Moda gallega con patr¨®n iran¨ª
Safu Seghatoleslami dise?a complementos para las mejores marcas del sector
Es una joven cosmopolita, fresca, que siempre va a la ¨²ltima. Safu Seghatoleslami (Teher¨¢n, 1980) no encaja en el esquema preconcebido de la mujer musulmana, pero bien podr¨ªa ser una de las chicas del Almod¨®var m¨¢s ochentero. Vive en Vigo, en un piso muy cool, alfombras persas, bailaoras flamencas, v¨ªrgenes y pintura moderna iran¨ª componen un fondo muy colorido para su d¨ªa a d¨ªa. Ella, como los complementos que dise?a, marca una tendencia rompedora. Las empresas lo perciben, y por eso ha trabajado para las mejores firmas de moda de Galicia.
Safu y la guerra nacieron casi al mismo tiempo y, al final, el conflicto entre Ir¨¢n e Irak acab¨® por desalojarla de su pa¨ªs. Cuando ella y el enfrentamiento cumplieron tres a?os, su padre compr¨® dos billetes a Barcelona para procurar un entorno seguro a su mujer y su hija. All¨ª vivi¨® hasta 1986 y luego regres¨® a su tierra, pero al mar Caspio, lejos de la lucha armada. Las convulsiones pol¨ªticas siempre han estado presentes en su genealog¨ªa: son originarios de Tabriz (Ir¨¢n), azerbaiyanos pero del lado iran¨ª de la frontera. Su tatarabuelo fue m¨¢rtir de la guerra con los rusos. Sin embargo, la posici¨®n acomodada de los suyos, una familia liberal de clase alta, ha sido un factor de estabilidad y una fuente de oportunidades.
Pone a sus dise?os para grandes firmas toques ex¨®ticos muy coloridos
En Vigo dec¨ªan que su casa era una "secta" por sus fiestas con amigos gays
A los 18 a?os, Safu volvi¨® a Barcelona para estudiar Dise?o Industrial en la Universidad Ram¨®n Llull y complet¨® su formaci¨®n en Mallorca con un m¨¢ster en dise?o de joyas. La vena creativa es cuesti¨®n de genes: su madre tambi¨¦n dise?a joyer¨ªa, tiene un primo pintor y varios t¨ªos arquitectos.
De nuevo en Ir¨¢n, trabaj¨® en lo suyo y fue tambi¨¦n int¨¦rprete de espa?ol para una compa?¨ªa constructora con negocios en el Golfo P¨¦rsico. Luego, se march¨® a la India con billete de vuelta a Barcelona. No dud¨® en cambiar de ciudad cuando unos compa?eros suyos le propusieron trabajar como dise?adora de complementos para una prestigiosa firma internacional asentada en Ourense. Cuando lleg¨®, lo primero que hizo fue parar a una persona por la calle para preguntarle d¨®nde estaba El Corte Ingl¨¦s. "Me mir¨® como a una marciana", recuerda. En Ourense no hab¨ªa, pero conect¨® muy bien y se qued¨® tres a?os. Acab¨® siendo tan de all¨ª que nunca se pierde un entroido, en el ¨²ltimo se disfrazaron de Amish. Y tambi¨¦n le fueron entrando dos gallegos, el novio y el idioma, que fue aprendiendo a base de recibir mensajes rom¨¢nticos en el m¨®vil que ten¨ªan que traducirle sus amigos.
Entonces llam¨® a su puerta Inditex, que la fich¨® para poner en marcha la firma de complementos Uterq¨¹e. En A Coru?a estableci¨® un domicilio en el que casi nunca viv¨ªa, mientras viajaba por la India, China y medio mundo a la caza de tendencias, inspiraci¨®n, nuevos materiales y proveedores. "En esa ¨¦poca estuve m¨¢s tiempo en el aire que en el suelo", asegura. Pero no se arrepiente de la experiencia, aunque le toc¨® asumir una gran responsabilidad: "Apostaban por las ideas, la creatividad, y all¨ª estaban los mejores profesionales". Tambi¨¦n conoci¨® al empresario m¨¢s desconocido: "El se?or Ortega me pareci¨® muy campechano y una persona muy cercana". Safu se implic¨® tanto en el proyecto que cuando abri¨® la primera tienda de la cadena llor¨® de emoci¨®n. Pero si bien estaba en la cresta de la ola a nivel laboral, en lo personal necesitaba aterrizar y asentar su vida nuevamente en la tierra.
Cuando recibi¨® una oferta desde Vigo para trabajar en una firma emergente de moda no se lo pens¨®. Ahora est¨¢ m¨¢s tranquila y siente que la ciudad le va m¨¢s: "Aqu¨ª hay m¨¢s fauna urbana que en A Coru?a, que se resiste a romper con lo cl¨¢sico". Se ha hecho una especie de familia alternativa con sus mejores amigos, una pareja gay a la que llama "mis maridos". Se mueve en un ambiente liberal que ha tra¨ªdo una revoluci¨®n multicolor a su barrio, un vecindario de gente mayor: "Una vez hicimos una fiesta en el piso y al d¨ªa siguiente en la calle se comentaba que hab¨ªa sido un rito de una secta, porque casi todos eran gays", recuerda.
De momento, no piensa en irse con la m¨²sica a otra parte: "Aqu¨ª estoy bien, hasta que me canse". Pero no olvida las ra¨ªces: en sus creaciones se percibe la influencia iran¨ª y oriental, apuesta por el cromatismo y no le gusta lo minimalista. En el futuro se ve dise?ando en su pa¨ªs, marcando tendencias de moda.
"Veo un futuro en verde para Ir¨¢n; algo va a pasar, no puede seguir as¨ª". Por eso hay un complemento del que no se separa: una pulsera color esperanza con la palabra "libertad" escrita en farsi, en apoyo al movimiento de oposici¨®n a Mahmoud Ahmadinejad.
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