La generaci¨®n 'peter pan' est¨¢ hipotecada
Espa?a tiene casi 8 millones de treinta?eros, nacidos al final del 'baby boom' - Est¨¢n desencantados y altamente endeudados - Son consumistas y buscan en el ocio la nostalgia de su infancia
En Estados Unidos se les bautiz¨® como kidults -del ingl¨¦s kid (ni?o) y adult (adulto)-. En Latinoam¨¦rica optaron por un juego de palabras en espa?ol, adultescentes, por la uni¨®n de adulto y adolescente. Y en Espa?a los soci¨®logos prefieren definirles como treinta?eros bajo el s¨ªndrome de Peter Pan, mientras que los expertos en mercadotecnia les llaman Generaci¨®n X. Constituyen, seg¨²n los ¨²ltimos datos demogr¨¢ficos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, el segmento de poblaci¨®n mayoritario en Espa?a, con casi ocho millones de personas y, en consecuencia, representan una bolsa ingente de consumidores.
Son los ¨²ltimos hijos del baby boom de los setenta y, en general, todos responden a los mismos patrones. Constitu¨ªan la generaci¨®n mejor preparada pero que se ha dado de bruces con un mundo que ha cambiado repentinamente ante sus narices. Ahora deben construirse una nueva realidad y piensan, quiz¨¢ con raz¨®n, que ya est¨¢n llegando tarde. Son unos j¨®venes que rompieron esquemas, abrieron nuevos caminos a base de luchas sociales y, de golpe, se ven amarrados a una hipoteca o, por el contrario, tienen que regresar al nido familiar, a esa casa de la que ansiaban emanciparse. En definitiva, un final de trayecto infernal. Y se dicen: "Yo no entiendo nada".
La familia y el entorno les presion¨® para que tuvieran una casa en propiedad
Estos j¨®venes han ido retrasando su emancipaci¨®n por su inestabilidad laboral
El ¨²nico refugio que les queda ahora es su retorno a la etapa juvenil. Pero como retroceder en el tiempo se antoja imposible, mantienen las mismas actitudes y formas de ocio que entonces. Por eso se les llama kidults, adultescentes o Peter Pan.
El problema de los treinta?eros arranca -y nunca mejor dicho- de su pecado original: su propio tama?o generacional. No es que nacieran muchos: nacieron demasiados. La tasa de fecundidad alcanz¨® los 2,8 hijos por mujer f¨¦rtil. Este estigma les ha marcado desde entonces: masificaron las aulas de las escuelas, despu¨¦s las del instituto, las de la Universidad y, una vez con el t¨ªtulo debajo del brazo, las colas de demanda de empleo y las oficinas del paro.
El soci¨®logo Enrique Gil Calvo apunta que, adem¨¢s de su peso demogr¨¢fico, los treinta?eros heredaron el objetivo de emanciparse con un piso de propiedad, una cultura enraizada en Espa?a e Italia, pero no en el norte de Europa, donde el propio Estado promueve y subvenciona el alquiler. "Aqu¨ª el Estado del bienestar s¨®lo se entiende para la gente mayor, en ning¨²n caso para los j¨®venes", abunda Pau Miret, soci¨®logo del Centro de Estudios Demogr¨¢ficos. "Y en Espa?a las presiones para comprar una vivienda eran muy fuertes y constantes", agrega. El porcentaje de vivienda en propiedad en Espa?a se sit¨²a en el 92% frente al 6% de alquiler.
Pero ?c¨®mo comprar una vivienda con un contrato temporal y sin estabilidad laboral? La Generaci¨®n X fue la primera que firm¨® hipotecas a 35 y 40 a?os vista. "Se hipotecaban no s¨®lo por el hecho de comprar un piso, sino porque significaba comprarse la emancipaci¨®n que ans¨ªa todo joven. Y los bancos se aprovecharon de este efecto llamada", resume Lorenzo Navarrete, decano del Colegio de Soci¨®logos de Madrid. A esta presi¨®n familiar y social -"con un alquiler est¨¢s tirando el dinero", les recriminaban- se sum¨® la bajada de los tipos de inter¨¦s y unas entidades financieras que les recibieron con los brazos abiertos.
Sin embargo, su situaci¨®n se asemeja a la del pez que se muerde la cola. El primer pilar para la transici¨®n al mundo adulto es el mercado laboral, porque supone la base para el resto de transiciones. Es decir, la compra de la vivienda, la creaci¨®n de una familia y los hijos. Pero si el primer pilar no es lo suficientemente s¨®lido o se resquebraja, se hunde el resto y con ello, incluso, la trayectoria vital. De ah¨ª que la edad de emancipaci¨®n en Espa?a se sit¨²e entre las menores de Europa, en el 45,6% del total de j¨®venes. "Poco a poco se multiplica el efecto porque hasta que no consiguen el capital para dar la entrada del piso o un contrato estable van aplazando su salida de casa. Pero contin¨²an pensando que la compra de una vivienda es la mejor inversi¨®n, incluso como apuesta biogr¨¢fica, porque el t¨ªtulo universitario no basta", insiste Gil Calvo, que denomina a este grupo Generaci¨®n H, por la hipoteca. Un informe de Estados Unidos evidencia que los treinta?eros representan la primera generaci¨®n que, en t¨¦rminos relativos, gana menos que la de sus propios padres.
"Es la primera generaci¨®n en la historia de la humanidad que no ha tenido que hacer lo que hac¨ªan sus padres. Y esto crea incertidumbre. Adem¨¢s, les ha fallado el t¨®tem de la vivienda", comenta Gerard Costa, profesor de Marketing Social de la escuela de negocios Esade. Y Navarrete, de acuerdo con este an¨¢lisis, apunta otra frustraci¨®n: "Se pelearon por todos y con todo el mundo y, en muchas ocasiones, tiraron la toalla para poder irse. Y ahora casi no disfrutan de esas conquistas sociales que ellos consiguieron. Es una generaci¨®n a la que debemos mucho y ellos, a su vez, tambi¨¦n deben mucho, pero a los bancos".
Este turbulento contexto ha creado, seg¨²n la mayor¨ªa de soci¨®logos, una generaci¨®n desencantada, desorientada, perpleja, aplastada, con sensaci¨®n de pesadez, con enormes y constantes dudas porque el mapa de rutas que trazaron sus padres ya no les sirve y han de orientarse con uno nuevo en blanco y con unos valores diferentes. "Es una generaci¨®n desencantada, que no se ha adaptado, que podr¨ªa romper pero no lo han hecho y esto comporta un desgaste. Pero yo el eje lo veo por las dudas ya que se han encontrado sin red de protecci¨®n y tienen una sensaci¨®n de oportunidad perdida", resume Gerard Costa.
Los treinta?eros casados que buscan descendencia calcan, en su mayor¨ªa, esos par¨¢metros de constantes dudas, considera Gil Calvo. ?Sabr¨¦ hacer bien de padre?, se preguntan. "Est¨¢n atemorizados por hacerlo mal. Pero incapaces de imponer autoridad a los hijos optan por mimarles y por sobreprotegerles. Los protocolos de sus padres no les sirven y ahora carecen de manual de uso", comenta. Pero incluso en ellos -la pareja- se da una contradicci¨®n: culturalmente son transgresores y modernos pero sociopol¨ªticamente conservadores. "Es una mezcla contradictoria y ambivalente", a?ade este soci¨®logo.
Ese conservadurismo se aprecia tambi¨¦n en su inmovilismo laboral y en su visi¨®n del mundo del trabajo. Para sus padres el ¨¦xito y progreso profesional representaban una meta; en cambio, los treinta?eros tienen otra escala de valores y dan mayor importancia a otra serie de elementos como el ocio y a colmar sus emociones. De ah¨ª que, como subraya Costa "las empresas hayan entrado a deg¨¹ello en este segmento de edad".
La esl¨®ganes publicitarios de la tienda de muebles Ikea reflejan, con exactitud, la situaci¨®n personal y el estado de ¨¢nimo de los treinta?eros. "Donde caben dos, caben tres" no iba destinado a las parejas que quer¨ªan ser padres sino a los treinta?eros llamados boomerang, los que regresan a casa de sus padres despu¨¦s de una etapa frustrada y frustrante de emancipaci¨®n. Y los hay en n¨²mero. "Redecora tu vida", era un anzuelo para esta generaci¨®n que no entiende nada perpetuo y desencantada, se?ala Pilar Alc¨¢zar, periodista y autora del libro Entre singles, dinkis, bobos y otras tribus, sobre las oportunidades de negocio destinadas a estos grupos de treinta?eros. Y por fin, "La Rep¨²blica independiente de tu casa", es sin¨®mino de b¨²squeda de emancipaci¨®n, incluso en el seno del hogar. Tambi¨¦n va dirigido a quienes viven solos. Y la Generaci¨®n X es la m¨¢s abundante. Seg¨²n la ¨²ltima EPA, del tercer trimestre de 2009, en Espa?a hay 539.300 viviendas unifamiliares de personas activas en este segmento de edad.
El consumo de los treinta?eros va ligado sobre todo al ocio entendido como retorno y nostalgia de la etapa juvenil, porque implica tambi¨¦n un cambio de valores. "Antes estaba mal visto que una persona tuviese un punto infantil, le llamaban ni?ato, pero ahora es diferente", a?ade Alc¨¢zar. "Es un segmento m¨¢s consumidor. Cuando era joven entrevi¨® estas cosas, pero lo disfrut¨® con limitaciones. Ahora lo puede hacer con amplitud", incide Costa. Y Navarrete apunta su explicaci¨®n sociol¨®gica: "El s¨ªndrome de Peter Pan es la garant¨ªa de mantener la equidistancia entre sentirse integrado y, al tiempo, tambi¨¦n libre. Aun pensando ya como adultos conservan m¨¢s actitudes y atributos juveniles. Una lucha contracultural". Tambi¨¦n es cierto que los t¨¦rminos juventud y juvenil se han estirado e incluyen a personas de 34 a?os que son y se sienten j¨®venes.
Los estudios de mercado y, en definitiva, los h¨¢bitos consumistas de estos treinta?eros no fallan. En Barcelona, por ejemplo, se han agotado las famosas mu?ecas Baby mocosete. No las han comprado los padres para sus hijos, sino la mam¨¢ para su disfrute. El pasado fin de semana, la pel¨ªcula de dibujos animados Vicky el Vikingo bati¨® record de taquilla. La mayor¨ªa de espectadores eran treinta?eros con su prole. Lo mismo sucedi¨® en 2005 con Mortadelo y Filem¨®n. Los ejemplos se extienden a los musicales de Mecano, Abba o Queen. O a la reedici¨®n de filmes como Star Wars. O a los anuncios: la recuperaci¨®n del espot en blanco y negro del gel Legrain-Par¨ªs y el "Anda, los donuts". Y c¨®mo no, a la play station o el Scalextric.
"En cuanto al ocio son unos j¨®venes que gastan mucho. Pero ahorran en cosas pr¨¢cticas, porque no dejan que les tomen el pelo. Utilizan las compa?¨ªas a¨¦reas low cost o los outlet de ropa. Pero, en cambio, gastan mucho en satisfacer sus emociones y en caprichos", afirma Alc¨¢zar. Y Gerard Costa lo ejemplifica: "La figura de Jockey de Batman cuesta m¨¢s de 200 euros y ha sido todo un ¨¦xito. Y los de Tim Burton se agotaron". El Baby mocosete supera tambi¨¦n los 200 euros.

?Y la jubilaci¨®n?
Espa?a tiene una pir¨¢mide de edad embarazada, porque predominan los treinta?eros que suman 7,9 millones de personas. De ellos, el 18% procede de la inmigraci¨®n. La estad¨ªstica del INE arroja un dato preocupante: el envejecimiento paulatino de la poblaci¨®n y las repercusiones para los cuatro pilares del Estado del bienestar: las pensiones, el sistema nacional de salud, la educaci¨®n y las ayudas sociales. De no aumentar el ritmo de nacimientos, Espa?a puede convertirse en un pa¨ªs de viejos y sin j¨®venes que coticen a la Seguridad Social. Y adem¨¢s, la gente vive mucho m¨¢s d¨ªa a d¨ªa.
Sin embargo, parece que este problema no inquieta sobremanera a los actuales treinta?eros. Seg¨²n una encuesta del grupo asegurador Caser, s¨®lo el 46% de los entrevistados cree que la Seguridad Social -sanidad y pensiones- tendr¨¢ dificultades en el futuro, frente a una media total del 69%. El 11% cree que desaparecer¨¢ y el 35% que el Estado reducir¨¢ las prestaciones.
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