Democracia bajo m¨ªnimos
La progresiva p¨¦rdida de calidad democr¨¢tica que se viene produciendo desde hace tiempo en Espa?a comienza a ser de tal magnitud y gravedad, que muy probablemente, cuando nos demos cuenta de ello y queramos enmendar el rumbo, ya solo nos quede tiempo para recoger los restos del naufragio.
S¨¦ que hay todav¨ªa quienes piensan que este enorme barrizal pol¨ªtico en el que estamos todos metidos hasta las cejas no es sino un fen¨®meno coyuntural y pasajero que, a la postre, acabar¨¢ sustanci¨¢ndose en las urnas, como ha sucedido en otras ocasiones. Pero esta vez se equivocan por completo. La enorme distancia que los ciudadanos perciben ahora entre los principios formales consagrados en la Constituci¨®n y la pr¨¢ctica pol¨ªtica cotidiana de la democracia en Espa?a, no es algo que pueda solucionarse en una simple contienda electoral. Va mucho m¨¢s all¨¢.
Entre otras cosas, porque la irritaci¨®n del ciudadano com¨²n no se dirige ya contra los pol¨ªticos de una u otra opci¨®n ideol¨®gica, sino contra la pol¨ªtica, en general, y, consecuentemente, contra una buena parte de las instituciones del Estado, a las que se percibe cada vez m¨¢s como ineficientes, escasamente neutrales, o sencillamente corruptas. ?A qui¨¦n puede sorprenderle que en tales circunstancias el liberalismo econ¨®mico gane adeptos, y sean cada vez m¨¢s los ciudadanos que se resistan a contribuir con sus impuestos a tama?o desaguisado?
O sea, que o los partidos se lo toman en serio y se dedican a trabajar duro para que el ciudadano se reconcilie de nuevo con la democracia, o acabar¨¢n consiguiendo que el esp¨ªritu de Berlusconi, una vez desterrado Montesquieu, se instale definitivamente entre nosotros. Y entonces, s¨ª, ya nada volver¨¢ a ser lo mismo. Eso, o somos los ciudadanos los que tomamos el toro por los cuernos y les dise?amos los contenidos de la hoja de ruta para que no se pierdan.
Algunos se los puedo anticipar ya, a modo de ejemplo: 1: elecci¨®n popular directa de todos los miembros de los ¨®rganos de justicia y del fiscal general del Estado. 2: establecimiento de l¨ªmites temporales para las sentencias judiciales civiles, mercantiles y penales. 3: extinci¨®n de las Diputaciones. 4: adelgazamiento del Senado y especializaci¨®n de sus competencias. 5: dictamen vinculante sobre los planes de urbanismo por una comisi¨®n externa a los ayuntamientos. 6: contrataciones p¨²blicas realizadas por ¨®rgano desligado del gobierno de turno. 7: comisiones de investigaci¨®n parlamentarias reguladas por una ley que impida su control por parte de la opci¨®n mayoritaria. 8: televisiones y radios p¨²blicas legalmente obligadas a consensuar sus ¨®rganos rectores. 9: Tribunales de Cuentas independientes dotados de medios para fiscalizar, en tiempo real, todas las instituciones que manejen dinero p¨²blico. 10: Ley de partidos pol¨ªticos que modifique el sistema de elecci¨®n de los candidatos y la financiaci¨®n de aquellos.
Pero les sugiero que no esperen demasiado para completar la lista. Nosotros matamos el tiempo, pero ¨¦l nos entierra.
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