Cuando Lou plagi¨® a Nazario
Ya sabr¨¢n que muri¨® Gaspar Fraga. Integrante del n¨²cleo duro del underground espa?ol, Gaspar vivi¨® episodios que hoy nos resultan extraordinarios. Estudiante en la Sorbona, particip¨® en Mayo del 68, pero no recordaba heroicidades propias sino la astucia de un gendarme: examin¨® sus manos, vio que ten¨ªan marcas de arrancar adoquines y le expuls¨® del pa¨ªs. Ya en Espa?a, ?zas! y al saco: la polic¨ªa intercept¨® una foto suya, tomada en Marruecos, donde estaba fumando algo parecido a un porro.
Invocando la Ley de Peligrosidad Social, le encerraron en el psiqui¨¢trico de Carabanchel, donde comparti¨® "tratamiento" con Miguel R¨ªos y Henry Stephen. Veinticinco a?os despu¨¦s, un irredimible Gaspar impulsaba el movimiento antiprohibicionista espa?ol con la revista C¨¢?amo, que super¨® las zancadillas de ministros como Corcuera y Acebes. Conviene destacarlo: aunque el underground nacional abunde en fracasos, Gaspar convirti¨® su idea en una empresa rentable y pol¨ªticamente activa, muy presente en los debates sobre la legalizaci¨®n.
Con direcci¨®n de Gaspar Fraga, 'C¨¢?amo' super¨® las zancadillas de ministros como Corcuera y Acebes
Pero quisiera celebrarle por otra aventura editorial. En 1976, reci¨¦n enterrado el cocodrilo, lanz¨® Rock Comix, publicaci¨®n que combinaba textos e historietas sobre m¨²sica. El rock sal¨ªa de la clandestinidad y hab¨ªa hambre de informaci¨®n, hasta de fantas¨ªa: la mitolog¨ªa del rock incitaba a prometedores dibujantes novatos como Mariscal, Max o Montesol.
El n¨²mero 4 de Rock Comix se consagr¨® a Lou Reed y The Velvet Underground. Por aquel entonces, Reed encarnaba un Nueva York fascinante, de sexualidad polimorfa y tentadora hero¨ªna (tardamos en saber que, realmente, la droga de aquel c¨ªrculo eran las anfetaminas). En portada, Nazario imaginaba un personaje muy Walk on the wild side: ten¨ªa cabeza rapada, vest¨ªa chupa de cuero, short, medias con ligueros y botas de dominatrix.
Era una imagen poderosa: cautiv¨® al propio cantante. Le gust¨® tanto que finalmente sirvi¨® como envoltorio de un en directo Take no prisoners (1979). Por las bravas: Lou no solicit¨® permiso para recrear el original, que hubo que adaptar al formato de elep¨¦. Ni una menci¨®n de Nazario en los cr¨¦ditos, aunque en el interior se reproduc¨ªan dibujos de Ceesepe, Stav y Rubiales, aparecidos igualmente en el monogr¨¢fico.
Hubo cierto alboroto medi¨¢tico y su discogr¨¢fica, RCA, tom¨® precauciones: cuando se edit¨® Take no prisoners aqu¨ª (s¨ª, los discos tardaban meses en llegar) hab¨ªan cambiado la portada, sustituida por una foto gen¨¦rica. Gaspar quiso demandarles en Nueva York, pero los abogados estadounidenses exig¨ªan grandes fondos para pleitear.
Aparentemente, Reed se sali¨® con la suya. En los a?os ochenta, al preguntarle por el asunto, se hizo el ofendido: "?C¨®mo pueden exigirme una compensaci¨®n cuando reprodujeron mis letras por la cara? ?Ellos fueron los ladrones!". El argumento resultaba endeble, pero uno no puede discutir con un Lou Reed enfadado.
Los agraviados callaron. Hasta que se reedit¨® Take no prisoners en CD. Se difundi¨® mundialmente con la portada bajo sospecha, firmada por Brent Bailer, un dibujante que calc¨® la ilustraci¨®n de Rock Comix. Esta vez s¨ª que hubo juicio, en Barcelona. Nazario lo pas¨® mal: el letrado de RCA se dedic¨® a denigrarle. Manipulando la cronolog¨ªa, asegur¨® que el plagiario era Nazario, al que describ¨ªa como un caradura con pretensiones de artista, un ser de mala vida (ya me entiende, su se?or¨ªa, de la acera de enfrente). Asombrosamente, el juez fall¨® a favor de la disquera. S¨®lo en segunda instancia se reconoci¨® la infracci¨®n y Nazario fue indemnizado con cuatro millones de pesetas.
Hoy, Nazario minimiza el asunto: "Si Lou lo hubiera pedido, seguramente se lo habr¨ªamos cedido, por el punto de asociarnos con un disco suyo. Nos molest¨® su prepotencia". Le aconsejaron que siguiera querell¨¢ndose en otros pa¨ªses: conseguir¨ªa sabrosas compensaciones hasta obligar a que RCA y Lou Reed reconocieran el robo de su propiedad intelectual. Renunci¨® a esa posibilidad: "No me ve¨ªa yo como un feriante, de gira por los tribunales".
Nazario Luque estuvo en la despedida de Gaspar Fraga. All¨ª sonaron temas de Tim Buckley, los Stones, Zappa. Pero nada de Lou Reed.
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