?Quebrando los nexos del terror?
Wazirist¨¢n del Sur es una agencia remota y monta?osa dentro de las regiones tribales al noroeste de Pakist¨¢n. Pero el Gobierno de Islamabad ha decidido iniciar en ella una operaci¨®n militar a gran escala con el objetivo de poner fin al reto que para la estabilidad pol¨ªtica y la cohesi¨®n social de un pa¨ªs dotado de armamento nuclear plantea Tehrik-i-Taliban Pakistan. Se supone que, por a?adidura, para acabar con la presencia en aquel escenario de Al Qaeda y otras organizaciones terroristas afines. No en vano, los talibanes paquistan¨ªes tienen en el mismo su principal basti¨®n, hasta el punto de que el liderazgo de aquella entidad coordinadora de la rebeli¨®n armada en que est¨¢n inmersos recay¨® desde el principio en figuras prominentes de la tribu de los mehsud, situada en el norte y el centro de Wazirist¨¢n del Sur. Al Qaeda, tras haber establecido su centro de operaciones externas en esta demarcaci¨®n a partir de 2003 y, al igual que algunos grupos asociados -que a veces compiten entre s¨ª por recursos limitados-, instalaciones de adiestramiento en el valle de Shakai, dentro de la misma pero bajo la protecci¨®n de la tribu Ahmadzai Wazir, los reubic¨® a finales de 2004, con el benepl¨¢cito de la de los Utmanzai Wazir, en la contigua Wazirist¨¢n del Norte. El a?o pasado a¨²n se cre¨ªa que aqu¨ª y en el cercano enclave de Bajaur permanec¨ªan algunos de sus dirigentes.
Si en las mencionadas zonas tribales se localiza el epicentro del terrorismo global y si en el seno de ellas las agencias de Wazirist¨¢n, en concreto Wazirist¨¢n del Sur, son feudo de los talibanes paquistan¨ªes, estrechamente relacionados con sus hom¨®nimos afganos y protectores de Al Qaeda o de otras organizaciones terroristas asentadas en un territorio que han conseguido dominar a base de matar a centenares de ancianos tribales o de ulemas locales contrarios e imponer un control intimidatorio sobre la poblaci¨®n, el contexto de todo ello es igualmente preocupante. En el resto de Pakist¨¢n existe una mir¨ªada de grupos, cuyos integrantes en ciertos casos lo son al mismo tiempo de dos o m¨¢s, que habitualmente cometen actos de terrorismo dentro y fuera del pa¨ªs, en particular en India. Algunos fueron creados o estuvieron dirigidos por el servicio de inteligencia o unidades especializadas del Ej¨¦rcito paquistan¨ª. El ejemplo mejor conocido es Lashkar-e-Taiba, que tras su prohibici¨®n en 2002 se encubri¨® en Jamaat-ul-Dawa hasta que fue proscrita -con gran renuencia oficial- despu¨¦s de los atentados ocurridos en noviembre de 2008 en Bombay. El problema es que esta organizaci¨®n terrorista y otras, no exentas de patrocinio estatal, han mantenido y mantienen v¨ªnculos tanto con Al Qaeda como con los propios talibanes paquistan¨ªes.
Estos nexos aluden por s¨ª mismos a las limitaciones que tiene la ofensiva emprendida en Wazirist¨¢n del Sur por unos 30.000 soldados paquistan¨ªes con el objetivo de neutralizar a los talibanes que tienen all¨ª su principal baluarte, pero no el ¨²nico. Al menos, si se trata tambi¨¦n de erradicar a Al Qaeda y a sus entidades afines que desarrollan actividades terroristas dentro del pa¨ªs o desde el mismo en otros contiguos o lejanos. Salvo que la operaci¨®n militar, que est¨¢ por ver si esta vez tendr¨¢ el ¨¦xito deseado, suponga una renuncia al uso del terrorismo como instrumento de pol¨ªtica exterior respecto a sus inmediatos vecinos por parte del Estado paquistan¨ª o de una parte suficientemente aut¨®noma del mismo. Otro problema radica en el hecho de que Al Qaeda, adem¨¢s de hallarse al noroeste de Pakist¨¢n, tiene extendido su entramado en grandes urbes del pa¨ªs. Sin olvidar que en este caso s¨ª es posible relacionar pobreza y terrorismo debido a una variable interviniente sin parang¨®n. A saber, tantas escuelas cor¨¢nicas que dif¨ªcilmente van a desaparecer a corto o medio plazo ni por medios militares y que adoctrinan a decenas de miles de ni?os en un credo religioso convertido en ideolog¨ªa de la violencia. ?Se tomar¨¢n medidas para revertir la talibanizaci¨®n de sectores significativos de la sociedad paquistan¨ª mientras los talibanes son combatidos en Wazirist¨¢n del Sur?
Fernando Reinares es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Rey Juan Carlos e investigador principal de terrorismo internacional en el Real Instituto Elcano.
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