Cuando las conquistas son demasiado fr¨¢giles

Muy pocos pol¨ªticos del mundo moderno, a excepci¨®n hecha de Silvio Berlusoni, se atreven a exhibir actitudes machistas o racistas. El debate de los Presupuestos Generales de esta semana ha suscitado una llamativa pol¨¦mica sobre el supuesto machismo pol¨ªtico del jefe de la oposici¨®n Mariano Rajoy en sus r¨¦plicas a la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Econom¨ªa Elena Salgado, la primera mujer que ocupa tan alto puesto en la historia de Espa?a.

La tormenta la desat¨® la propia Salgado cuando el martes, al salir del hemiciclo, respondi¨® a los periodistas: "Lo que sent¨ª fue retroceder a este pa¨ªs en 50, 70 u 80 a?os. Los atavismos, entiendo que hay a quien le resulta dif¨ªcil desprenderse de ellos. Pero, en fin, estas cosas pasan en la derecha".

Zapatero ningune¨® a Montoro en la aprobaci¨®n del Presupuesto de 2002

El PP recuerda que este tipo de debates parlamentarios son siempre broncos

Elena Salgado asegura, tres d¨ªas m¨¢s tarde, que no pensaba tanto o s¨®lo en el machismo sino en el estilo bronco y en las formas antiguas de la intervenci¨®n de Rajoy. Y, en todo caso, asegura, ha recibido m¨¢s de 30 cartas de ciudadanos que vieron el debate y que s¨ª percibieron un cierto machismo en las palabras del veterano pol¨ªtico.

Los hechos transcurrieron as¨ª el martes 20 de octubre. Salgado subi¨® a la tribuna del Congreso por segunda vez para responder a Rajoy. Las risas, los aplausos, las protestas y los abucheos obligan al presidente del Congreso a interrumpir su exposici¨®n hasta cinco veces. Cuando termina, Rajoy inicia su turno de r¨¦plica:

-Se?ora vicepresidenta, quiero decirle una cosa, s¨ª no tengo nada contra usted y adem¨¢s no la responsabilizo de la pol¨ªtica econ¨®mica (rumores y aplausos en el hemiciclo). Responsabilizo de la pol¨ªtica econ¨®mica al se?or Rodr¨ªguez Zapatero.

M¨¢s adelante, Rajoy asegura que no pone en duda la credibilidad de Salgado, sino la del presidente del Gobierno y termina su r¨¦plica con las siguientes palabras:

-Se?ora vicepresidenta, mejor dicho, se?or presidente, tiene que retirar esta chapuza, porque ¨¦sta es letal para los intereses de las clases medias y trabajadoras espa?olas.

Elena Salgado, con voz insegura, acusa el golpe:

-Se?or Rajoy, tambi¨¦n esta vez ha sido previsible (encendido aplauso de la bancada popular) (...). Mucho adjetivo y poco argumento sustantivo y, desde luego, una extraordinaria falta de respeto. S¨ª, se?or Rajoy (v¨ªtores y aplausos).

?Hay machismo pol¨ªtico en este enfrentamiento dial¨¦ctico? ?Fueron tan broncos y tan llenos de descalificaciones los debates pasados cuando en la pelea dial¨¦ctica s¨®lo hab¨ªa hombres?

El 22 de octubre de 2002, el entonces ministro de Hacienda Crist¨®bal Montoro hizo, como es norma, una largu¨ªsima exposici¨®n sobre su proyecto de presupuestos. Cuando el jefe de la oposici¨®n, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, tom¨® la palabra ni siquiera se dirigi¨® a ¨¦l.

-Muchas gracias, se?ora presidenta (del Congreso). Se?or Aznar, es verdad que, despu¨¦s de tantas invitaciones a hacer este debate, pod¨ªa haber sido coherente...

Tras su intervenci¨®n, Montoro tom¨® de nuevo la palabra y fue interrumpido hasta ocho veces por los abucheos y las protestas de la bancada socialista.

En octubre del a?o pasado, durante el ¨²ltimo debate presupuestario de Pedro Solbes como ministro de Econom¨ªa y vicepresidente del Gobierno, Rajoy tambi¨¦n se dirigi¨® en multitud de ocasiones directamente a Zapatero como ¨²ltimo responsable del proyecto. "...Yo no hubiera hecho las cosas as¨ª", dijo Rajoy tras el pre¨¢mbulo de su primera intervenci¨®n. "Se?or presidente, ha perdido usted una oportunidad preciosa para mostrarse menos soberbio". A partir de ah¨ª, sin dar mayores explicaciones sobre qui¨¦n es el responsable del proyecto de ley, Rajoy se dirig¨ªa a partes iguales, como ha hecho ahora, tanto al presidente del Gobierno como al responsable de Econom¨ªa, con las descalificaciones habituales de estos debates. "Se?or Solbes, es que no ha dado usted una. ?C¨®mo vamos a confiar en usted?".

Para el Partido Popular, tachar de machista el trato que Mariano Rajoy depar¨® a Salgado es desconocer la tradici¨®n parlamentaria. El debate de los Presupuestos es bronco desde hace muchos a?os. La oposici¨®n perdi¨® la votaci¨®n, pero da por sentado que gan¨® el debate frente a una Salgado poco fajada, dicen, en estas lides. Mariano Rajoy hab¨ªa le¨ªdo atentamente la entrevista del ex ministro de Felipe Gonz¨¢lez Carlos Solchaga publicada d¨ªas antes en la que critica a Zapatero de presidencialista y de tener ministros que, en realidad, son secretarios. "Levant¨® el pie porque se tem¨ªa lo que pod¨ªa pasar", aseguran de Rajoy en el PP. Intent¨®, en definitiva, no ganar por KO a la vicepresidenta en su primer debate presupuestario. ?Es tambi¨¦n machista tal actitud? Los pol¨ªticos saben que las victorias aplastantes no siempre son buenas y, desde ese punto de vista, tambi¨¦n es una t¨¢ctica habitual medir los niveles de derrota. Pero la secretaria general del PP, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, se ocup¨® de avivar el fuego. En una entrevista en Antena 3 puso un ejemplo hiriente al asegurar que Rajoy intent¨® no ser muy agresivo para evitar similitudes con casos en los que "un chico le pega a una chica en el colegio".

Sus palabras han ca¨ªdo como una bomba en el Partido Socialista, pero no s¨®lo. "Eso s¨ª que es machismo", dice Salgado, una opini¨®n a la que se suma Rosa D¨ªez, de Uni¨®n, Progreso y Democracia, que, sin embargo, no percibi¨® como machista la intervenci¨®n de Rajoy.

Sobre lo ocurrido en el Congreso hay disparidad de opiniones. El PP niega que Rajoy haya sido machista y ni ¨¦l ni Cospedal quieren insistir en este asunto. Adem¨¢s de Rosa D¨ªez, tampoco Josep Antoni Duran i Lleida (de Converg¨¨ncia i Uni¨®) percibi¨® una actitud discriminatoria. Ni siquiera algunos diputados socialistas vieron tal cosa en el debate.

En el lado contrario se sit¨²a la oficialidad del PSOE. La secretaria de organizaci¨®n Leire Paj¨ªn no ha dudado en aludir al g¨¦nero de la ministra para explicar el tono falt¨®n y despectivo de Rajoy. Ana Orantes (Coalici¨®n Canaria) o Gaspar Llamazares (Izquierda Unida) tambi¨¦n percibieron cierto machismo en la actitud de Rajoy, si bien ayer Llamazares se neg¨® a insistir sobre ello.

Al margen de las opiniones, este altercado pone en evidencia la todav¨ªa fr¨¢gil posici¨®n p¨²blica de las mujeres. Porque como un boomerang, es la propia Elena Salgado la que ha salido, por el momento, m¨¢s perjudicada. La portavoz del grupo popular, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, vio el fil¨®n de inmediato y atac¨® a la vicepresidenta segunda del Gobierno por escudarse en su condici¨®n femenina. La tambi¨¦n popular Celia Villalobos lo explica con m¨¢s detalle. "La prueba de que no hubo machismo es que las diputadas socialistas no protestaron ni abandonaron el hemiciclo como han hecho en ocasiones anteriores. El problema es que Salgado defendi¨® mal unos presupuestos en los que no cre¨ªa y no puede echarle la culpa a nadie y no es por falta de experiencia parlamentaria. Es una mujer dura que siempre se ha sabido defender bien. Ella es la machista por aludir a su condici¨®n femenina".

Tambi¨¦n algunos medios y columnistas de la derecha se han aprestado a condenar a Salgado, recordando que es una mera "subalterna" de Zapatero, adem¨¢s "fruto de una cuota". Y para Rosa D¨ªez flaco favor ha hecho la vicepresidenta al feminismo con una muestra de debilidad que ya no procede al explicar que para el a?o que viene se preparar¨¢ mejor para un debate tan bronco. "El tono falt¨®n y bronco es criticable, pero independendientemente de que ¨¦ste se utilice contra hombres o mujeres. Para m¨ª fue una sorpresa encontrarme con este debate sobre el machismo al d¨ªa siguiente. Elena Salgado no necesita ir de v¨ªctima".

En un mundo en el que cada palabra se mide y en el que predomina lo pol¨ªticamente correcto, las expresiones machistas han pasado a mejor vida. En su lugar quedan actitudes dif¨ªciles de medir. Como la propia Salgado ha dicho alguna vez, las mujeres en la vida p¨²blica est¨¢n expuestas a un mayor y m¨¢s cr¨ªtico escrutinio p¨²blico. Medir los propios pasos es esencial, como bien demuestra este ¨²ltimo altercado parlamentario.

Uno de los diputados m¨¢s j¨®venes, el socialista Eduardo Madina, cree que en la vida pol¨ªtica en general hay una inercia estructural que tiene comportamientos machistas, pero que afortunadamente y a pesar de todo se ha interiorizado el discurso de la igualdad.