Locura organizada
Jes¨²s L¨®pez Cobos se ha tomado al pie de la letra las insinuaciones a la "locura organizada" que dec¨ªa Stendhal a prop¨®sito de Rossini. Desde la obertura de La italiana en Argel -impecable en su exposici¨®n y matices- nos invita a participar en una visi¨®n de Rossini marcadamente anal¨ªtica, con tendencia a resaltar los valores camer¨ªsticos, alejada de las exageraciones extravagantes y con un pie en la convivencia con la abstracci¨®n.
La m¨¢s disparatada de las ¨®peras de Rossini admite este planteamiento y en esa predilecci¨®n de la sonrisa frente a la carcajada, de la elegancia frente al efecto espectacular, L¨®pez Cobos reivindica la sustancia de una m¨²sica tan esc¨¦ptica y burlona como imaginativa y hasta delirante.
LA ITALIANA EN ARGEL
De Rossini. Edici¨®n cr¨ªtica de Azio Corghi, Fundaci¨®n Rossini de Pesaro. Con Vesselina Kasarova, Maxim Mironov, Michele Pertusi, y Carlos Chausson, entre otros. Director musical: Jes¨²s L¨®pez Cobos. Director de escena: Joan Font, Els Comediants. Coro y Orquesta Sinf¨®nica de Madrid. Teatro Real. 1 de noviembre.
En su manera de hacer Rossini a lo Haydn, el maestro zamorano saca a la luz el humor desde la m¨²sica m¨¢s que desde el argumento teatral. Joan Font, superviviente del m¨ªtico grupo de teatro de calle Els Comediants, opta por una estructura de cuento de intenciones amables para narrar la historia. No est¨¢ en todo momento a la altura de la m¨²sica, aunque algunas escenas est¨¢n resueltas con ingenio. La comicidad es elemental y el estatismo de varias situaciones frena el ritmo de la representaci¨®n.
En el aspecto teatral, Chausson est¨¢ imponente como actor c¨®mico, mientras Vesselina Kasarova o Maxim Mironov no acaban de entrar con naturalidad en el surrealismo rossiniano. Michele Pertusi desarrolla su cometido sin excesos y est¨¢ grandioso en la apoteosis final como Papatacci.
La ovaci¨®n m¨¢s emotiva fue para Carlos Chausson. Merecida. La construcci¨®n de su personaje fue extraordinaria. Kasarova, Pertusi o Mironov cantaron con precisi¨®n, profesionalidad y estilo, pero no lograron esos momentos de arrebato que la obra permite.
La representaci¨®n fue un ¨¦xito, a juzgar por los aplausos, aunque de entusiasmo contenido. Dec¨ªa Rossini que el p¨²blico que asisti¨® a la premi¨¨re de esta obra "est¨¢ m¨¢s loco que yo" en alusi¨®n al clima de entusiasmo despertado. Eran, efectivamente, otros tiempos.
Babelia
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