Bragado bate a Armstrong
El laureado marchador madrile?o corre la marat¨®n de Nueva York en 2h 47m 40s
Jes¨²s Garc¨ªa Bragado ten¨ªa un sue?o. Y lo uno lleva a lo otro, lo otro a lo dem¨¢s y, finalmente, el sue?o se cumpli¨®. Seguramente un sue?o para un marchador, por muy laureado que sea (cuatro medallas en Mundiales y dos en Europeos), es poder correr sin la mirada aviesa de un juez que vigila el despegue de las zapatillas del suelo para mandarte a casa por infringir el reglamento. "Pero hab¨ªa m¨¢s. Cumpl¨ª 40 a?os el pasado 1 de octubre y una forma de celebrarlo era realizar un viaje. Y resulta que, a pesar de haber viajado tanto, por razones profesionales, jam¨¢s hab¨ªa estado en Nueva York. As¨ª que era un destino apetecible. Si resulta que adem¨¢s se celebra un marat¨®n, la ilusi¨®n es completa".
"Creo que al final me he pasado. Tengo el cu¨¢driceps castigado"
Si el m¨²sculo no respond¨ªa, se previ¨® que acabara haciendo marcha
Libre para correr, por fin; para celebrar la huida del dulce p¨¢jaro de la juventud y la venida de, digamos, la madurez; para conocer la m¨ªtica ciudad de los rascacielos y probarse en una prueba exigente, con continuos repechos e indudable prestigio. "Estaba claro que desde el principio todo se basaba en un disfrute de ¨ªndole personal", afirmaba Jes¨²s Garc¨ªa Bragado durante su entrenamiento en el CAR de Fadura (Vizcaya), "pero, como la cabra tira al monte, siempre he tenido claro que deb¨ªa involucrarme al m¨¢ximo. As¨ª que pregunt¨¦ cu¨¢nto tiempo hab¨ªa hecho Armstrong en 2006, 2h 59m 37s, y me plante¨¦ que ¨¦se era un objetivo a mi alcance. Y a trabajar". Dicho y hecho. Garc¨ªa Bragado consigui¨® un tiempo oficioso de 2h 47m 40s, pr¨¢cticamente 12 minutos por debajo del m¨ªtico Armstrong, el deportista se?alado como polivalente por su capacidad de consumo de ox¨ªgeno.
Para conseguirlo, el marchador madrile?o se puso primero en manos del marido de la atleta Mayte Mart¨ªnez, Juan Carlos Granados, quien le dise?¨® un plan de entrenamiento, y despu¨¦s de Xavier Leibar, el director del CAR de Fadura, donde realiz¨® las pruebas de esfuerzo hasta pocos d¨ªas antes de viajar a la ciudad estadounidense. "Con sus 40 a?os a cuestas, es un portento f¨ªsico", reconoce Leibar, que s¨®lo ten¨ªa miedo al da?o muscular. "Est¨¢ perfecto para aguantar el marat¨®n. Sus niveles son m¨¢s que adecuados y, metab¨®licamente, 2h 50m es un tiempo que no le supondr¨ªa ning¨²n esfuerzo, pero ten¨ªamos que cuidar su masa muscular, trabajada para otro deporte y que pod¨ªa llevarle a una rotura", explica. Eso ser¨ªa "convertir el sue?o en pesadilla", reconoce Garc¨ªa Bragado, que sab¨ªa las dificultades que conlleva enfrentarse a un marat¨®n despu¨¦s de tanto tiempo con los pies pegados al suelo.
"Creo que al final me he pasado un pelo", le reconoc¨ªa el atleta madrile?o, al t¨¦rmino del marat¨®n, a Leibar, "y, como estaba previsto, he acabado con el cu¨¢driceps castigado". Pero el m¨²sculo aguant¨®. En cualquier caso, hab¨ªa un plan B. Si la cosa se complicaba muscularmente, Leibar y Bragado hab¨ªan decidido que, de no ser imposible, hiciera los kil¨®metros finales marchando en vez de corriendo "porque ¨¦l tiene la musculatura de esa disciplina e incluso se nota en c¨®mo carga su pierna derecha al correr, como un marchador", recuerda Leibar que tambi¨¦n trabaj¨® con ¨¦l esa pisada en el CAR de Fadura.
Garc¨ªa Bragado cumpli¨® su sue?o, consigui¨® todo lo que quer¨ªa y festej¨® su 40? cumplea?os de la manera que hab¨ªa imaginado. La pareja Bragado-Leibar tiene mucho que ver con la lluvia. "Le conoc¨ª cuando preparaba Helsinki en 2006. Yo soy un hombre de secano, que gestiona muy mal la humedad y ¨¦l es un especialista en estos temas, entre otros. As¨ª que me puse en sus manos", recuerda Garc¨ªa Bragado, que funciona sin entrenador, "pero, como no lo tengo todo claro, busco ayuda y consulta en los que saben".
Para ¨¦l, la figura del entrenador permanente tiene m¨¢s que ver "con la necesidad de algunos atletas de tener alguien al lado": "Yo no lo necesito. Voy con mi nevera, con mi alimentaci¨®n, a todos los sitios, y tengo muy claro lo que quiero hacer". Todo, previsto. Incluso el dolor de pies. Por algo es pod¨®logo.
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