Desmontando a la monja-bulo
Una religiosa m¨¦dico simboliza la resistencia a la campa?a de vacunaci¨®n - Medias verdades y miedo componen la teor¨ªa de la conspiraci¨®n
Todos los narradores conocen la combinaci¨®n perfecta para una buena historia: una v¨ªctima, un villano y un h¨¦roe. Y lo que vale para la ficci¨®n sirve tambi¨¦n para una buena teor¨ªa conspirativa. Por poner un ejemplo nada al azar: la situaci¨®n de la nueva gripe y la pr¨®xima vacuna. El reparto es f¨¢cil: la v¨ªctima es la humanidad, la verdad cient¨ªfica, los pobres del mundo; los villanos, la industria farmac¨¦utica, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud; y el h¨¦roe -escojamos uno; en este caso, una hero¨ªna-, una monja benedictina de las monta?as de Montserrat, Teresa Forcades, con su famoso v¨ªdeo Campanas por la gripe A.
Habr¨ªa sido m¨¢s f¨¢cil, l¨®gicamente, centrarse en otros personajes que, al amparo de Internet, han transmitido mensajes apocal¨ªpticos. Pero fijarse en Rauni Kilde, ex ministra de Sanidad finlandesa reconvertida en ap¨®stol del desastre gracias a la informaci¨®n que obtiene de los extraterrestres, ser¨ªa demasiado f¨¢cil.
Una vez identificado el villano, la historia fluye sola
Un error real del laboratorio Baxter da verosimilitud a la denuncia
Porque el m¨¦rito de Forcades es que -a pesar o gracias al h¨¢bito- parece seria, y, seguramente, act¨²a con buena intenci¨®n. Con la mejor. Es m¨¦dica por la Universidad de Barcelona, y afirma que se especializ¨® en Medicina Interna en Nueva York. De hecho, la suya es, de todas las iniciativas ciudadanas, una de las mejor fundamentadas. Y ah¨ª est¨¢ el m¨¦rito. Como Mary Poppins, ella tambi¨¦n, entre cucharada y cucharada de az¨²car, puede hacer comulgar (nunca mejor dicho) con ruedas de molino.
Esta caracter¨ªstica es la primera que destaca el epidemi¨®logo Andreu Segura. "Lo m¨¢s importante es que est¨¢ convencida de lo que dice y que es honesta pens¨¢ndolo", se?ala.
Forcades, que en las semanas posteriores a colgar su v¨ªdeo en YouTube ha participado en varios programas de televisi¨®n y de radio en los que ha explicado su teor¨ªa de que la de la nueva gripe es una pandemia creada por los grandes laboratorios, est¨¢ ahora ilocalizable. EL PA?S ha tratado de ponerse en contacto con ella sin ¨¦xito. "Estar¨¢ estudiando o dando clases. ?ltimamente est¨¢ muy ocupada", intenta disculparla t¨ªmidamente una de sus hermanas del monasterio Sant Benet. "Vive ahora en Alemania", dice.Pero la Red es ineludible casi siempre, y el v¨ªdeo de Forcades tiene cientos de miles de visitas en YouTube y ha sido enlazado a centenares de webs. En la filmaci¨®n, de alrededor de una hora, hay mucho de ese az¨²car de Poppins. Empieza por un recorrido hist¨®rico, casos de gripe A, informes sobre la baja letalidad del virus... nada que ning¨²n epidemi¨®logo no habr¨ªa suscrito. Pero, al minuto seis, aparece otra hero¨ªna, la periodista Jane B¨¹rgermeister, y su denuncia sobre "bioterrorismo e intento de cometer asesinato" contra uno de los laboratorios que fabrica vacunas contra la gripe, Baxter.
Mirando a los ojos del televidente y con una ceja levemente levantada, Forcades explica la historia descubierta por B¨¹rgermeister. En enero, Baxter envi¨® a varios laboratorios muestras de gripe aviar. En ellas hab¨ªa virus no desactivados. El resultado fue que los hurones inoculados en un centro checo murieron. Esta contaminaci¨®n es "extremadamente improbable", admiten tanto Forcades como Baxter. Parece "m¨¢s probable pensar que haya mala intenci¨®n", a?ade Forcades. Parece. No lo afirma; lo deja caer.
La verdad es que, efectivamente, hubo un error, pero ¨¦ste nunca supuso un peligro para nadie, porque la posible vacuna contra la gripe aviar est¨¢ s¨®lo en fase de experimentaci¨®n (por eso se inyect¨® a hurones). Por si acaso, tanto el Gobierno austriaco como la OMS investigaron el caso. Ni siquiera el personal que manej¨® aquel material ha tenido secuelas. Eso no quita para que Forcades vuelva varias veces sobre el asunto. Si a "un t¨¦cnico de laboratorio" -la m¨¦dica no duda en compartir sus m¨¦ritos- no se le hubiera ocurrido "por su cuenta" probar el material de Baxter, "tendr¨ªamos una pandemia", dice m¨¢s adelante. Y, como hubo un fallo, existe el "peligro real" de que las futuras vacunas que fabrique este laboratorio -que no se van a usar en Espa?a- "est¨¦n contaminadas". Uno de los puntos que Segura rechaza, porque "entra en el juego del catastrofismo".
Una preocupaci¨®n, la de la seguridad, compartida por algunos miembros de la comunidad cient¨ªfica -aunque por distintos motivos que los de Forcades- que mientras se realizaban los ensayos mostraron su inquietud por la posibilidad de que se prescindiese de algunos pasos para acelerar la aprobaci¨®n del f¨¢rmaco. Algo que, sin embargo, no ha ocurrido. El viernes mismo, la OMS defendi¨®, una vez m¨¢s, la seguridad de las vacunas que se est¨¢n elaborando. Tanto si portan o no los pol¨¦micos coadyuvantes -sustancias que aumentan la potencia inmunol¨®gica del ant¨ªgeno y de los que tambi¨¦n habla Forcades, quien sostiene que no son fiables y que pueden producir grav¨ªsimos efectos secundarios- la OMS garantiza la seguridad de las vacunas. Tambi¨¦n la Agencia Europea del Medicamento.
Pero el miedo a la inmunizaci¨®n est¨¢ ah¨ª y el pol¨¦mico v¨ªdeo de la monja que habla sobre la gripe A tambi¨¦n es de lo m¨¢s comentado entre la siempre tan mesurada comunidad cient¨ªfica. "Creo en la libertad de expresi¨®n y no dudo de la buena voluntad de esta persona. Hace algunas afirmaciones que pueden tener verosimilitud, pero a su vez comete multitud de inexactitudes. Habla del riesgo de meter a la poblaci¨®n virus vivos insinuando intenciones devastadoras (parece desconocer que en nuestro medio las vacunas no contienen virus vivos, sino que son inactivadas), sugiere terribles riesgos de los adyuvantes y otros extremos que, sin hacer juicio de intenciones, al menos muestran serio desconocimiento de la materia", asegura Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªn Moreno, catedr¨¢tico de Medicina Preventiva y Salud P¨²blica de la Universidad de Valencia. Una opini¨®n que comparte Juan Mart¨ªnez Hern¨¢ndez, experto en Medicina Preventiva y asesor cient¨ªfico de la Organizaci¨®n Medica Colegial (OMC), que asegura que Forcades mezcla las cosas "con un evidente prop¨®sito de desprestigiar la vacunaci¨®n". "Los laboratorios llevan m¨¢s de 10 a?os desarrollando adyuvantes para potenciar el efecto de sus vacunas", sostiene indignado Mart¨ªnez Hern¨¢ndez.
Ya est¨¢ uno de los villanos descubierto: el laboratorio.
Como dice Pilar P¨¦rez Bre?a, jefa de Virolog¨ªa del Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa, "uno supone que por ser monja y por estar en un convento no puede mentir o no tener raz¨®n". "No tiene sentido que la industria farmac¨¦utica quiera matar a sus propios clientes", sostiene la vir¨®loga.
Vayamos ahora a por otro m¨¢s gordo: la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Seg¨²n explica Forcades citando a la cadena CNN, la OMS cambi¨® en mayo su definici¨®n de pandemia en una parte de su web para que se ajustara a la situaci¨®n de la nueva gripe. No se trata de un cambio menor: quitar de las condiciones necesarias la necesidad de que se hable de una enfermedad grave. Un punto que Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªn Moreno, que adem¨¢s es asesor de la OMS, niega. "La definici¨®n de fase pand¨¦mica estaba ya establecida desde hace a?os. Lo que se hizo no fue cambiarla sino dejar expl¨ªcito que el t¨¦rmino pandemia no significaba nada m¨¢s (ni nada menos) que una enfermedad que se ha propagado con incidencia superior a la habitual en muchas regiones del mundo", asegura.
Tal y como dice Mart¨ªn Moreno, en mayo de 2005 ya estaban definidas las fases actuales. Lo demuestra el documento de preparaci¨®n ante la gripe aviar del Gobierno espa?ol, en el que se copiaron letra por letra los niveles de la OMS. Y ah¨ª no hab¨ªa menci¨®n alguna a la gravedad de la enfermedad, sino s¨®lo a la facilidad de transmisi¨®n entre personas y en distintas zonas geogr¨¢ficas. Las dos condiciones que llevaron a la OMS a declarar la pandemia el 11 de junio de 2009.
Lo que no est¨¢ claro es por qu¨¦ supone Forcades que la OMS manipul¨® sus propios reglamentos (la semana pasada en Madrid su representante Cristiana Salvi lo neg¨®, aunque admiti¨® que esa escala de alerta no era la adecuada y que habr¨ªa que cambiarla). La monja afirma que s¨®lo en el caso de pandemia la OMS puede conseguir que sus "recomendaciones" sean "¨®rdenes" para los pa¨ªses, lo que le permitir¨ªa obligar a vacunar a la poblaci¨®n sin su consentimiento o a decretar cuarentenas o aislamientos. Ya est¨¢ el segundo villano desenmascarado.
Una portavoz del Ministerio de Sanidad espa?ol -en cuyas gu¨ªas s¨ª que se incluyen estas medidas para casos extremos- lo niega. "Ser¨ªa la agencia de la ONU con m¨¢s poder del mundo", se?ala. Curiosamente, esta supuesta amenaza a la libertad es lo que menos preocupa a Segura. "En determinadas circunstancias y siempre con una justificaci¨®n expl¨ªcita y clara y luego rindiendo cuentas, es admisible y conveniente la coerci¨®n sobre particulares para proteger la salud del conjunto. Ella se opone a la obligatoriedad de la vacuna en cualquier caso. Yo no lo tengo tan claro". Aunque admite que, dada la levedad de esta gripe, no es la situaci¨®n.
Acabada la ciencia, Forcades se lanza a la conspiraci¨®n pura y dura. "Siempre ha habido grupos que quieren dominar el mundo... con buena intenci¨®n", se?ala la religiosa, cuya ¨²nica publicaci¨®n conocida es un librito llamado Los cr¨ªmenes de las grandes compa?¨ªas farmac¨¦uticas. Forcades, que al parecer realiza un doctorado sobre Terapias Alternativas, tambi¨¦n recuerda que hay teor¨ªas que -como sostiene la finlandesa Kilde- indican que estamos ante un "exceso de poblaci¨®n", y que una pandemia a tiempo (o una vacuna convenientemente contaminada) puede servir para acabar con la superpoblaci¨®n.
No es una idea nueva. Los integristas musulmanes del norte de Nigeria se opon¨ªan a la vacunar a los ni?os contra la polio porque dec¨ªan que el f¨¢rmaco era un arma estadounidense para propagar el sida y para dejar est¨¦riles a las ni?as (el da?o de la vacuna contra la meningitis de Pfizer en 1996 todav¨ªa colea, reavivado por el libro y la pel¨ªcula El jardinero fiel).
No queda claro si Forcades apoya esta teor¨ªa. "No digo que no pueda ser", dice refiri¨¦ndose a un posible complot para reducir a la mitad la poblaci¨®n del mundo. Existe "la posibilidad", a?ade. Aunque inmediatamente matiza: "Casi me arrepiento de haberlo dicho". Pero no lo quita del v¨ªdeo.
Claro que hay m¨¢s. De repente, Forcades hace una menci¨®n a c¨®mo se van a enriquecer "los Rockefeller y los Rothschild". Y una menci¨®n a otras luchas populares, como la de los transg¨¦nicos o la movilizaci¨®n de la calle ante la gesti¨®n del PP de los atentados del 11-M. Es algo que no tiene nada que ver, pero que ayuda a dar un perfil de persona moderna y comprometida.
Y, para acabar, Forcades permite que todos seamos h¨¦roes. Primero, no vacun¨¢ndonos. Y, segundo, luchando por dos asuntos: que el que no quiera no se vea forzado a inmunizarse; y que si alguien lo hace y sufre alg¨²n efecto adverso, pueda reclamar una indemnizaci¨®n. Dos propuestas tan l¨®gicas que no hay nadie, incluido el Ministerio de Sanidad espa?ol, que no est¨¦ de acuerdo.
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