M¨¢s talento, menos trabajo
Acumulan licenciaturas y maestr¨ªas. Pero eso no les basta a los j¨®venes espa?oles, faltos de idiomas y con pocas pr¨¢cticas, para entrar en el mercado laboral m¨¢s hostil de Europa
Colocar a los hijos ha sido una preocupaci¨®n hist¨®rica de los padres espa?oles. A ser posible, en un empleo para toda la vida. Pero lograrlo es cada vez m¨¢s dif¨ªcil. Casi dos tercios de los j¨®venes espa?oles, entre los 25 y los 29 a?os, viven hoy a costa de sus padres, seg¨²n estad¨ªsticas del Instituto de la Juventud (Injuve). ?Qu¨¦ otra cosa podr¨ªan hacer si la tarea de encontrar trabajo, como admite el propio Injuve, "se ha convertido en una asignatura m¨¢s", la principal y m¨¢s dif¨ªcil de aprobar, para la joven generaci¨®n espa?ola? El problema no es s¨®lo nuestro. El instituto CRF, una fundaci¨®n surgida en Holanda para tender puentes entre empleadores y empleados, considera que estos j¨®venes corren el riesgo de convertirse en una generaci¨®n desmoralizada. M¨¢s y mejor formados que sus padres, "pensaban ser la generaci¨®n de la esperanza, pero la actual crisis econ¨®mica y financiera les convierte a veces en las primeras v¨ªctimas".
30 empresas de Espa?a, muchas multinacionales, han conseguido este a?o el certificado de empleadores de alto nivel
Si el panorama global es preocupante, el espa?ol es desolador. Mientras el desempleo se acerca al 20% de la poblaci¨®n activa, entre los j¨®venes asciende al 28%, y llega al 38% en la franja que va de los 16 a?os a los 25. Las tasas de paro juvenil m¨¢s altas de Europa. Una situaci¨®n especialmente dram¨¢tica entre los j¨®venes licenciados porque, en nuestro pa¨ªs, como explica Cristina Bermejo, secretaria confederal de juventud de Comisiones Obreras, "la principal mano de obra que requiere la econom¨ªa, sustentada sobre el sector servicios y el ladrillo, es de baja cualificaci¨®n".
No hay perspectivas de cambio en el horizonte. "No hay m¨¢s que ver que los presupuestos de I+D+i, que podr¨ªan fomentar el empleo de calidad, han sufrido recortes. Tenemos trabajos de alt¨ªsima temporalidad. Aqu¨ª lo t¨ªpico es que el joven que tiene un master entre de botones en la empresa", a?ade esta sindicalista.
A esa dificultad se suma otra: un sistema educativo desligado del mundo del trabajo, seg¨²n los expertos en el mercado laboral consultados para este reportaje. Todos ponen el dedo en la misma llaga: formaci¨®n demasiado te¨®rica, horarios de clases interminables que hacen casi imposible compaginar trabajo y estudios, y casi nada de pr¨¢cticas.
Y hay un pero m¨¢s, los idiomas. "Espa?a es todav¨ªa una isla en este sentido. Muchos j¨®venes hacen constar en su curr¨ªculo el dominio del ingl¨¦s, pero en realidad apenan lo hablan", dice Robert Schaefer, responsable para el sur de Europa del Instituto CRF, que se instal¨® en Espa?a en 2005. Aunque las cosas est¨¢n cambiando. El instituto, que otorga el certificado de Top Employers (mejores empresas por su trato al empleado) en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados, ha entregado este a?o a 30 firmas espa?olas este documento. La mayor¨ªa son multinacionales extranjeras, aunque hay tambi¨¦n dos bancos, una multinacional espa?ola y una empresa p¨²blica (Correos). Todas afectadas por la crisis. "Pero el buen empresario se distingue por intentar mantener a sus empleados, aun en estas situaciones", dice Victoria Alcober, encargada de la mercadotecnia de este instituto junto a Salvador Ib¨¢?ez.
?Y las dem¨¢s? "Algunas empresas no han aceptado someterse a nuestro cuestionario de 80 preguntas y a las verificaciones posteriores, en otros casos no han alcanzado la puntuaci¨®n necesaria", dice Schaefer.
Todas las grandes se rigen por un mismo criterio corporativo. "Se prefiere empleados con iniciativa, y capacidad de comunicaci¨®n con el resto. Gente con una mayor implicaci¨®n en la empresa y en su trabajo. Importan los salarios, pero cada vez m¨¢s las condiciones laborales: horarios m¨¢s flexibles, y beneficios que permiten mantener un mejor equilibrio entre vidas privadas y trabajo. Ya no importan las horas que trabaja un empleado, sino sus resultados laborales".
Un verdadero sue?o que pocos j¨®venes licenciados llegan a hacer realidad. Porque, como se?ala Cristina Bermejo, lo que abunda hoy por hoy son las empresas, "que exigen t¨ªtulos, idiomas, de todo, pero no ofrecen salarios acordes a estas exigencias". Empresas que optan por contratar j¨®venes como becarios y rechazan los contratos de pr¨¢cticas, regulados y bonificados por el Gobierno. El destino de los becarios es, muchas veces, cubrir puestos de inferior cualificaci¨®n y menor salario.
Y eso que en Espa?a, "el talento no falta". Lo dice Pilar Jeric¨®, socia-directora de InnoPersonas, una consultora que se ocupa de algo tan moderno como la gesti¨®n del talento, de las habilidades, de los empleados. Seg¨²n Jeric¨®, los chicos espa?oles s¨®lo tienen un problema, "no aceptan la movilidad geogr¨¢fica". Juan Carlos Cubeiro, socio de Eurotalent, consultora que gestiona tambi¨¦n el talento, cree, en cambio, que el problema reside en otra cuesti¨®n. "Las cualidades que aprecian las empresas no se ense?an en la universidad". ?Y son? "La capacidad de relacionarse con los dem¨¢s, de trabajar en equipo, la voluntad y el esfuerzo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.