La Barcelona de 1700 jugaba al tenis, al billar y a tirarse piedras

La Barcelona de 1700 esconde sorpresas. Es dif¨ªcil asociar este periodo hist¨®rico, relacionado con la guerra y la destrucci¨®n de parte de la ciudad, a actividades l¨²dicas y juegos como el tenis, el billar y los naipes. Pero seg¨²n el libro presentado ayer Jocs, triquets i jugadors, de la colecci¨®n La Ciutat del Born. Barcelona 1700, en la ciudad se jugaba, y mucho.

Seg¨²n Albert Garcia Espuche, autor de uno de los cap¨ªtulos, junto con los naipes, los dados y el ajedrez, que se practicaban en el hogar, uno de los juegos m¨¢s populares era el de la pelota, que jugaban dos o cuatro jugadores separados por una red y provistos de palas, tal como ahora se hace en el tenis. No menos populares eran el juego de la argolla -una especie de cr¨ªquet- y el billar. Todos se jugaban en los triquets o espacios de juego, que se concentraron en la periferia: en la parte baja de La Rambla y donde luego se construy¨® la Ciutadella. Uno de estos lugares, la Casa de la Leona, estaba reservado a la nobleza.

Pero uno de los juegos que m¨¢s sorprenden eran las pedrades o batallas de piedras organizadas en las que compet¨ªan dos bandos. Esta actividad era seguida con pasi¨®n y de forma masiva por los barceloneses pese a que la iglesia condenaba con la excomuni¨®n a los que las practicaban y se neg¨® a enterrar a los que ca¨ªan fulminados.

Espuche ha contabilizado 28 triquets, lo que da una proporci¨®n mayor por habitante que en Par¨ªs, seg¨²n el historiador. El problema es que no han quedado espacios de juego, toponimia, im¨¢genes, raquetas o pelotas que recuerden estas pr¨¢cticas, que tan s¨®lo se han conservado en la documentaci¨®n. Seg¨²n explica, el ¨²ltimo heredero de estos espacios de juego del siglo XVII fue el front¨®n Col¨®n del final de La Rambla, que los Juegos Ol¨ªmpicos transformaron en un moderno gimnasio.