El candidato del desencanto seduce a los chilenos
El ex socialista Ominami sube en los sondeos electorales
Ning¨²n partido influyente le respalda. Habla tan r¨¢pido que a veces cuesta entenderlo. Hace un a?o no figuraba en los sondeos y el presidente del Partido Socialista, en el que militaba, le apod¨® despectivamente Marquito. Pero hoy pol¨ªticos y analistas se toman en serio al diputado y candidato presidencial independiente Marco Enr¨ªquez-Ominami, que ha subido en algunos sondeos para los comicios de diciembre hasta alcanzar al abanderado de la coalici¨®n gobernante, el ex presidente Eduardo Frei, y obtener mejor resultado en segunda vuelta para competir con el candidato de la derecha, el empresario Sebasti¨¢n Pi?era, que encabezaba las encuestas.
El cineasta y fil¨®sofo Enr¨ªquez-Ominami, que durante el golpe militar que derroc¨® a Salvador Allende en septiembre de 1973 era un beb¨¦ de tres meses, es hoy a los 36 a?os la gran sorpresa de las elecciones presidenciales del 13 de diciembre. Si ese domingo ninguno de los cuatro candidatos obtiene m¨¢s del 50% de los sufragios, los dos con m¨¢s apoyo se medir¨¢n en la segunda vuelta del 17 de enero.
Casi la mitad de los votantes de la Concertaci¨®n prefiere al nuevo aspirante
La verdadera pugna en las presidenciales de diciembre ser¨¢ entre Frei y Ominami
Hijo de un pol¨ªtico asesinado durante la dictadura, creci¨® en el exilio en Par¨ªs
Propone elevar los impuestos y cambiar el sistema presidencialista
Estos son los primeros comicios presidenciales de las ¨²ltimas d¨¦cadas que viven los chilenos sin la presencia del ex dictador Augusto Pinochet, y ahora la coalici¨®n de centro-izquierda, la Concertaci¨®n, que gobierna desde 1990, se enfrenta a una situaci¨®n in¨¦dita: su candidato no es favorito en los sondeos para llegar a La Moneda e incluso podr¨ªa no pasar a la segunda vuelta. Casi la mitad de los votantes que hist¨®ricamente se han pronunciado por la Concertaci¨®n, hoy prefieren al irreverente Enr¨ªquez-Ominami.
El apoyo popular de m¨¢s del 70% que alcanza en las encuestas la presidenta Michelle Bachelet, el mayor que ha tenido un gobernante en Chile, no se acerca al que podr¨ªa obtener el democristiano Frei. Para revertir la situaci¨®n, La Moneda puso toda la carne en el asador hace unos d¨ªas. La madre y el hijo mayor de Bachelet se sumaron a la campa?a de Frei y los ministros m¨¢s populares han acompa?ado en sus actos al candidato oficialista. En opini¨®n de los analistas, la suma de los votos de Frei y Enr¨ªquez-Ominami supondr¨ªa una derrota de la derecha. Sin embargo, la verdadera pugna se librar¨¢ en la primera vuelta entre ambos candidatos.
Enr¨ªquez-Ominami, que sali¨® de la Concertaci¨®n porque no le permitieron competir en las primarias, cuenta con un apoyo heterog¨¦neo que procede del desencanto y desgaste de una coalici¨®n que gobierna desde hace 20 a?os, del votante que aspira a un relevo generacional y tambi¨¦n de un sector liberal, insatisfecho con el conservadurismo de la derecha que acompa?a a Pi?era.
"Nadie, ni los que le apoyaron desde la derecha, so?aron que en cuatro meses ser¨ªa posible partir la Concertaci¨®n en dos", sosten¨ªa la soci¨®loga Marta Lagos, de la consultora Mori Internacional, en un art¨ªculo de opini¨®n. Para ella, la eclosi¨®n de Enr¨ªquez-Ominami constituye un reflejo de la crisis de representaci¨®n de los partidos pol¨ªticos. Con gran apoyo de la prensa al m¨¢s medi¨¢tico de los candidatos, "se ha creado un monstruo pol¨ªtico que hace cre¨ªble una candidatura sin partidos. La fina raya que separa ello de un populismo nos deber¨ªa preocupar", planteaba Lagos.
Para el soci¨®logo Mauricio Rodr¨ªguez, de la consultora Alcal¨¢, especializada en estudios cualitativos, el fen¨®meno de Enr¨ªquez-Ominami arraiga en las insatisfacciones y tensiones de la transici¨®n a la democracia, que han generado desencanto, apat¨ªa y liderazgos sin conexi¨®n social. Al inicio de la campa?a Enr¨ªquez-Ominami afirm¨® en una entrevista con EL PA?S que gobernar¨¢ con partidos, pero no con sus actuales jerarqu¨ªas. Parte de su seducci¨®n estriba en que carece del apoyo de los partidos del establishment. Sostiene que le gusta la izquierda de "juicios complejos" y en su programa, que no provoca preocupaci¨®n entre los empresarios, propone elevar impuestos y cambiar el sistema presidencialista. Cr¨ªtico de la corrupci¨®n, desnuda el desgaste del oficialismo y rechaza tanto a Frei como a Pi?era, calific¨¢ndolos como candidatos conservadores.
Hijo del ex l¨ªder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) Miguel Enr¨ªquez, que muri¨® en 1974 resistiendo en un tiroteo a los agentes represivos de la dictadura, fue adoptado por Carlos Ominami, entonces compa?ero de partido de Enr¨ªquez, y creci¨® en el exilio en Par¨ªs. El apellido compuesto de Enr¨ªquez-Ominami es un reconocimiento a su padre y a quien lo adopt¨®, que hoy es senador y lo acompa?a en la batalla electoral hacia La Moneda. Su esposa, que conduce un popular reality show en la televisi¨®n estatal, es otro de los puntales de su campa?a.
Enr¨ªquez-Ominami proclama ser heredero natural del progresismo de Bachelet. Ahora, sostiene, es el turno de los j¨®venes, y su lema electoral es "sigue el cambio". En un di¨¢logo de un libro reciente se pregunta "cu¨¢l es mi m¨¦rito". Y se responde: "S¨®lo el hecho de que estoy dispuesto a perder".
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