadas consecutivas en apenas tres minutos que pusieron el mejor punto final posible a una contienda de v¨¦rtigo y en cierta manera paralela, por otra parte, a la que se viv¨ªa en Quito.

Ecuador y Uruguay empataban (1-1) en un partido igualmente decisivo para la suerte del grupo. Ambas selecciones jugaban a tumba abierta en busca del triunfo cuando en el minuto 89 los locales reclamaron penalti por manos de Eguren a un centro de Valencia. El ¨¢rbitro, el brasile?o Fagundes, sin embargo, dej¨® seguir la jugada para suerte charr¨²a hasta que Cavani cay¨® en el ¨¢rea ecuatoriana derribado por Elizaga. Ah¨ª el colegiado apreci¨® sanci¨®n y Forl¨¢n transform¨® la pena m¨¢xima en el ¨²ltimo minuto ante la jarana de los jugadores de Uruguay, que el mi¨¦rcoles aguardan justamente a Argentina en el Centenario de Montevideo para resolver la clasificaci¨®n para el Mundial.

Una vez que Brasil, Paraguay y Chile ya han validado su billete para Sur¨¢frica, queda por decidir la cuarta plaza que da acceso directo al Mundial y una quinta que conduce a una repesca ante el cuarto de la zona de la Concacaf. As¨ª las cosas, el vencedor del Uruguay-Argentina acceder¨¢ a la fase final. A la albiceleste, con un punto de ventaja, le puede valer el empate si Ecuador -tercero en discordia- no gana en Chile. El seleccionador chileno es curiosamente un argentino, Marcelo Bielsa, apodado tambi¨¦n El Loco.

A Palermo le obsesionan los goles y al Loco Bielsa la t¨¢ctica. Y, en medio, queda Maradona. Los protagonistas auguran una ¨²ltima jornada tan interesante como la pasada. La grandeza del f¨²tbol est¨¢ en su capacidad de sorpresa, tanto en la Liga como en las fases de clasificaci¨®n. Siempre dram¨¢tico para mal o para bien.