El plat¨® de 'La vida de Brian'
El fuerte almor¨¢vide de Monastir, en T¨²nez, fue divertido escenario de la pel¨ªcula de los Monty Python, y tambi¨¦n de otras de Rossellini y Zeffirelli
Lejos de ser una incuria, el Ribat de Monastir se eleva con inmejorable aspecto a poca distancia de la playa. No extra?a que fuese el plat¨® de algunas escenas de La vida de Brian porque su salud de piedras y su color crema pueden ser tanto un s¨ªmbolo contra la opresi¨®n como de la lucha contra la realidad, que es lo que se acredita a Brian en la famosa pel¨ªcula realizada por los Monty Python: "?l no es el Mes¨ªas, es s¨®lo un ni?o travieso".
Ribat quiere decir en ¨¢rabe lugar de la guarnici¨®n y de ah¨ª proceden las palabras espa?olas r¨¢bida o r¨¢pita. La de Monastir fue mandada construir por el califa abasida Harum el Rachid en el siglo VIII y enseguida se convirti¨® en una fortaleza fundida con un monasterio para uso de los almor¨¢vides (al morabitoun), monjes soldados o al rev¨¦s. El Ribat de Monastir ha sobrevivido a toda clase de fanatismos, incluso a Brian, y eso que tiene pocas aspilleras. El mejor panorama del conjunto se consigue desde su torre vig¨ªa, donde se encend¨ªan fuegos para hacer se?ales dentro de una cadena que para algunos entusiastas iba desde Alejandr¨ªa a Ceuta. Hoy la severidad de la R¨¢bida de Monastir contrasta con la playa que tiene a sus pies. Se lucen ah¨ª los mejores burkinis de la ciudad y se plantan tiendas de campa?a para pasar el d¨ªa junto a un mar que sigue siendo lo m¨¢s verde que se puede divisar en esa zona ya saheliana de T¨²nez.
Aparte de visitar las galer¨ªas y vericuetos donde tuvieron sus celdas los almor¨¢vides, hay un peque?o museo (Museo Ribat Monastir) que exhibe astrolabios, dinares de oro, tejidos coptos y bellas cer¨¢micas andalus¨ªes del siglo XV hechas con la t¨¦cnica de la cuerda seca. Pero lo primero que algunos preguntan al llegar al monumento es en qu¨¦ lugar se rod¨® La vida de Brian.
La escena de la lapidaci¨®n, punto fuerte de la s¨¢tira de los Monty Python, se hizo en el patio del Ribat, aunque no han puesto una placa. El Ribat de Monastir pasa de frusler¨ªas habiendo sido basti¨®n de almor¨¢vides, aghlabidas, fatim¨ªes, hafsidas... A partir de 1540 hubo un vaiv¨¦n de piratas, como el c¨¦lebre Dragut, y de caballeros, como Doria, quien en 1550 se apoder¨® de la fortaleza en nombre de Carlos V. Muchas y solemnes historias que se han pegado como el salitre a los espesos muros del Ribat, un sitio que por su monumentalidad, y al tiempo la galanura de su mole, por su vers¨¢til estampa, y por lo tranquilo y econ¨®mico del lugar, se convirti¨® en un plat¨® de otras muchas historias inventadas. La R¨¢bida sirvi¨® de marco a pel¨ªculas de romanos como Anno Domini (1984), o de piratas como la que film¨® Polanski con ese t¨ªtulo en 1986. Y a muchas cintas b¨ªblicas, por supuesto, desde Las escrituras de los Ap¨®stoles (1969), de Rossellini, a Jes¨²s de Nazareth (1977), de Zeffirelli, ambos en los ant¨ªpodas entre s¨ª y respecto a La vida de Brian, el filme que cuenta la vida de Brian Cohen, vendedor de chucher¨ªas (morros de nutria, bazos de ocelote y cosas as¨ª), tomado accidentalmente por el Salvador cuando realmente se limit¨® a nacer el mismo d¨ªa. Luego lo metieron en el Frente Popular de Judea y as¨ª el resto de la que pasa por ser la comedia brit¨¢nica de mayor ¨¦xito de todos los tiempos.A George Harrison, entusiasta productor y amigo de los Monty Python, le cost¨® poner tres millones de libras: "La entrada de cine m¨¢s cara del mundo". Como compensaci¨®n, le dejaron hacer un cameo como Papadopoulos, el due?o del Monte, el que en un fugaz momento estrecha la mano de Brian. Harrison fue feliz con eso y tuvo ojo porque el ¨¦xito de La vida de Brian no se ha extinguido en cuatro d¨¦cadas.
Fue en 1978 cuando los Monty Python tomaron el Ribat de Monastir con intenciones saludables. Contrataron a trescientos extras, muchos de los cuales hab¨ªan trabajado con Zeffirelli y que pronto se dieron cuenta de que los ingleses no iban por el mismo camino. En la plaza de la fortaleza se escenific¨® la desopilante lapidaci¨®n y el juicio de Mat¨ªas, hijo de Deuteronomo de Gaza, culpable de blasfemia por haber pronunciado el nombre de Dios. Pobre criatura, habi¨¦ndose limitado a comentar una noche a su mujer: "Este bacalao es digno del mismo Jehov¨¢". Anatema al canto, y eso significaba una lluvia de pedruscos que se vend¨ªan en aquella Jerusal¨¦n como si fuesen chufas. La pedrea estaba dirigida por un rabino que se trabucaba por los nervios y que, al pronunciar tambi¨¦n ¨¦l por error la palabra Jehov¨¢, recibi¨® una roca aplastante, su propia medicina.
Confusi¨®n sin final
Ahora en el patio del Ribat se puede tomar un refresco para aliviar la subida de los ochenta y tantos escalones de la torre vig¨ªa. En verano ponen sillas y una plataforma para uno de esos festivales de m¨²sica en que a veces ni se notan los acoples de la megafon¨ªa. Pero lo que vale, como siempre, es lo que no se ve, el esp¨ªritu del lugar, c¨®mo no, y para muchos eso es el recuerdo de Brian, el que no llega a comprender bien hasta el fin la confusi¨®n que le persigue. Algo barrunta cuando le crucifican, pues ya se sabe lo que suele decirse: "Cuando tu vida est¨¦ en ruinas, no te quejes y ponte a silbar". Cuando preguntas al encargado de la taquilla del Ribat sobre La vida de Brian sonr¨ªe bajo su gran bigote negro: "?Me ve tan mayor? Yo era un ni?o entonces".
Monastir es una ciudad equidistante entre la ilustre Susa, hoy abigarrada y tur¨ªstica, y la m¨¢s tranquila Mahdia, que toma su nombre del califa Abdallah al-Mahdi, el Guiado. Monastir nada tiene que envidiar a esas ilustres villas, ni tiene que hacerse demasiada propaganda. Es una de las puertas del para¨ªso, seg¨²n una leyenda musulmana. Por si fuera poco, es la ciudad donde naci¨® Habib Burguiba, el Combatiente Supremo y padre del T¨²nez independiente, enterrado en un fastuoso mausoleo que es meta de peregrinaci¨®n incesante de sus paisanos. Eso no acaba el rico pasado de Monastir, la Ruspina p¨²nica y luego basti¨®n romano con la no tan nimia ciudad de Leptis Minus o Leptis Parva. Se dir¨¢ que es poca cosa comparada con Leptis Magna y sus espectaculares ruinas que se enclavan en Libia, pero T¨²nez no puede quejarse todo el tiempo y preguntar como en la pel¨ªcula: "?Qu¨¦ han hecho los romanos por nosotros?". Pues incluso un Coliseo del porte de El Djem.
Las ruinas de Leptis Minus se encuentran en Lamta, a 12 kil¨®metros al sur de Monastir. Al mismo borde del mar se abre el museo arqueol¨®gico de Lamta con mosaicos (una Venus que se coge los cabellos con las manos entre un amor que sostiene un espejo, calamares y morenas), urnas cinerarias romanas de barro y sarc¨®fagos cristianos de m¨¢rmol. Al otro lado hay un mar de olivos. As¨ª pasan las olas, las aceitunas y las civilizaciones en Monastir. Las incongruencias existenciales son otro cantar. Los Monty Python las captan muy bien al final de la pel¨ªcula, cuando los crucificados entonan: "Mira siempre el lado brillante de la vida". A ver si no.
? Luis Pancorbo es autor de Avatares. Viajes por la India de los dioses (Miraguano).
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GU?A
C¨®mo ir e informaci¨®n:
? Monastir est¨¢ a 165 kil¨®metros de T¨²nez capital y a 24 de Sousse. Tunisair (www.tunisair.com) vuela desde Madrid o Barcelona a la capital desde 150 euros.
? Turismo de T¨²nez (www.tourismtunisia.com; 91 548 14 35).
? Oficina de Patrimonio (www.patrimoinedetunisie.com).
Visitas
? Museo Ribat Monastir (www.musee-ribat-monastir.com). Diario, de 8.30 a 17.30. 4 dinares (unos dos euros).
? Museo de Arte Popular de Monastir. Martes a domingo, de 9.00 a 16.00. 3 dinares.
? Museo de Lamta. De 9.00 a 16.00. Cierra lunes. 3 dinares.
? Museo El Jem. Diario, de 8.00 a 17.00. 7 dinares.
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