Luis Pizarro, alcalde mayor
Escandalizados por el bochornoso espect¨¢culo de una clase pol¨ªtica atrapada por el lujo y un lenguaje soez, los ciudadanos asisten at¨®nitos al deterioro de la democracia.
Meditaba sobre c¨®mo debe afectar a miles de servidores p¨²blicos este nauseabundo clima, cuando me lleg¨® una racha de aire fresco a trav¨¦s de las ondas. Antonio Basagoiti, presidente del PP en el Pa¨ªs Vasco, dec¨ªa en la SER que el caso G¨¹rtel le daba "pena, preocupaci¨®n y asco". Contrapuso esas "gentes a las que les gusta el lujo, el sexo, el vivir bien y el trincar", con los much¨ªsimos "concejales, no s¨®lo en mi partido, que se juegan la vida por cero euros para defender unos ideales".
Pens¨¦ en los miles de concejales andaluces que luchan por sacar adelante a sus pueblos. La crisis, que afecta a todos, salvo a un pu?ado de chorizos -en palabras de Crist¨®bal Montoro- golpea especialmente a los ayuntamientos, que son el primer eslab¨®n de la cadena democr¨¢tica de un Estado.
Una cadena que, con frecuencia, registra eslabones podridos. Los casos de corrupci¨®n municipal han representado un duro rev¨¦s para la imagen de la democracia. Pero ser¨ªa injusto incluir en el mismo saco a las manzanas podridas y las sanas. Con ser muchos los corruptos, son infinitamente m¨¢s los servidores p¨²blicos que rigen los 771 municipios andaluces.
Hoy, alcaldes y concejales viven en la zozobra. Su principal fuente de ingresos, el urbanismo, ha ca¨ªdo m¨¢s de un 50%. El 60% de los consistorios tiene serias dificultades para pagar la n¨®mina de sus empleados. La mayor¨ªa registra deudas astron¨®micas con la Seguridad Social, con los bancos, con sus proveedores habituales.
Algunos son responsables de su penuria. Pensaron que el ladrillo ser¨ªa una eterna fuente de riqueza y engordaron plantillas, se fijaron sueldos astron¨®micos y se rodearon de car¨ªsimos asesores. Pero la inmensa mayor¨ªa ha administrado los fondos p¨²blicos con austeridad. Estos son quienes exigen un nuevo marco legal.
As¨ª lo que ha entendido Lu¨ªs Pizarro, consejero de Gobernaci¨®n. Militante socialista desde 1973, particip¨® activamente en el movimiento vecinal y fue concejal de C¨¢diz tras las primeras elecciones municipales de 1979.
Treinta a?os despu¨¦s, el Gobierno andaluz ha iniciado la tramitaci¨®n de dos importantes leyes para el futuro de los municipios: la Ley de Autonom¨ªa Local de Andaluc¨ªa (LAULA), y la Ley de Participaci¨®n de los Entes Locales en los Tributos de la Comunidad. Han pasado 15 a?os desde que el entonces presidente Manuel Chaves anunciara en sede parlamentaria el desarrollo del pacto local. Era el a?o 1994, el mismo en el que Chaves y Pizarro se hicieron cargo del PSOE andaluz, como secretario general y secretario de organizaci¨®n respectivamente.
Cinco consejeros han pasado por Gobernaci¨®n sin cumplir con esa reiterada promesa. Es la hora de la verdad. Pizarro asegura que estas leyes, pioneras en Espa?a, proporcionar¨¢n a los ayuntamientos "m¨¢s autonom¨ªa y menos tutela". Se ampliar¨¢n sus competencias y se mejorar¨¢ su financiaci¨®n. Sobre el papel, la LAULA parece una buena ley. "Genial", en palabras del alcalde popular de M¨¢laga, Francisco de la Torre. Aunque muchos reclaman la participaci¨®n en todos los ingresos de la Comunidad y no s¨®lo en los tributos, como propone el Gobierno.
Si a mediados del pr¨®ximo a?o ambas leyes son aprobadas sin perder su esencia en el debate parlamentario, Pizarro podr¨ªa colgarse la medalla de alcalde mayor de Andaluc¨ªa. Y los alcaldes reales dispondr¨ªan de un marco legal que les permitir¨¢ gobernar mejor sus municipios.
En contrapartida, habr¨¢ que exigirles, de acuerdo con Basagoiti, que no se dediquen "al lujo, al sexo, al vivir bien y al trincar". M¨¢s bien, a servir a sus vecinos de acuerdo con sus ideales.
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