Una semana en el circo de Amaral
El d¨²o agota las entradas en los cinco conciertos programados en el Price
En el primer d¨ªa de Amaral en el Circo Price, el d¨²o arranc¨® en plan intimista con dos canciones desnudas a guitarra y voz; en el segundo Eva Amaral (36 a?os) y Juan Aguirre (40 a?os) mandaron a paseo la introspecci¨®n de la noche anterior e irrumpieron en el escenario como una locomotora, el¨¦ctricos y desafiantes; en la tercera jornada, Juan se fue de marcha y actu¨® con resaca: todo sali¨® bien e incluso estrenaron un tema, Madrid; el cuarto d¨ªa Eva se enfund¨® su vestido m¨¢s mini y alguien grit¨® desde la pista: "?Eva, me quiero casar contigo!"... Cinco d¨ªas ha acampado el d¨²o m¨¢s popular del pop espa?ol en el Circo Price, una emboscada que la banda ha saldado de forma imperiosa, ofreciendo men¨²s distintos cada d¨ªa, improvisando, sonando inmaculados. Esta noche es la ¨²ltima cita. Este es el relato de lo que ha pasado, tanto en el escenario como en la trastienda. As¨ª fue su semana en el circo.
- Las Ventas en peque?o. "?Cre¨¦is que ha sido buena idea tocar en el Circo Price?", pregunt¨® Eva en la tercera noche. La gente se aceler¨®: "???S¨ª¨ª¨ª¨ª!!!". El d¨²o comenz¨® a urdir su plan cuando acudi¨® a ver en ese mismo recinto a Vetusta Morla. "Hemos confirmado lo que intuimos en aquel concierto: que el sonido es espl¨¦ndido y la visibilidad inmejorable", se?ala Juan. Y tiene raz¨®n: todo son buenas palabras para este espacio que parece la plaza de Las Ventas en peque?o, recogido, c¨¢lido y con buena ac¨²stica. ?Por qu¨¦ no se organizan aqu¨ª m¨¢s conciertos, pues? Dos razones: por problemas de agenda con la programaci¨®n del circo y por lo caro de su alquiler.
- Cuidado: m¨²sico al foso. El momento m¨¢s dram¨¢tico de la semana se vivi¨® el primer d¨ªa, cuando el guitarrista de la banda (acompa?an a Eva y Juan cinco m¨²sicos m¨¢s), Octavio Vinck, calcul¨® mal sus pasos y se despe?¨® de la tarima desde una altura de metro y medio. Fue en la prueba de sonido. Habla Eva: "No me di ni cuenta porque el t¨ªo sigui¨® tocando en el suelo. Es un fiera".
- Las (largas) piernas de Eva. Cinco d¨ªas de concierto, cinco vestidos distintos. Eva vari¨® el vestuario, pero siempre con una premisa: minifalda. La prenda m¨¢s llamativa fue la del primer d¨ªa, un modelo muy ye-y¨¦ que llevaba impreso en la parte delantera y en lentejuelas una inmensa cara de payaso. "El dise?o es de una firma espa?ola que se llama Raasta. Lo encontr¨® una amiga y, como sab¨ªa que ¨ªbamos a tocar en el Price, me lo compr¨®", comenta la cantante. Y a?ade: "Con la minifalda, doy rienda suelta a mis movimientos marcianos". Otra cosa en cuanto a estilismos: Juan ya no se calza esos gorros de lana, sino modernas boinas con visera. La que m¨¢s ¨¦xito tuvo fue la gris.
- Cuesti¨®n de n¨²meros. Los cinco d¨ªas se agotaron las entradas: a 2.000 cada noche, 10.000 personas. Dos horas y cuarto de espect¨¢culo cada jornada hacen un total de 675 minutos. M¨¢s n¨²meros: las ocho guitarras que utiliza Juan Aguirre para interpretar un repertorio de unas 40 canciones. ?La bebida m¨¢s consumida por el p¨²blico? La cerveza, ocho euros el mini de litro. ?Las entradas? Una media de 25 euros, que se amortizan en la primera canci¨®n.
- Tocar con resaca. Actuar al lado de casa tiene sus ventajas. El d¨²o acude al local en su coche particular y puede trasnochar sin la presi¨®n de tener que salir temprano al d¨ªa siguiente disparado para otra ciudad. Eva: "Yo no puedo salir despu¨¦s del concierto, claro, porque si no al d¨ªa siguiente tendr¨ªa la voz destrozada. Adem¨¢s, acabo cansad¨ªsima los recitales. Y le digo a Juan todas las noches: 'No salgas, no salgas, que ma?ana hay que tocar". No le hizo mucho caso su compa?ero. Alguna juerga se ha corrido el guitarrista. En una de ellas estuvo hasta las seis de la ma?ana. Pero todo controlado: "La verdad es que necesito pocas horas de sue?o", dice.
- "El imb¨¦cil de tu jefe". Hay momentos emocionantes en el concierto (Sin ti no soy nada), divertidos (cuando Eva toca el sitar tirada en el suelo y se tiene que poner una manta en las piernas para no ense?ar todo lo que no oculta su minifalda) y furiosos (Revoluci¨®n). Pero sin duda el episodio m¨¢s decib¨¦lico es cuando el p¨²blico grita eso de "Ya no tendr¨¢s que soportar al imb¨¦cil de tu jefe ni un minuto m¨¢s", de la letra de la canci¨®n Marta, Sebas, Guille y los dem¨¢s.
- "?C¨¢sate conmigo!". Al ser el Price un recinto recogido, se tiene la oportunidad de dialogar con los espectadores. Las pausas entre canciones las aprovech¨® el p¨²blico para piropear, sobre todo, a Eva. Lo comenta la receptora: "Me han dicho de todo. Cosas muy bestias como 'te lo comer¨ªa todo', proposiciones como 'c¨¢sate conmigo' o piropos muy bonitos como 'no te mueras nunca'. Pero siempre lo hacen desde el respeto. Por cierto, Juan, hoy te han dicho a ti uno: 'Juan, ojazos". "Ah, ?s¨ª? Pues no lo he escuchado: qu¨¦ pena".
- Nueva canci¨®n, 'Madrid'. S¨®lo una canci¨®n nueva interpret¨® el d¨²o. Se llama Madrid, est¨¢ dedicada a la capital y dice: "Madrid despierta despacio.../ Es domingo y en el Rastro caen r¨ªos humanos calle abajo, me dejo llevar". Una canci¨®n de amor de unos ma?os a la ciudad donde viven desde hace muchos a?os.
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