Transgresi¨®n nupcial

Los reportajes de boda ambientados en un parque, llenos de fotograf¨ªas que muestran a los novios con las manos entrelazadas y mir¨¢ndose con dulzura junto a un ¨¢rbol o una fuente ya han empezado a pasar a la historia. Lo ¨²ltimo a la hora de retratar a los reci¨¦n casados para esos ¨¢lbumes que luego ense?ar¨¢n a sus familiares y amigos es situarlos en escenarios industriales, urbanos o con est¨¦ticas muy rompedoras. Tal es la preparaci¨®n previa y el tiempo necesario para completar los trabajos que las sesiones se desarrollan d¨ªas despu¨¦s del enlace para no entorpecer la jornada.

La tendencia se halla en alza y varias empresas vizca¨ªnas han notado una inclinaci¨®n cada vez mayor de las parejas por apostar por im¨¢genes m¨¢s transgresoras en detrimento de las tradicionales "para diferenciarse del resto" y tener un ¨¢lbum "muy personal, fuera de lo normal". De hecho, entre el 70% y el 90% de los encargos que ha recibido el sector este a?o buscaba m¨¢s originalidad y menos "?o?er¨ªa".

Los nuevos ¨¢lbumes incluyen im¨¢genes en viejos pabellones o desnudos

La actual cultura audiovisual ha marcado su impronta en las fotos de enlaces

Una de las primeras empresas en este ¨¢mbito, F64, ha realizado trabajos fuera y dentro del Pa¨ªs Vasco de todo tipo. Su archivo incluye parejas de novios en plena persecuci¨®n entre mafiosos de los a?os veinte, posando sobre una moto en un pabell¨®n industrial abandonado o interpretando escenas de est¨¦tica g¨®tica en el cementerio de Derio. Tambi¨¦n hay novias que se dejan fotografiar sin la parte superior del vestido o completamente desnudas. Adem¨¢s, ofrece la opci¨®n de contratar el paquete Nueve lunas, que permite a los novios, sin recargo alguno, asegurarse una sesi¨®n de fotos cuando la novia se quede embarazada. No hay fecha de caducidad.

Casi todo vale para desterrar la "est¨¦tica de bodorrio", como la califica Jorge Lamas, propietario del estudio F64 desde hace diez a?os, y, m¨¢s en concreto, la del huevo frito, como define esa t¨ªpica imagen de una novia sentada con el vestido extendido y el ramo sobre la cola.

Este nuevo tipo de reportajes, que cuestan entre 800 y 1.800 euros, se gestan entre los novios y los fot¨®grafos, que ahondan en los gustos y aficiones de sus clientes. "Vienen con la ¨²nica idea de hacer algo distinto, pero sin saber muy bien qu¨¦", apunta Lamas.

Los expertos explican esta moda creciente por la cultura audiovisual de cada generaci¨®n. "La de las parejas actuales es muy distinta a la de hace unos a?os. Buscan que se parezca m¨¢s a un reportaje de moda que a uno de boda", apunta Eugenio Hern¨¢ndez, responsable de la empresa Fotogenia Digital. ?Tanta originalidad ha podido llegar siempre a buen puerto? ?l tiene dos reportajes frustrados: una pareja que pretend¨ªa fotografiarse en medio de una fuerte tormenta y otro ambientado en una empresa abandonada donde se encontraron con un asentamiento de inmigrantes rumanos.