EE UU ofrece incentivos a Sud¨¢n para lograr avances en la crisis de Darfur
Washington prev¨¦ compensar a Jartum por respetar los derechos humanos en el sur
La Administraci¨®n de Barack Obama anunci¨® ayer un pol¨¦mico cambio de pol¨ªtica hacia Sud¨¢n que consistir¨¢ en ofrecer incentivos al Gobierno de Jartum si se producen "avances verificables" en Darfur, al oeste de Sud¨¢n, en la b¨²squeda de una soluci¨®n al conflicto entre el norte y el sur, y se logra el objetivo de que el pa¨ªs no se convierta en un santuario de terroristas. De lo contrario, la Casa Blanca incrementar¨¢, esta semana, la presi¨®n sobre el r¨¦gimen islamista a trav¨¦s de las sanciones impuestas por Naciones Unidas.
El anuncio efectuado ayer por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, representa un giro en la pol¨ªtica estadounidense hacia el r¨¦gimen del presidente Omar al Bashir, acusado de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad por la Corte Penal Internacional. Durante la campa?a electoral, Obama manifest¨® una preferencia por mayores sanciones contra Sud¨¢n e incluso sugiri¨® la posibilidad de imponer una zona restringida de vuelo para evitar los bombardeos sobre Darfur por parte de las fuerzas a¨¦reas sudanesas.
El debate sobre abrir un di¨¢logo con Jartum ha sido largo y no siempre distendido dentro del Gabinete Obama, por lo que la nueva estrategia pretende ser una muestra de unidad. Una unidad que estaba amenazada, ya que se enfrentaban dos visiones. Por un lado, la embajadora de EE UU ante Naciones Unidas, Susan Rice, partidaria de la mano dura contra Al Bashir. Por otro, el enviado especial del presidente Obama a la zona, el general retirado Scott Gration, amigo de "las sonrisas", "los apretones de manos" y "las conversaciones y los acuerdos". Gration enfureci¨® a las organizaciones de derechos humanos cuando el pasado mes declar¨® que su intenci¨®n era ofrecer "galletas" y "medallas " a Jartum para provocar un cambio de actuaci¨®n.
La nueva estrategia funciona desde hoy y puede ser definida sin lugar a dudas como "la diplomacia del palo y la zanahoria". Jartum tiene que comenzar a respetar los derechos humanos en Darfur y acabar con las masacres que se han cobrado 300.000 vidas y 2,7 millones de desplazados; tiene que cumplir con los acuerdos de paz que acabaron en 2005 con una larga guerra civil entre el norte musulm¨¢n y el sur cristiano y animista y que caus¨® m¨¢s de dos millones de muertos, y debe probar a Washington que no es un para¨ªso terrorista.
"En el pasado, la aproximaci¨®n de EE UU a Sud¨¢n se ha centrado a menudo en resolver crisis", dijo Clinton. "Eso ha dejado de ser as¨ª y nuestros esfuerzos se van a centrar en una pol¨ªtica global hacia Sud¨¢n", declar¨®. "Sud¨¢n est¨¢ hoy en un punto cr¨ªtico", prosigui¨® la jefa de la diplomacia estadounidense. "No ser¨¢ f¨¢cil conseguir la paz y la estabilidad pero no actuar no es una opci¨®n", finaliz¨®. A su lado, Rice enfatiz¨® que la Casa Blanca "emplear¨¢ incentivos si lo cree necesario, as¨ª como ejercer¨¢ verdadera presi¨®n si la situaci¨®n lo reclama". Bajo las nuevas directrices, Gration no tendr¨¢ autorizaci¨®n para negociar directamente con Bashir y, de momento, Washington mantiene a Sud¨¢n en la lista de pa¨ªses que financian el terrorismo.
Todos los actores implicados en el debate dejaron su impronta en el informe hecho ayer p¨²blico. Si Gration se ha apuntado el tanto de poner en marcha "los incentivos", Rice ha conseguido que la violencia en Darfur siga consider¨¢ndose un "genocidio". Esa calificaci¨®n fue una nueva fuente de conflicto entre el enviado de Obama y la embajadora ante la ONU. A principios de verano, Gration declar¨® que Sud¨¢n no comet¨ªa asesinatos en masa en la zona.
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