Cruyff, por Catalu?a

A Johan Cruyff le ofrec¨ªan el oro y el moro para que se pusiera el chandal de entrenador desde que Josep Llu¨ªs N¨²?ez mand¨® a Joan Gaspart que le sacara del vestuario del Camp Nou cuando quedaban dos jornadas de la Liga 1995-96 con la acusaci¨®n de que le interesaba m¨¢s el negocio que el f¨²tbol. Despu¨¦s de una trifulca de mucho cuidado, con un par de sillas de por medio, Cruyff sali¨® del camerino y, como dice el refr¨¢n, se sent¨® pacientemente junto al r¨ªo hasta ver pasar flotando el cad¨¢ver de su enemigo. La llegada a la presidencia del Barcelona de Joan Laporta, su abogado y fiel seguidor, flagelador del nu?ismo y representante del cruyffismo, le redimi¨® de la vejaci¨®n que supuso su despido.

El ex t¨¦cnico holand¨¦s firmar¨¢ un contrato por cuatro a?os como seleccionador catal¨¢n

Hasta ahora estaba centrado en su escuela, su fundaci¨®n y el Bar?a de Guardiola

La espera vali¨® tanto la pena que Cruyff se dio por satisfecho, de manera que ni complacido atendi¨® las ofertas que a diario le iban presentando los jeques ¨¢rabes, los magnates rusos o los empresarios europeos. Al t¨¦cnico holand¨¦s le segu¨ªa interesando m¨¢s jugar al golf y escribir -o dictar- que entrenar, sobre todo porque nunca se hab¨ªa sentido mejor representado en la cancha, en el banquillo y en el palco del estadio. Quienes bien le quieren aseguran que desde entonces Cruyff s¨®lo se mueve por dos cosas: su escuela de negocios y su fundaci¨®n, por una parte, y Pep Guardiola, por la otra.

Guardiola ha sustituido a Marco van Basten en su ideario. En 2008, Cruyff s¨®lo dur¨® dos semanas como asesor deportivo del Ajax. A la que vio c¨®mo funcionaba su antiguo club, regres¨® a Barcelona para entregarse a la figura de Guardiola, un cruyffista radical desde el punto de vista futbol¨ªstico. Nadie, ni Ronald Koeman, ni Michael Laudrup ni Frank Rijkaard -m¨¢s cercano a la figura de Arrigo Sacchi-, ha entendido y aplicado mejor el manual de Cruyff que Guardiola. Y a Cruyff le alcanza con ir al Camp Nou los d¨ªas de partido para ser feliz.

El Bar?a le alegra la vida mientras que su escuela y su fundaci¨®n le ocupan las horas. Xavi Torres, periodista de TV-3 y directivo responsable de la gesti¨®n deportiva de la Federaci¨®n Catalana de F¨²tbol (FCF), lo sab¨ªa de sobra por cruyffista, por catal¨¢n y por negociante. As¨ª que se reuni¨® con Cruyff y le propuso ser el seleccionador catal¨¢n a cambio de que la federaci¨®n colaborara con los proyectos del t¨¦cnico. Y el trato se cerr¨® con relativa facilidad: Cruyff, cuyo cach¨¦ puede llegar a ser de 60.000 euros por conferencia, no cobrar¨¢ ni un c¨¦ntimo por cuatro a?os de contrato y la endeudada federaci¨®n -el d¨¦ficit heredado se acerca a los 700.000 euros- ayudar¨¢ a la fundaci¨®n y a la escuela de Cruyff en su promoci¨®n.

A Jordi Casals, el presidente de la FCF, le interesa desarrollar un proyecto deportivo y social que pasa por la formaci¨®n de directivos, entrenadores y deportistas y una mayor atenci¨®n a los discapacitados, propuestas similares a las que difunden precisamente la escuela y la fundaci¨®n de Cruyff, que lleg¨® a jugar dos partidos con Catalu?a.

A falta de que la selecci¨®n catalana sea reconocida oficialmente, justo cuando m¨¢s agotada parec¨ªa la reivindicaci¨®n nacionalista, la federaci¨®n se asegura un impacto medi¨¢tico mundial una vez al a?o -el debut est¨¢ previsto para el habitual partido navide?o del 22 de diciembre-, Cruyff dispondr¨¢ de una buena infraestructura para promocionar su fundaci¨®n y su escuela y los aficionados podr¨¢n recrearse con el regreso al banquillo del padre del dream team 13 a?os despu¨¦s. A los 62 a?os, Cruyff es tan universal que ni siquiera tendr¨¢ necesidad de hablar catal¨¢n para ser seleccionador de Catalu?a.