Petr¨®leo, gas y mucho culto al l¨ªder
Turkmenist¨¢n despierta de la situaci¨®n a la que fue arrastrado por el estrafalario Saparmurat Niy¨¢zov. Pero la democracia no llega a un pa¨ªs potencialmente rico
Turkmenist¨¢n, el pa¨ªs centroasi¨¢tico m¨¢s cerrado de todos cuantos surgieron de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, despierta de la pesadilla a la que fue arrastrado por el estrafalario Saparmurat Niy¨¢zov, o Turkmenbash¨ª (el padre de todos los turcomanos), fallecido a fines de 2006. Su sucesor, el presidente Gurbanguli Berdymujam¨¦dov, un dentista de 52 a?os que fue ministro de Sanidad, ha ido eliminando los rasgos m¨¢s absurdos del r¨¦gimen anterior: la educaci¨®n secundaria se ha ampliado de nueve a diez a?os tras restablecer el curso que le fue arbitrariamente suprimido; Internet se ha liberalizado y han aparecido los cibercaf¨¦s; el circo de Ashjabad, la capital, est¨¢ a punto de reabrir sus puertas, y el cine, igualmente vetado, volver¨¢ cuando se acabe de construir el que ser¨¢ el primer sal¨®n m¨²ltiple del Estado. Los meses del a?o, dedicados a los parientes del dictador, han recuperado sus nombres tradicionales.
El pa¨ªs necesita capital y tecnolog¨ªa para fortalecer sus posiciones frente al consorcio ruso Gazprom
El presidente planea transformar el litoral del Caspio en una zona tur¨ªstica para rivalizar con Costa del Sol
La relativa vuelta a la racionalidad y la reconexi¨®n de Turkmenist¨¢n con el mundo no suponen que la democracia haya llegado a este pa¨ªs, de superficie similar a la de Espa?a y poblado por algo menos de seis millones de habitantes, advierten ciudadanos cr¨ªticos que no quieren ser identificados. Berdymujam¨¦dov no est¨¢ a salvo del delirante culto a la personalidad que afect¨® a Turkmenbash¨ª y en las c¨¢rceles hay presos pol¨ªticos, algunos de ellos acusados de atentar contra el jefe del Estado en 2002. Entre rejas se consumen dos ex ministros de Exteriores, un fiscal general y tambi¨¦n el jefe del Parlamento, Ovezgeld¨ª At¨¢ev, que deb¨ªa haber sustituido interinamente a Niy¨¢zov. El r¨¦gimen sigue persiguiendo a los disidentes, como el ec¨®logo Andr¨¦i Zatoka, recientemente detenido, pero se inspira menos en Corea del Norte y m¨¢s en sus vecinos ex sovi¨¦ticos como Uzbekist¨¢n, afirman medios temerosos de que Occidente relegue los derechos humanos en esta parte del mundo a los intereses econ¨®micos, energ¨¦ticos y geopol¨ªticos.
Turkmenist¨¢n tiene unas reservas de 20.800 toneladas de crudo y 24.300 billones de metros c¨²bicos de gas, seg¨²n dijo el viceprimer ministro responsable de los hidrocarburos, Baimirat Jodzhamujamm¨¦dov, en un foro de inversiones celebrado del 15 al 17 de octubre en Ashjabad. Al evento asistieron cerca de medio millar de ejecutivos y funcionarios de 42 pa¨ªses y periodistas de medios occidentales, entre ellos EL PA?S. El ministro del petr¨®leo y otros responsables del sector energ¨¦tico hab¨ªan sido destituidos la v¨ªspera, pero los potenciales inversores elogiaban el talante "modernizador" del l¨ªder local y la "estabilidad" del r¨¦gimen.
Turkmenist¨¢n, que tuvo buenas relaciones con los talibanes antes de 2001, practica la "neutralidad permanente", como en ¨¦poca de Niy¨¢zov, pero la pol¨ªtica de "puertas abiertas" y de "nuevo renacimiento" proclamadas por el actual l¨ªder se traduce en una actitud m¨¢s receptiva. Turkmenist¨¢n no ha permitido a la OTAN instalar una base auxiliar para sus operaciones en el vecino Afganist¨¢n, pero ha autorizado a los aviones norteamericanos a utilizar el aeropuerto de Ashjabad para abastecerse de combustible.
El pa¨ªs necesita capital y tecnolog¨ªa para fortalecer sus posiciones frente a Gazprom, el consorcio ruso que este a?o preve¨ªa comprarle unos 45.000 millones de metros c¨²bicos de gas. Con la crisis econ¨®mica como tel¨®n de fondo, las relaciones con Gazprom se han deteriorado porque el monopolio ruso, afectado por el descenso de la demanda tanto en Rusia como por parte de los clientes europeos, ha querido renegociar con Turkmenist¨¢n el volumen y el precio del gas que contrat¨® para 2009 en otras condiciones de mercado. El suministro de gas turcomano a Rusia, interrumpido tras una explosi¨®n en el gasoducto en abril, no se hab¨ªa restablecido a fines de octubre. Turkmenist¨¢n ha acusado a Gazprom de provocar el incidente al disminuir el volumen de gas en tr¨¢nsito y ha sufrido p¨¦rdidas de miles de millones de d¨®lares por la falta de una alternativa exportadora a Rusia, lo que le ha espoleado en busca de otras salidas: China, Ir¨¢n, Europa.
Las estatuas doradas de Turkmenbash¨ª, el anterior l¨ªder, incluida una giratoria, siguen en pie en Ashjabad, pero sus retratos han sido sustituidos por los del actual presidente. En un parque de la capital contin¨²a el monumento en forma de libro dedicado al Rujnam¨¢, el tratado de doctrina seudofilos¨®fica escrito por el anterior presidente. El monumento, sin embargo, ya no se abre para convertirse en una pantalla de televisi¨®n en la que aparecen citas de la obra, que sigue estudi¨¢ndose en las escuelas. "Es una asignatura muy dif¨ªcil para los que no somos turcomanos ¨¦tnicos", confiesa Julia, una escolar de 14 a?os de la minor¨ªa armenia.
Niy¨¢zov bautiz¨® Ashjabad como "la ciudad del m¨¢rmol blanco" y los funcionarios utilizan t¨¦rminos como "grandioso" y "colosal" para calificar planes urban¨ªsticos que desaf¨ªan la naturaleza s¨ªsmica del terreno. En 1948, la localidad fue destruida por un terremoto en el que perecieron decenas de miles de personas, pero la firma francesa Bouygues y los constructores turcos plasman concepciones fara¨®nicas en su fisonom¨ªa urbana. Mientras tanto, los turcomanos trasladan su vida y su nostalgia rural a los patios de vecindad. All¨ª, detr¨¢s de los fantasmales edificios de viviendas oficiales y las avenidas inmensas y desiertas, celebran bodas, asan corderos, cuecen el pan y cultivan huertos.
La televisi¨®n ya no emite las reprimendas presidenciales a ministros llorosos que ped¨ªan perd¨®n en directo ante las c¨¢maras. "Ahora tambi¨¦n los cesan y les meten en prisi¨®n, pero no lo vemos y no s¨¦ qu¨¦ es peor", se?ala un intelectual, mientras el telediario ofrece im¨¢genes que podr¨ªan ser el videoclip de un rockero asi¨¢tico o un gal¨¢n hind¨²: al volante de su Mercedes, Berdymujam¨¦dov, en ropa deportiva, visita obras y cuarteles. La insustancialidad y la reiteraci¨®n —ya sea sobre los caballos purasangre turcomanos, los ¨¦xitos del desarrollo o las tradiciones folcl¨®ricas— son tales que la sociedad entera da la espalda a la propaganda local. Desde el mar Caspio hasta el desierto de Karakum, el pa¨ªs es un bosque de antenas televisivas orientadas hacia otros horizontes.
En un clima de confianza y sin entrar en pol¨ªtica, los turcomanos comentan algunos aspectos de su vida cotidiana ante el extranjero. Reciben 720 litros de gasolina gratis al semestre y pagan la electricidad a un precio insignificante. Se quejan de la subida de los precios de los bienes de consumo y de la deficiente sanidad, afectada por la emigraci¨®n de los mejores especialistas. Tambi¨¦n denuncian los sobornos que, seg¨²n dicen, son imprescindibles para ingresar en la universidad y para colocarse. En Turkmenist¨¢n hay "listas negras", formadas por las personas a las que les est¨¢ vetada la salida del pa¨ªs, a las que se incorporaron en julio los j¨®venes que cursan estudios en universidades extranjeras no estatales de pa¨ªses pos-sovi¨¦ticos. "En la actualidad hay unas 300 familias afectadas. El r¨¦gimen tiene miedo a que los j¨®venes se contagien de ideas revolucionarias y tambi¨¦n a quedarse sin especialistas", se?ala un t¨¦cnico, cuya hija estudia en Rusia. La duraci¨®n de la ense?anza superior, como la escolar, se contrajo, y el paso del alfabeto cir¨ªlico al latino se realiz¨® sin preparaci¨®n ni sistema. La disoluci¨®n de la Academia de Ciencias dej¨® al pa¨ªs sin cauces para investigar. Representantes de las minor¨ªas —rusos, armenios, uzbekos y azerbaiyanos— afirman sentirse discriminados frente a los turcomanos ¨¦tnicos en sus oportunidades de educaci¨®n y trabajo y lamentan las restricciones a la ense?anza en lengua rusa. El r¨¦gimen no reconoce la doble nacionalidad y fuerza a las minor¨ªas a marcharse o a integrarse en su peculiar interpretaci¨®n de la cultura turcomana.
Elogiar al presidente como si fuera Dios es parte de los ritos locales, pero algunos se inquietan por la inauguraci¨®n de una mezquita con el nombre del presidente y de una escuela con el nombre de su abuelo. Tambi¨¦n se han editado las obras del l¨ªder; entre ellas, una dedicada a las plantas medicinales y otra a los caballos. Muchos coinciden en que la corrupci¨®n ha aumentado y a?aden con sorna. "Por lo menos, Niy¨¢zov era hu¨¦rfano y no ten¨ªa parientes". Seg¨²n los rumores que circulan en la capital, Berdymujam¨¦dov tiene cinco hermanas con sus correspondientes consortes y muchos sobrinos con ¨ªnfulas de grandeza.
Entre los anhelos del presidente est¨¢ transformar el litoral del Caspio en una zona tur¨ªstica capaz de rivalizar con la ribera turca o la Costa del Sol. En las cercan¨ªas de Turkmenbash¨ª, m¨¢s all¨¢ del terreno contaminado que rodea una refiner¨ªa, est¨¢ Avaza, un desolado paisaje de arena donde se alzan ya seis hoteles (de un total de 60 proyectados) decorados con enormes retratos del presidente. Pertenecen a los ministerios del Estado y sus habitaciones cuestan entre los 50 y los 70 euros por noche. Para construir Avaza, los habitantes de estos parajes, que pescaban, cultivaban hortalizas y alquilaban habitaciones a veraneantes, fueron obligados a trasladarse a varios kil¨®metros de la costa, a un barrio formado por deterioradas viviendas de la ¨¦poca sovi¨¦tica. El contraste de estos habit¨¢culos con el lujo est¨¦ril de los hoteles es espectacular. En Ashjabad, el r¨¦gimen ha desalojado distritos enteros para construir sus ostentosos edificios, pero la tendencia parece haber cambiado y se est¨¢n restaurando algunas viviendas de la ¨¦poca estaliniana, lo que hace concebir esperanzas de salvar lo que queda todav¨ªa de la herencia rusa.
En su intento por atraer al turismo de masas, Turkmenist¨¢n descuida sus atractivos m¨¢s fascinantes, los restos de antiguas civilizaciones que pueden visitarse en el parque natural del "Antiguo Merv", un conjunto de fortalezas y mausoleos de distintas ¨¦pocas protegidas por la Unesco, y en Gonur-depe, en el desierto de Karakum. Aqu¨ª, frente a los contornos de una ciudad sepultada en la arena, el arque¨®logo ruso V¨ªctor Sarianidi, que lleva m¨¢s de treinta a?os estudiando estos parajes, explica que en la Edad de Bronce ¨¦ste fue el centro de una civilizaci¨®n que ¨¦l ha bautizado como el "reino de Margush". Sus habitantes llegaron al final del tercer milenio antes de Cristo y permanecieron mil a?os junto al r¨ªo Murga hasta que ¨¦ste cambi¨® de curso. Vali¨® la pena llegar hasta Gonur-depe, saltando sobre las dunas entre camellos y suslik (especie de ardillas), para contemplar los hallazgos que Sarianidi ha efectuado esta temporada, estuches grabados, refinadas piezas de alfarer¨ªa, ruedas de bronce, pendientes de oro, cuentas y enterramientos de humanos y ganado. "El cierre de la Academia de Ciencias nos hizo mucho da?o, porque no se formaban arque¨®logos", dice la antrop¨®loga Nadiezhda D¨²bova, ense?ando la condecoraci¨®n de oro macizo (dise?ada y certificada por una empresa brit¨¢nica) que le fue entregada este a?o por Berdymujam¨¦dov en reconocimiento a su labor. En cuanto a los turistas, que llegan en peque?os grupos a las excavaciones, la antrop¨®loga opina que las autoridades deber¨ªan arreglar el camino y "ponerles un sombrajo para que no sufran una insolaci¨®n".
Europeos, rusos y chinos, a la rebati?a
Turkmenist¨¢n se prepara para diversificar sus exportaciones de gas. A mediados de diciembre planea inaugurar el gasoducto a China, un acontecimiento hist¨®rico que le dar¨¢ una poderosa arma negociadora ante Gazprom. Con una capacidad de hasta 40.000 millones de metros c¨²bicos de gas anuales, el gasoducto tendr¨¢ 7.000 kil¨®metros (de ellos, 188 en el tramo turcomano) y pasar¨¢ por Uzbekist¨¢n y Kazajist¨¢n.
Turkmenist¨¢n produce cerca de 80.000 millones de metros c¨²bicos de gas al a?o y planea obtener 250.000 millones de metros c¨²bicos de gas y 110 millones de toneladas de crudo en 2030. El yacimiento de Yolot¨¢n meridional-Om¨¢n, descubierto en 2007, es uno de los cinco m¨¢s grandes del mundo, seg¨²n la auditor¨ªa realizada por Gaffney, Cline y Asociados. Tanto los que aceptan las cifras de esta consultora brit¨¢nica como los esc¨¦pticos coinciden en que las reservas de hidrocarburos turcomanas son enormes.
Rusos, chinos y europeos toman posiciones. Los rusos conocen el mercado local mejor que nadie, pero su actitud es percibida como colonial y abusiva por los turcomanos, que rechazaron los intentos de Gazprom de controlar el futuro gasoducto Este-Oeste, destinado a unir los yacimientos del interior del pa¨ªs con la costa del Caspio. China, por su parte, ha mostrado su poder financiero al conceder este a?o un cr¨¦dito de 4.000 millones de d¨®lares a Turkmenist¨¢n para explotar los yacimientos de Yolot¨¢n. La Compa?¨ªa Nacional de Petr¨®leo de China (CNPC) es la ¨²nica extranjera que ha obtenido licencia para explotar un yacimiento en tierra en r¨¦gimen de reparto de producci¨®n. En contraste con los chinos, los europeos plantean exigencias sobre estabilidad legislativa y seguridad en las inversiones, afirma un analista local. Uno de sus principales objetivos es hacer que Turkmenist¨¢n participe en el gasoducto Nabucco, aunque no se haya resuelto c¨®mo transportar el gas por el Caspio.
Espa?a tambi¨¦n quiere estar en Turkmenist¨¢n. En julio, el ministro de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, visit¨® brevemente el pa¨ªs, donde varias empresas espa?olas est¨¢n tratando de abrirse camino. Repsol aspira a una licencia de exploraci¨®n en la cuenca del r¨ªo Amu-Daria y T¨¦cnicas Reunidas quiere licitar para el gasoducto Este-Oeste, una obra de mil kil¨®metros que requiere inversiones de 4.000 millones de d¨®lares y que vincular¨ªa los yacimientos del este del pa¨ªs con la costa del Caspio, ya sea para dirigir el gas hacia Rusia, como quiere Gazprom, o hacia Nabucco, como quieren los europeos. Los turcomanos han dado licencia para explorar el litoral del Caspio a la alemana RWE (participante en Nabucco) y a Itera, que fue intermediaria en la exportaci¨®n del gas a Rusia y Ucrania.
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