Honduras: tretas y disparates
Los embustes del golpista Micheletti y las maniobras del depuesto Zelaya bloquean una salida a la crisis pol¨ªtica
Como si el presidente Manuel Zelaya no tuviera ya suficientes enemigos, ahora son sus amigos los que se afanan en tensar a¨²n m¨¢s la cuerda alrededor de su cuello. El ¨²ltimo, Daniel Ortega. El presidente de Nicaragua declar¨® el s¨¢bado que "la resistencia hondure?a" anda buscando armas y campos de entrenamiento en territorio nicarag¨¹ense, en Guatemala y en El Salvador. Hay que releer tres veces la informaci¨®n para cerciorarse de que las declaraciones son efectivamente de Daniel Ortega y no del golpista Roberto Micheletti, quien, desde que los militares sacaron a Zelaya de Honduras hace ya m¨¢s de tres meses, no ha hecho otra cosa que lanzar infundios y mentiras para mantenerse a toda costa en el poder que usurp¨®. Los embustes de los golpistas y los disparates de los supuestos amigos de Zelaya se confabulan para hacer del conflicto hondure?o un cenagal donde se hunden todos los pron¨®sticos. Sobre todo, los m¨¢s optimistas.
Ch¨¢vez alerta: "Que nadie se sorprenda si surge una resistencia armada"
Las mentiras de Micheletti son muchas y muy variadas. Dijo que iba a derogar el estado de sitio que ¨¦l decret¨® hace casi un mes y a¨²n no lo ha hecho. Dijo que iba a castigar al responsable de sacar a Zelaya del pa¨ªs y el general Romeo V¨¢squez sigue al frente del Ej¨¦rcito. Dijo que sus tres negociadores ten¨ªan plenos poderes para pactar con los de Zelaya una salida al conflicto, pero cada vez que se acercan, les regala un jarro de agua fr¨ªa radicaliz¨¢ndose a¨²n m¨¢s... Sin embargo, entre todas las mentiras, se esconde una verdad. Se la confes¨® el propio Micheletti a la bienintencionada y multitudinaria delegaci¨®n de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) que visit¨® Tegucigalpa los pasados d¨ªas 8 y 9 de octubre. "F¨ªjense lo que les digo", advirti¨® a los dignatarios en medio de una gran bronca televisada, "en este pa¨ªs no tememos a Estados Unidos ni a Brasil ni a ninguna otra potencia extranjera... A lo ¨²nico que tememos aqu¨ª es a Mel Zelaya. Tenemos p¨¢nico de Mel Zelaya".
Y, por eso, los negociadores de Zelaya y Micheletti se desesperan cada vez que, superados todos los dem¨¢s tr¨¢mites, se tropiezan una y otra vez con la misma piedra: la restituci¨®n del presidente depuesto. Manuel Zelaya sostiene en buena l¨®gica que, si ¨¦l no vuelve a ocupar el sill¨®n presidencial, los golpistas habr¨¢n ganado. La comunidad internacional, con una unanimidad nunca antes vista, lo respalda. Pero cualquiera que haya hablado desde el 28 de junio -fecha del golpe- hacia ac¨¢ con Micheletti, el general V¨¢squez, los jueces, los pol¨ªticos y los empresarios; haya le¨ªdo los peri¨®dicos hondure?os y observado el odio que profesa a Zelaya al menos la mitad de la poblaci¨®n, duda mucho de que alguna vez pueda ser tomada la fotograf¨ªa, aun simb¨®lica, de Zelaya regresando al poder en la Casa Presidencial. ?Y entonces?
Entonces pasan los d¨ªas, el presidente depuesto cumple su jornada n¨²mero 27 encerrado en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, Micheletti aparece feliz rentabilizando la clasificaci¨®n mundialista de la selecci¨®n de f¨²tbol, y los candidatos de los diferentes partidos ejecutan, ante una poblaci¨®n m¨¢s preocupada por el dengue y la violencia callejera, un remedo de campa?a ante las elecciones que deben celebrarse el 29 de noviembre. Unas elecciones que deber¨ªan ser la salida del laberinto, pero que la comunidad internacional no reconocer¨¢ si Zelaya no regresa a la Casa Presidencial... aunque sea un ratito, con los poderes mutilados y para la foto.
Sabedor de que las cosas est¨¢n as¨ª de complicadas, harto de su c¨¢rcel diplom¨¢tica forrada con papel de aluminio para evitar las supuestas radiaciones del enemigo, Zelaya est¨¢ haciendo lo imposible por suavizar su perfil de l¨ªder arrogante, amante de los micr¨®fonos y de las declaraciones al l¨ªmite. Y es entonces cuando aparecen en escena sus amigos y colegas... El nicarag¨¹ense Daniel Ortega y el venezolano Hugo Ch¨¢vez se descolgaron el s¨¢bado en Bolivia con unas declaraciones que son un verdadero regalo para Micheletti. Dijo Ortega: "La resistencia hondure?a est¨¢ buscando armas...". Insisti¨® Ch¨¢vez: "S¨®lo estoy alertando. No soy un instigador. Pero que nadie se sorprenda si surge un movimiento armado en las monta?as de Honduras". La resistencia, como no pod¨ªa ser de otra manera, ha negado de forma tajante que est¨¦ buscando fusiles o entrenamiento, ni fuera ni dentro de Honduras.
Zelaya no quiere ser el diablo con sombrero que pinta Micheletti con los l¨¢pices que le prestan Ortega y Ch¨¢vez.
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