Obama condiciona su estrategia a la formaci¨®n de un Gobierno estable
Washington aplaza la decisi¨®n de enviar m¨¢s tropas por la indefinici¨®n en Kabul
Crecientemente esc¨¦ptico sobre las posibilidades de una normalizaci¨®n pol¨ªtica en Afganist¨¢n, Barack Obama ha tenido que aplazar el anuncio sobre la estrategia a seguir en ese pa¨ªs y cualquier decisi¨®n sobre un aumento del n¨²mero de tropas hasta que se resuelva el conflicto generado por el fraude detectado en las ¨²ltimas elecciones presidenciales.
El recuento hecho p¨²blico ayer por los observadores de Naciones Unidas, que da al presidente Hamid Karzai un 48,3% de los votos y obligar¨ªa, por tanto, a la celebraci¨®n de una segunda vuelta electoral, ha venido a confirmar las peores sospechas de Washington y a dar la raz¨®n a quienes recomiendan al presidente sacar los pies de Afganist¨¢n o, al menos, no profundizar la guerra.
El 52% de los estadounidenses cree que Afganist¨¢n es otro Vietnam
Obama tiene ahora m¨¢s motivos que nunca para ponderar su pr¨®ximo paso. "No veo c¨®mo el presidente va a poder tomar una decisi¨®n sobre el env¨ªo de m¨¢s tropas o incluso sobre el cumplimiento de la misi¨®n que hoy tenemos sin la instalaci¨®n de un Gobierno adecuado", declar¨® el domingo el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Rahm Emanuel.
Emanuel asumi¨® as¨ª la posici¨®n manifestada por un alto emisario norteamericano a Afganist¨¢n, el presidente del Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado, John Kerry, quien ayer regres¨® a Kabul para discutir una salida a la crisis pol¨ªtica existente en ese pa¨ªs y que previamente hab¨ªa advertido que "ser¨ªa una irresponsabilidad enviar m¨¢s tropas sin contar con un verdadero socio en el Gobierno" afgano.
El jefe militar en Afganist¨¢n, general Stanley McChrystal, ha recomendado un refuerzo de al menos 40.000 soldados para revertir sobre el terreno la ventaja que han tomado los talibanes. McChrystal cuenta con el apoyo de su superior, el general David Petraeus, y de los principales responsables del Partido Republicano. En contra est¨¢ el vicepresidente, Joe Biden, que representa a la tendencia dominante tanto en la base dem¨®crata como entre los congresistas de ese partido.
Las noticias de ayer complican enormemente un debate que se hab¨ªa envenenado para Obama en las ¨²ltimas semanas. Despu¨¦s de cinco reuniones monogr¨¢ficas, y una m¨¢s convocada para esta semana, con sus m¨¢ximos asesores de seguridad, el presidente estaba apremiado a tomar una decisi¨®n. Sus dudas comenzaban a hacerse irritantes mientras los soldados estadounidenses segu¨ªan muriendo en Afganist¨¢n y los talibanes fortalec¨ªan su posici¨®n. Las ¨²ltimas novedades del proceso electoral en Afganist¨¢n no aconsejan acelerar esa decisi¨®n, sino demorarla a¨²n m¨¢s. Sin un Gobierno fuerte y cre¨ªble en ese pa¨ªs -similar al que en su d¨ªa surgi¨® en Irak-, el riesgo de una vietnamizaci¨®n del conflicto se agudiza y la tentaci¨®n de alejarse, probablemente tambi¨¦n.
Para la opini¨®n p¨²blica est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s claro que esa guerra no merece la pena ni se puede ganar. Un 52% de la poblaci¨®n, seg¨²n una encuesta publicada ayer por la cadena CNN, cree que Afganist¨¢n es otro Vietnam, un 59% se muestra en contra de enviar m¨¢s tropas y un 68% considera improbable o imposible la formaci¨®n de un Gobierno estable.
Para la Administraci¨®n, en cambio, esto no es tan f¨¢cil como recoger los b¨¢rtulos e irse. De momento, y mientras se resuelven las dudas, el secretario de Defensa, Robert Gates, sali¨® ayer de viaje hacia Jap¨®n y Europa para ofrecer garant¨ªas de que Estados Unidos sigue involucrado en el destino de Afganist¨¢n. Washington intenta evitar que la dif¨ªcil situaci¨®n pol¨ªtica creada sea usada como excusa para la estampida de las fuerzas aliadas, que ya ten¨ªan antes poco inter¨¦s en seguir all¨ª.
Obama se juega mucho en esta apuesta y va a meditar bien qu¨¦ hacer. Hay, no obstante, en el horizonte una fecha que le acucia: su viaje a China y Jap¨®n a mediados de noviembre. Obama no quiere llegar all¨ª sin una decisi¨®n tomada, tanto por la debilidad que eso reflejar¨ªa como por la diversi¨®n que supondr¨ªa en una agenda cargada de asuntos relevantes.
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