Blanca sale del Laberinto
Ella dice que la rabia le viene de la cuenca minera, unos or¨ªgenes que puede que tambi¨¦n expliquen los ojos y el pelo negros como el carb¨®n. Se cri¨® entre animales -"caballos, gallinas, vacas, ¨¢guilas, lobos, perros, gatos? dec¨ªan que en el pueblo hab¨ªa hasta un oso, pero creo recordar que lo cazaron al pobre"- y quiz¨¢ eso tambi¨¦n explique por qu¨¦ se ha pasado a?os "escapando" de una vida en la que nada encajaba. Blanca Romero (Asturias, 1977) fue modelo antes que famosa y famosa antes que actriz.
After, tercer largometraje de Alberto Rodr¨ªguez (el director de 7 v¨ªrgenes), es el sorprendente deb¨² en el cine de la guap¨ªsima asturiana. El filme narra la noche de tres amigos que rondan la cuarentena: drogas, sexo y una desesperanza vital que no alcanza fin. "No buscan nada, ni siquiera divertirse, es el sinsentido permanente", explica ella sobre unos personajes con los que dice sentir ciertas conexiones. "En la pel¨ªcula, todo es muy extremo, pero conozco la noche, y desde luego tengo amigos que est¨¢n as¨ª. Vivimos solos, muy solos; nos dicen que hay que tener ¨¦xito, pero nadie nos avisa de lo solo que te quedas. Todo muy guay y muy divertido, pero muy pat¨¦tico tambi¨¦n. Yo fren¨¦, y aunque forc¨¦ la m¨¢quina, me quise m¨¢s que estos tres personajes; para ellos, nada funciona, viven en la insatisfacci¨®n permanente".
En los ¨²ltimos dos a?os, la vida de Blanca Romero ha dado un giro total. Vive con su hija en Madrid, y su ¨¦xito en la serie de televisi¨®n F¨ªsica o qu¨ªmica le ha abierto las puertas de un mundo que nunca le llam¨® especialmente la atenci¨®n: el de la interpretaci¨®n. Sentada en el bar de un hotel madrile?o, relata su vida pasada sin se?alar a nadie, dice que tiene "heridas muy grandes", pero ahora sabe que es fuerte y puede vivir con ellas. "He estado muy perdida, no sab¨ªa si quer¨ªa cantar o bailar, pero lo de actriz ni lo hab¨ªa pensado. Yo no me consideraba actriz, ni sent¨ªa mucho respeto a mi alrededor, pero el otro d¨ªa me escuch¨¦ a m¨ª misma habl¨¢ndole a una compa?era de ?nosotras las actrices?, y quiz¨¢ es una tonter¨ªa, pero en ese momento pens¨¦ que hab¨ªa perdido el miedo y que s¨ª, ?por qu¨¦ no?, soy actriz".
Madre soltera a los 21 a?os, desde muy ni?a empez¨® a huir. Mediana entre tres hermanos, sus padres (un ama de casa que trabajaba en una tienda de discos y un novillero que acab¨® en una empresa de la construcci¨®n) dejaron el campo y se instalaron en Gij¨®n siendo ella una adolescente. "A los 12 a?os dej¨¦ los estudios, no me interesaban nada, y cuando algo no me interesa no hay manera. Suspend¨ªa todo. Con 17 a?os dej¨¦ mi casa para irme a Par¨ªs, y all¨ª empec¨¦ a viajar y ganarme la vida como modelo, fueron unos a?os de mucho trabajo y de mucho ¨¦xito profesional". All¨ª tambi¨¦n conoci¨® al padre de su hija. "No fue un accidente, busqu¨¦ el embarazo. Me iba bien, pero todo me agobiaba, todo me ven¨ªa grande. Era muy t¨ªmida y en el fondo estaba fatal. Me enamor¨¦ de un chico y no tuve suerte, pero quer¨ªa tener un hijo. En mi casa me tomaron otra vez por loca, pero para m¨ª era una cuesti¨®n vital. Nadie me ayud¨®, pero tuve a mi ni?a". Un parto traum¨¢tico (la ni?a naci¨® con la piernas rotas), pero al fin algo de lo que no se puede escapar: "Mi hija me oblig¨® a enfrentarme a la realidad, sin ella no habr¨ªa tenido la fuerza para soportar el mundo".
Su boda con el torero Cayetano Rivera (segundo hijo de Carmen Ord¨®?ez y Paquirri) a los 24 a?os podr¨ªa parecer el fin de un camino, pero tampoco fue as¨ª. La convirti¨® en un personaje popular aunque, seg¨²n ella, esa popularidad rosa rompi¨® su carrera profesional como modelo. No fue, por mucho que lo pareciera, la princesa de ning¨²n cuento de hadas, y aunque mantiene una buena relaci¨®n de amistad con el apuesto torero, la historia de amor dur¨® poco. "A los dos a?os nos separamos y yo me vine a Madrid. Mi imagen se deterior¨® much¨ªsimo y empec¨¦ a perder trabajos, uno detr¨¢s de otro".
Blanca Romero habla con una extra?a mezcla de confesi¨®n y desapego. Tantea el terreno con ayuda de su intuici¨®n, es confiada y buena, pero cuando le sale el mal genio es capaz de liarse, literalmente, a tortas con la valla de un parking p¨²blico. B¨¢sicamente, se hace da?o a s¨ª misma. "Fue entonces, despu¨¦s de la separaci¨®n, cuando dej¨¦ a mi hija en Asturias con mis padres y me rap¨¦ la cabeza". Un gesto simb¨®lico, de evidente autolesi¨®n, que ella justifica: "Cuando me afeit¨¦ la cabeza perd¨ª muchos trabajos, pero no me arrepent¨ª. Estaba en un momento cr¨ªtico de mi vida y no me gustaba nada de lo que me ocurr¨ªa. Sin trabajo, con todas las puertas cerradas, con una imagen nefasta, s¨®lo hab¨ªa alcanzado una meta horrorosa de la que no culpo a nadie. Mi vida se hab¨ªa detenido y estaba desesperada. Me afeit¨¦ la cabeza y me liber¨¦".
Su proyecto musical La Perra fue otro fracaso m¨¢s -"nadie crey¨® en m¨ª"- hasta que lleg¨® el milagro gracias a una casual intervenci¨®n televisiva en El Club de Flo. Bastaron nueve mon¨®logos (sobre cr¨¦ditos, hombres y tanatorios) para que el equipo de casting de I?aki Mercero (director de F¨ªsica o qu¨ªmica) reparase en ella. "Despu¨¦s de tanto tiempo, las piezas empezaron a encajar, ten¨ªa trabajo, pod¨ªa mantener a mi hija y pod¨ªa volver a vivir con ella". Ella cree que es actriz "por intuici¨®n, por coherencia y por sentido com¨²n". "Y porque tengo mucha vida", a?ade. "Yo no estudi¨¦ interpretaci¨®n, pero nunca me he olvidado de vivir, y si un actor necesita algo es vida, para entenderla y para contarla. Para m¨ª, interpretar no es algo ortop¨¦dico, sino algo muy natural".
Su trabajo en After s¨®lo es el principio. Un personaje demasiado al l¨ªmite, que mendiga cari?o en una noche en la que nadie est¨¢ dispuesto a darlo. Ana, ese personaje, pasa la noche aferrada al m¨®vil, esperando una llamada que, por supuesto, nunca llega. El sexo como ant¨ªdoto desesperado del amor que nunca ocurre y un perro herido y perdido que se cruza en su camino. "Sufre much¨ªsimo, no tiene ninguna paz y sue?a con un pr¨ªncipe azul que la salve de tanta autodestrucci¨®n. Pese a todo, hay cosas que no puedo entender de ella, y por eso interpretarla me hizo m¨¢s da?o del que pensaba".
Blanca Romero tiene una casa en el monte Deva, ha tardado cinco a?os en construirla, y de todos sus ideales es el ¨²nico que se mantiene en pie. "La he hecho muy poco a poco. Voy all¨ª para perderme en el monte, para bajar el r¨ªo. Me criaron en el campo y es all¨ª donde encuentro mi calma y mi fuerza. Desde ni?a he so?ado con esa casa, puedo caminar horas y horas por el monte, y es all¨ª donde me quito la tristeza, las tonter¨ªas que tengo en la cabeza y que me distraen. All¨ª estoy sola con mis sue?os y all¨ª me creo que puedo alcanzarlos".
Le gusta pensar que la vida nos pone a todos en nuestro sitio y que es mejor luchar siempre que creerse definitivamente algo. Confiesa que en estos d¨ªas le espera una cita con un famoso director extranjero para una prueba ("pero ya se sabe: con estas cosas, mejor no decir con qui¨¦n") y tambi¨¦n que ha decidido comprar un perro peque?o, un regalo para su hija y una responsabilidad m¨¢s para ella. Lo repite al despedirse, como si fuera un dato fundamental para entenderla. "Los dioses me han dado una nueva oportunidad para hacer las cosas bien y ahora s¨®lo se trata de no tirar la toalla ni desmoronarme", afirma. Quiz¨¢ porque se mueve por impulsos, o porque sigue siendo una mujer temerosa de lo que puedan escribir sobre ella, a los pocos d¨ªas del encuentro deja un mensaje de desarmante sinceridad en el contestador: "Nada, que ya tengo un perro en casa". P
Consulta la ficha de 'After' en nuestra cartelera
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