Los barrancos de la memoria
Un hijo de exiliados firma el primer gran filme sobre las fosas de la Guerra Civil
Recordar, desenterrar a los muertos es una cuesti¨®n de piel. De regenerar los huesos que inundan esas fosas an¨®nimas, de cerrar heridas para no reabrirlas, de volver a revestir el olvido de dignidad. Con ese prop¨®sito, Jos¨¦ Luis Pe?afuerte, cineasta belga, hijo de exiliados espa?oles, se ha echado la c¨¢mara al hombro para rodar durante tres a?os un emocionante documental que se estren¨® ayer en la Seminci de Valladolid. Se titula Los caminos de la memoria y es la primera gran pel¨ªcula surgida al amparo de la Ley de Memoria Hist¨®rica. Un recuento del empe?o por devolver la dignidad de los represaliados en el franquismo.
Pe?afuerte es un tipo de principios. Un artista de esos a los que les gusta husmear sobre las injusticias pestilentes. Mezcla de asturiano y sevillana, engendrado en la di¨¢spora, naci¨® en Bruselas hace 36 a?os. All¨ª fue a parar gran parte del exilio y 5.000 ni?os despojados de sus familias que le sirvieron para hacer su primer documental. "Se titulaba Ni?os, y es de 2001; a¨²n me piden que vaya a dar charlas por toda Europa con ¨¦l".
Sempr¨²n: "La balanza est¨¢ todav¨ªa del lado de los vencedores"
"Fuera de Espa?a no se entiende el acoso a Garz¨®n", dice el director
Cuando lo termin¨®, crey¨® que hab¨ªa cumplido con la deuda con su parte espa?ola. No era suficiente. Con el proceso de desenterramiento de fosas comunes -en las que yacen, seg¨²n los que saben del asunto, 130.000 muertos de la posguerra fascista- algo se le removi¨® dentro. "Algo que iba acompa?ado de una necesidad. Se acababan los testimonios directos de aquellos a?os. Hab¨ªa que contarlo todo de viva voz. Era una cuesti¨®n de urgencia biol¨®gica. Se mueren", comenta Pe?afuerte. As¨ª, fue hablando con gentes que lo sufrieron en propia carne. Desde Jorge Sempr¨²n a Marcos Ana u otros presos pol¨ªticos. Con ellos ha compuesto este sutil y certero fresco de la memoria rota por la guerra y la represi¨®n, el m¨¢s ambicioso de los que se han rodado hasta la fecha con ese tel¨®n de fondo. En la digna estela de otros anteriores como Santa Cruz, por ejemplo, de G¨¹nter Schwaiger, La mala muerte, de Fidel Cordero y Jos¨¦ Manuel Mart¨ªn, o Las fosas del silencio, de Montse Armengou y Ricard Belis.
Tambi¨¦n le ayudaron quienes se colocan a pie de campo. Como el forense Francisco Echeverr¨ªa, uno de los personajes claves en el documental y en todo el proceso de recuperaci¨®n de las v¨ªctimas. O Emilio Silva, presidente de la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de Memoria Hist¨®rica. "?ste es el trabajo en el que m¨¢s tiempo y recursos se han empleado hasta el momento. Parte de las fosas, pero lo proyecta de una forma intergeneracional. Va de los abuelos a los bisnietos que lo estudian ahora en los institutos, aunque no como deber¨ªa hacerse. Es un horror lo que se hace con este asunto en la educaci¨®n", comenta.
Entre todos han tratado de hacer un ejercicio de, define el director del documental, "reequilibrio de la memoria". Es algo que comenta Sempr¨²n en el filme: "La balanza est¨¢ todav¨ªa en el lado de los vencedores". Lo asegura despu¨¦s de contemplar la verja de Buchenwald, donde el escritor espa?ol estuvo encerrado. El desnivel entre los bandos a la hora de resolver las cuentas es claro. M¨¢s si se tiene en cuenta que hay cientos de miles de muertos sin identificar en las cunetas. Los vencedores nunca han tenido que apartar las telara?as del miedo, ni esconderse, ni reivindicarse. Incluso en la Espa?a democr¨¢tica, como muestra el documental cuando acude a actos de exaltaci¨®n franquista en el Valle de los Ca¨ªdos o en la plaza de Oriente. "All¨ª se hace la apolog¨ªa del terror que en otros pa¨ªses europeos est¨¢ prohibida por ley", denucia Pe?afuerte. "No es de recibo".
Es una cuesti¨®n de higiene democr¨¢tica, cree Silva. "M¨¢s cuando muchas de esas defensas y muchos monumentos se mantienen con nuestros impuestos", asegura el presidente de la Asociaci¨®n de Memoria Hist¨®rica.No es pesimista Pe?afuerte en cambio con los ¨²ltimos avances de reparaci¨®n hist¨®rica que se est¨¢n consiguiendo en Espa?a. En cierto modo, pese a que estos procesos de dignificaci¨®n de las v¨ªctimas se han bordado en algunos pa¨ªses latinoamericanos, en Europa hay mucho por andar. "En el fondo, dado que yo creo que estos procesos se deben llevar desde la sociedad civil, Espa?a est¨¢ resultando pionera en muchos casos. En Italia, el fascismo renace ahora porque nunca se ha abordado como deb¨ªa, en Francia tampoco se ha entrado a fondo y no hay m¨¢s que ver lo organizados que est¨¢n, y en Alemania, la condena del nazismo se hizo por obligaci¨®n", comenta.
Y a?ade: "Es fundamental atravesar estos procesos para consolidar el sistema de libertades. Espa?a vive la edad de su madurez democr¨¢tica. Ya ha cumplido m¨¢s de 30 a?os en libertad. Es un buen momento para afrontarlo", comenta. Se trata de una cuesti¨®n de valores. Valores primordiales, irrenunciables, esos que descansan en las declaraciones de derechos universales. "Por eso me interesaban especialmente los discursos de Marcos Ana o Sempr¨²n, porque no hablan de revancha, sino de principios. De alerta para que no se repita la historia", asegura Pe?afuerte.
A pesar de las trabas, frente a los malos tragos y a las injusticias palpitantes. Que se lo pregunten al juez Garz¨®n. El magistrado se atrevi¨® a pisar una l¨ªnea dentro de uno de los poderes del Estado no elegidos democr¨¢ticamente y se lo quieren hacer pagar. "No hay nadie en los ¨¢mbitos judiciales europeos e internacionales que entienda la persecuci¨®n que sufre Garz¨®n". A no ser que se les hable de una perversa l¨®gica de manos negras... "Si no es por eso, no entra en la cabeza".
Babelia
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