Los peligrosos 'amigos' de Marc
No conozco a Marc Gasol, pero eso no me impedir¨¢ sentir pena por ¨¦l este a?o. Hay razones obvias para mi pesar.
Es un jugador realmente bueno (esta temporada su promedio es de 18 puntos y 13 rebotes por partido) en un equipo malo (en el momento de escribir estas l¨ªneas los Grizzlies van 1-4 y parece que la tendencia es ir a menos). Y vive en una ciudad que tiene que mantener a su equipo de relaciones p¨²blicas trabajando 24 horas al d¨ªa para inventar formas de enga?ar a la gente y conseguir que crea que Memphis es una ciudad sure?a encantadora y refinada y no un lugar al que la mayor¨ªa preferir¨ªa ver en su retrovisor.
Pero nada de lo anterior es la verdadera causa de mis suspiros siempre que veo en la televisi¨®n al Gasol que viste de azul y gris. Me lamento por los seres con los que tiene que tratar todas las ma?anas cuando acude a trabajar.
Cuando tiene un buen d¨ªa, a Zach Randolph, el otro hombre alto del equipo, se le puede calificar de conflictivo. Cualquier otro d¨ªa, no ser¨ªa ning¨²n disparate definirle como "la aportaci¨®n m¨¢s cancer¨ªgena que le puedes hacer a tu equipo de baloncesto, tanto si es un equipo de la NBA como uno del barrio".
Los problemas persiguen a OJ Mayo, el tirador titular de los Grizzlies, vaya donde vaya. Su fichaje por la Universidad de California del Sur le cost¨® su puesto al entrenador, Tim Floyd, y a los compa?eros de Mayo a menudo se les tacha de "presidiarios" y de "delincuentes".
En el banquillo tenemos a Marcus Williams, al que expulsaron de su equipo de la universidad por vender port¨¢tiles robados y cuya posici¨®n en el draft de 2006 podr¨ªa haber ido acompa?ada de la siguiente cl¨¢usula de descargo de responsabilidad: "Jugador que puede entrar en combusti¨®n de forma espont¨¢nea, tanto en sentido literal como figurado, en cualquier momento".
El hecho de enterarse de que el p¨ªvot suplente Steven Hunter ha jugado en cinco equipos en ocho temporadas de la NBA es algo parecido a descubrir que tu actual novia vivi¨® una vez en el barrio de las prostitutas.
Y luego est¨¢ Allen Iverson, otra vez en las noticias por manifestar su descontento con el papel que sus jefes le han asignado. He escrito antes que admiro las tendencias contestatarias de Iverson, pero eso no significa que le quiera en mi equipo -en especial en este equipo- si el objetivo es ganar partidos.
Enhorabuena a los Grizzlies de Memphis por contar con tama?a lista de inadaptados. A fin de cuentas, es cierto que en el baloncesto, en cada partido, debe perder un equipo. Este a?o, ese equipo ser¨¢ a menudo los Grizzlies.
Por desgracia, Marc Gasol perder¨¢ tambi¨¦n y no s¨®lo porque probablemente seguir¨¢ jugando bien sin conseguir ning¨²n reconocimiento por ello, sino porque es posible que se vea obligado a dilapidar en terapia psicol¨®gica todo lo que gane durante su carrera en la NBA. ?se es el coste de pasar un a?o junto al elenco de personajes que componen los Grizzlies de Memphis 2009-2010.
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