?Consolidaci¨®n fiscal para 2012?
El proyecto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), documento fundamental para explicar la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno, es demasiado optimista en sus previsiones, tanto en lo referente al cuadro macroecon¨®mico que enmarca sus actuaciones como en sus previsiones de ingresos para el pr¨®ximo a?o. Pero lo m¨¢s sorprendente es la voluntarista previsi¨®n en la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico.
Los requerimientos de la Comisi¨®n Europea para el cumplimiento de las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento sit¨²an el horizonte deseable en 2012, debiendo reducir en ese a?o el d¨¦ficit actual al 3% del PIB. El tiempo de permisividad se ha acabado en el momento en que las principales econom¨ªas europeas comienzan a recuperarse. A partir de ahora, las pol¨ªticas fiscales deber¨¢n reconducirse a la ortodoxia, estableciendo una estrategia de consolidaci¨®n presupuestaria.
Lo m¨¢s sorprendente es la voluntarista previsi¨®n en la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico
Por supuesto, el Gobierno ha tenido que acatar este principio en su principal documento de pol¨ªtica econ¨®mica. A partir de una estimaci¨®n de un d¨¦ficit consolidado de las administraciones p¨²blicas del 9,5% del PIB en 2009, que con los datos oficiales de ejecuci¨®n presupuestaria hasta agosto ya resulta optimista, las previsiones de d¨¦ficit para a?os sucesivos se sit¨²an en el 8,1% en 2010, 5,2% en 2011 y 3% en 2012.
Sin embargo, Espa?a tiene m¨¢s dif¨ªcil su cumplimiento que otros pa¨ªses de la UEM en los que, a pesar de las pol¨ªticas expansivas de apoyo contra la crisis de sus Gobiernos, no se han alcanzado d¨¦ficits tan abultados como el espa?ol. Las estimaciones para 2009 son: Alemania (3,7% del PIB), Francia (6,7% del PIB), Italia (5,3% del PIB) y zona euro (5,6% del PIB).
Las dificultades para cumplir con las previsiones son de dos tipos: las que se refieren a los aspectos coyunturales del ciclo econ¨®mico y las que son de car¨¢cter estructural. Entre las primeras est¨¢n, en primer lugar, por el lado de los ingresos, la recuperaci¨®n de la recaudaci¨®n impositiva cuando el ciclo cambia, y por el lado de los gastos, la supresi¨®n de ayudas establecidas con car¨¢cter temporal y el retorno a sus niveles normales de las transferencias que los presupuestos aportan a las familias a trav¨¦s de las prestaciones sociales por actuaci¨®n de los llamados estabilizadores autom¨¢ticos. Las dificultades estructurales son m¨¢s complejas y recaen sobre todo en el apartado de los gastos comprometidos de las Administraciones P¨²blicas.
La variable fundamental es el ritmo de crecimiento de la econom¨ªa medido internacionalmente por el PIB. Si el ritmo o tasa de crecimiento es inferior al esperado por el Gobierno, tal y como apuntan los organismos internacionales (FMI, OCDE, Comisi¨®n Europea) y los analistas econ¨®micos, la recaudaci¨®n de impuestos (IRPF, sociedades, IVA) no se recuperar¨¢ tanto como se espera. Otro efecto de un menor crecimiento del PIB es sobre el pago por prestaciones de desempleo, a la vez que se obtienen menores ingresos en la Seguridad Social al reducirse o crecer menos las afiliaciones.
En cuanto a la reducci¨®n futura del d¨¦ficit estructural, que es el que refleja las deficiencias de fondo de nuestro modelo econ¨®mico, no ser¨¢ posible si no se aplican las reformas a medio plazo ya demandadas por todos los organismos nacionales e internacionales, del mercado laboral, de las administraciones p¨²blicas y de algunos sectores econ¨®micos como el de la energ¨ªa, el sistema financiero, algunos servicios de transportes de mercanc¨ªas (ferroviario y por carretera) y la educaci¨®n y formaci¨®n.
Por tanto, las dificultades son muchas. De momento, los indicadores econ¨®micos reflejan con tasas menos negativas cierta moderaci¨®n de la crisis, pero las tendencias contin¨²an a la baja y no se espera alcanzar datos positivos hasta finales del a?o 2010. Esto quiere decir que va a ser dif¨ªcil alcanzar los aumentos de recaudaci¨®n previstos, a pesar del aumento de impuestos anunciado.
Ser¨ªa necesario establecer un plan cre¨ªble de austeridad que en el corto plazo recorte los gastos no productivos tanto del Estado como de las comunidades aut¨®nomas y corporaciones locales, con un compromiso serio de encaminarse hacia la estabilidad presupuestaria. Tambi¨¦n ser¨ªa importante establecer el compromiso de que el incremento de recaudaci¨®n debido al aumento de los impuestos se dedique a la reducci¨®n del d¨¦ficit y no a incrementar los gastos. Por ¨²ltimo, y en contra de algunas opiniones recientes, acometer una reforma que mejore la calidad del mercado laboral en materia de contrataci¨®n y negociaci¨®n colectiva, haciendo posible la recuperaci¨®n del empleo y la reducci¨®n del paro.
Carmen Alcaide es analista econ¨®mica y ex presidenta del INE.
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