Por qu¨¦ cay¨® el Muro
El s¨¢bado 31 de octubre, ante 1.800 invitados, la Fundaci¨®n Konrad Adenauer conmemor¨® "la ca¨ªda del Muro y la reunificaci¨®n de Alemania". Intervinieron los tres protagonistas, George Bush senior, Mija¨ªl Gorbachov y Helmut Kohl. Aunque la unificaci¨®n de Alemania no hubiera ocurrido sin la ca¨ªda del Muro, para valorar el m¨¦rito de cada uno es preciso distinguir ambos acontecimientos que tuvieron causas, y sobre todo din¨¢micas, muy distintas.
Sin que nadie lo planeara, la apertura del Muro result¨® de una serie de circunstancias, tan fortuitas como imprevisibles. Empero el factor decisivo fue la pol¨ªtica de "restructuraci¨®n y transparencia" que Gorbachov esboz¨® para sacar a la Uni¨®n Sovi¨¦tica de la profunda crisis en que se debat¨ªa, que la presi¨®n armament¨ªstica de la Am¨¦rica de Reagan hab¨ªa exacerbado al m¨¢ximo.
La 'perestroika' y el inmovilismo de Honecker fueron los art¨ªfices
La unificaci¨®n, en cambio, fue obra casi personal de Gorbachov y Kohl
Una reforma radical de todo el sistema ten¨ªa que empezar por desprenderse de la pesada carga que para la Uni¨®n Sovi¨¦tica representaban los Estados socialistas. La gran paradoja era que la integraci¨®n econ¨®mica en el Consejo de Ayuda Econ¨®mica Mutua (Comecon) los pa¨ªses del Este la percib¨ªan como una dura imposici¨®n de la potencia hegem¨®nica, y ¨¦sta la sent¨ªa como una carga cada vez m¨¢s gravosa. Una reestructuraci¨®n profunda del sistema (perestroika) exig¨ªa detectar (glasnost) la dura realidad que la propaganda ocultaba desde siempre.
Una operaci¨®n que pusiese en evidencia los males del sistema s¨®lo podr¨ªa tener ¨¦xito si cada pa¨ªs la realizaba por su cuenta. En el verano de 1989 Gorbachov no dej¨® la menor duda de que la Uni¨®n Sovi¨¦tica no iba a intervenir en las cuestiones internas de sus aliados. Aunque esta declaraci¨®n en cada pa¨ªs repercuti¨® de forma distinta, como era de esperar, la t¨®nica general fue evitar que la transparencia llegase a poner en cuesti¨®n a los gobernantes.
En la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, por ser parte de una naci¨®n dividida, las reformas que demandaba Gorbachov comportaban mucho mayor riesgo. Las esperanzas que levantaba la pol¨ªtica de Gorbachov, junto con el empe?o de Honecker de impedir cualquier movimiento de renovaci¨®n, provocaron el que una poblaci¨®n que se sent¨ªa protegida, incluso animada por la Uni¨®n Sovi¨¦tica, se distanciara a gran velocidad del aparato estatal.
Despu¨¦s de semanas de manifestaciones, la ruptura se produjo el 7 de octubre, cuando con la presencia de Gorbachov, de los jefes de Estado de los pa¨ªses del bloque oriental, autoridades de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana y cuerpo diplom¨¢tico, se celebraba el baquete oficial del 40? aniversario de la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana. Poco antes de que una manifestaci¨®n de apoyo a Gorbachov pudiera rodear el Palacio de la Rep¨²blica, los servicios sovi¨¦ticos de seguridad decidieron sacarlo de la sala. Los de los otros jefes de Estado tampoco pod¨ªan tolerar el menor riesgo, as¨ª que uno tras otro abandonaron el edificio, quedando tan s¨®lo las autoridades germano-orientales y el cuerpo diplom¨¢tico. Se hizo visible la soledad del r¨¦gimen. Unos d¨ªas m¨¢s tarde, el 18 de octubre, se oblig¨® a dimitir a Honecker.
El Muro cae por la pol¨ªtica de Gorbachov que abre la perspectiva de un socialismo distinto y sobre todo la puerta a los que quieran salir. En los primeros siete meses de 1989 se autoriz¨® a 48.000 personas a abandonar la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana y 9.000 lo consiguieron de manera ilegal. Estas concesiones no hicieron m¨¢s que aumentar el n¨²mero de los que intentaban escapar. Cientos se refugiaron en las embajadas alemanas occidentales de Varsovia, Praga y Budapest. Para aliviar la situaci¨®n, en el verano de 1989 no hubo otro remedio que abrir la frontera entre Hungr¨ªa y Austria.
En la ca¨ªda del Muro confluyen dos pol¨ªticas opuestas, la de la renovaci¨®n y la de impedir a todo trance cualquier cambio o concesi¨®n. De forma muy diferente hubieran ocurrido las cosas si dos o tres a?os antes Honecker hubiera impulsado las reformas pertinentes. Gorbachov, creando las condiciones que lo hicieron posible, y Honecker, al oponerse al menor cambio, fueron los art¨ªfices de la ca¨ªda del Muro. La unificaci¨®n, en cambio, ya fue obra casi personal de Gorbachov y Kohl. Una vez que la Uni¨®n Sovi¨¦tica acept¨® que la Alemania unida permaneciese en la Alianza Atl¨¢ntica, condici¨®n que Estados Unidos hab¨ªa exigido siempre, el m¨¦rito de Bush consisti¨® en no oponerse, como le ped¨ªan Francia y Reino Unido.
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