La err¨¢tica juventud del 'e-book'
Virginia Woolf no invent¨® el e-book, obviamente, pero en 1927 propuso en un debate radiof¨®nico de la BBC imprimir los libros en un papel que al cabo de tres meses se redujera a polvo. Si la obra era buena, habr¨ªa que imprimirla de nuevo. As¨ª, "la mayor¨ªa de libros tendr¨ªa una muerte natural en meses", afirm¨®. "Ning¨²n espacio ser¨ªa malgastado, ninguna basura recolectada". Faltaba m¨¢s de una d¨¦cada para que se fabricase algo parecido a un ordenador, pero Woolf ya barruntaba la posibilidad de que las obras literarias no justificasen todo el papel que ocupan. Seguramente el e-book no le hubiese gustado un pelo como soluci¨®n intelectual, pero desde luego solventa su criba f¨ªsicamente.
"Con el tiempo, la lectura anal¨®gica no creo que conviva con la digital. Nuestra responsabilidad es perfeccionarla" (Christine Hoeger, de Amazon, creadora del Kindle)
Los libros son el ¨²ltimo basti¨®n de un viejo modelo de negocio en el que lo digital ha arrasado con el resto de los medios y ha cambiado la forma en que los consumimos. Tras estas navidades, en las que el libro electr¨®nico promete ser el regalo estrella, aumentar¨¢ notablemente el n¨²mero de los que miden sus bibliotecas contando megas y no ejemplares. Algunos creen en un futuro en el que papel y bytes coexistir¨¢n pac¨ªficamente. Christine Hoeger, del gigante americano Amazon.com, no. "No creo que puedan convivir. Con el tiempo, la lectura anal¨®gica, sean libros, revistas o peri¨®dicos, ser¨¢ reemplazada por lo digital". Y remata con una frase que repetir¨¢ m¨¢s tarde: "Eso s¨ª, es nuestra responsabilidad perfeccionarla". Amazon comercializa desde hace un tiempo el Kindle, que la prestigiosa revista de los tecn¨®filos Wired eligi¨® como el mejor del mercado en una reciente comparativa. El Corte Ingl¨¦s ha creado su equivalente en Espa?a al lanzar su propio e-book, el Inves Book 600, que, bien por cuestiones sentimentales o por la inexistencia todav¨ªa de un cat¨¢logo consistente, no se comercializa a trav¨¦s del departamento de libros, sino de electr¨®nica.
Una ma?ana del pasado julio, Internet tembl¨® cuando cientos de usuarios del Kindle denunciaron que un par de t¨ªtulos hab¨ªan desaparecido repentinamente de sus aparatos. Amazon descubri¨® que un error legal les hab¨ªa hecho estar vendiendo, sin poseer derecho a ello, 1984 y Rebeli¨®n en la granja, de George Orwell (ir¨®nicamente, azote del totalitarismo intelectual), y los retir¨® de todos los Kindle.?"?Es como si el due?o de la librer¨ªa se hubiese colado en mi casa y se hubiese llevado un ejemplar de mi mesilla!", chilla un usuario en un foro de Amazon. Desde un despacho de propiedad intelectual explican que Amazon est¨¢ en su derecho de hacer eso. "Es normal que entre millones de libros haya controversia con los derechos de uno. Si se retira y se indemniza a los consumidores con el precio, no hay perjuicio. ?Normalmente se retiran productos del mercado y no se paga nada a nadie!". Amazon se disculp¨®, devolvi¨® a los clientes los 99 centavos que hab¨ªan pagado y aclar¨® que era "improbable" que esta situaci¨®n se volviese a repetir. Pero la diferencia entre poseer el e-book —o sea, el soporte— y la obra literaria que contiene es algo que sigue creando confusi¨®n entre posibles compradores. "Por esto no me he comprado el Kindle", respond¨ªa otro usuario del mismo foro. "Quiero que un e-book sea de mi propiedad, con todos los derechos que eso implica".
En cualquier caso, la consolidaci¨®n del e-book llega en una ¨¦poca inmejorable en la que llueven best seller: Stephen King vuelve tras a?os sin publicar una novela, John Grisham lo hace con un libro de cuentos y Sarah Palin ofrece sus memorias, por las que le han pagado 1,25 millones de d¨®lares s¨®lo de adelanto. La mayor¨ªa ha salido a la luz en EE?UU a comienzos de noviembre... pero s¨®lo en papel. Sus ediciones digitales, han anunciado las editoriales, no lo har¨¢n hasta finales de diciembre, una vez pasada la campa?a navide?a. Otro motivo de enfado para los usuarios del e-book. Lo que hace el asunto a¨²n m¨¢s confuso es que los grandes establecimientos americanos han comenzado a la vez una batalla de precios que los ha reducido hasta el paroxismo: algunos de estos libros sobrepasan en formato f¨ªsico los 30 d¨®lares, pero Wal Mart los rebaj¨® a 10 a finales de octubre, Amazon lo hizo a 9, Target.com baj¨® un centavo y Wal Mart, d¨ªas despu¨¦s, otro. Resultado: las ediciones en papel se est¨¢n vendiendo a 8,98 d¨®lares cuando sus equivalentes digitales rondar¨¢n los 10. ?C¨®mo es posible que obras que esperan millones de personas lleguen a los e-books no s¨®lo m¨¢s tarde, sino m¨¢s caras? Como ¨²nica y cr¨ªptica respuesta, en Amazon copian y pegan una frase que ya han dicho antes y parece cambiar de sentido: "A¨²n tenemos que perfeccionar el mercado digital". En literatura, esa figura se llama retru¨¦cano.
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HEVHTXPSSGPO5AEH34M6VL3ENY.jpg?auth=09b0582c31117c128835bc0faa8e0398f0b52853bec80279142508c9fa6d4c21&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.