El idioma de la Virgen Mar¨ªa de la playa
En 25 a?os hay 150.000 personas m¨¢s que hablan euskera; ya est¨¢ en los medios de comunicaci¨®n, en la literatura y la academia de la lengua ha cumplido 90 a?os. Hemos avanzado mucho, pero nos queda un trecho
En primavera del 2007 me encontraba en Nueva York en la casa de una amiga, Carmenchu Pascual, que tuvo que salir de San Sebasti¨¢n junto a su madre en la posguerra y se instal¨® en la Gran Manzana; y que, despu¨¦s de pasar por varios oficios (fue incluso piloto de un avi¨®n correo en Puerto Rico), trabaja como traductora de espa?ol en las cortes federales, en el barrio de Brooklyn. Carmen posee una amplia biblioteca de tema vasco.
Fisgando entre los libros encontr¨¦ un ensayo de Julio Caro Baroja y enseguida comenc¨¦ a ojearlo. Entre las leyendas que Caro Baroja recog¨ªa en el libro, una me llam¨® mucho la atenci¨®n. Era la historia de la Virgen y el pez zapatero. La leyenda popular contaba c¨®mo un d¨ªa el zapatero, tambi¨¦n llamado palometa o joputa, se encontr¨® con una mujer que paseaba por la orilla de la playa. La mujer era bell¨ªsima y el zapatero, enamorado de la joven, le pregunt¨® qui¨¦n era. Con tan mala suerte que formul¨® la pregunta en castellano. La mujer enfureci¨® y le dijo al pez que era la mism¨ªsima Virgen Mar¨ªa, y que a ella hab¨ªa que dirig¨ªrsele en euskera y no en castellano. Como castigo a tal metedura de pata, la Virgen maldijo al pez: a partir de entonces el zapatero ser¨ªa el m¨¢s feo de los peces. Y es as¨ª como el zapatero tiene esa expresi¨®n de muy pocos amigos, con una dentadura prominente, y unos ojos de no haber pegado ojo en mucho tiempo. Pobre zapatero, pienso yo. ?C¨®mo hubiera adivinado que la Virgen hablaba ni m¨¢s ni menos que en euskera?
A un autor vasco todav¨ªa se le pregunta sobre la vinculaci¨®n de la cultura vasca con la violencia
Magris se define como un escritor de frontera, de una tradici¨®n en la que conviven varias lenguas
Yo no conoc¨ªa aquella leyenda, pero sospecho que no debe de ser demasiado antigua. Tampoco creo que haya muchas m¨¢s leyendas del estilo. Es una leyenda creada en una ¨¦poca de retroceso y defensa de la lengua. De miedo a la p¨¦rdida.
La moraleja es clara: los vascos deb¨ªan de preservar la lengua de la Virgen, una lengua limpia y celestial, y no hacer como el zapatero, que por hablar en castellano se qued¨® as¨ª de feo.
Entre los tab¨²s sem¨¢nticos, unos de los m¨¢s curiosos son los nombres de los animales. Muchas veces se utilizan eufemismos para nombrar a animales malignos o asociados a la mala suerte. El caso de la comadreja es el m¨¢s representativo. Seg¨²n Jos¨¦ Mar¨ªa Cuesta, la comadreja es una de las especies innombrables. Es por eso que se les llama con t¨¦rminos de dif¨ªcil etimolog¨ªa. Y as¨ª, se le denomina paniquesa en Arag¨®n, donnola en italiano, belette en franc¨¦s, doni?a en gallego o erbinude en euskera. Tal mal fario le llega desde los textos de la antig¨¹edad. Eliano describe que es un animal despreciable que se sube encima de los cad¨¢veres y engulle sus ojos.
El caso del zapatero, palometa o joputa, puede ser tambi¨¦n un caso de tab¨² sem¨¢ntico. El zapatero, am¨¦n de su aspecto, tiene mala fama entre los pescadores por ser un pez poco fiable. Ahora est¨¢ muy presente, ahora desaparece. Es demasiado inteligente, dicen.
Hablando de tab¨²es innombrables, dejen que les cuente una an¨¦cdota. Yo no tuve nombre durante los primeros meses de mi vida. Nac¨ª a finales de 1970 y mi madre fue naturalmente al juzgado a darme de alta. El secretario le pregunt¨® por mi nombre. "Kirmen", dijo ella. Al secretario no le constaba Kirmen como nombre y no lo acept¨®. "?Se?ora, por qu¨¦ no le pone Jos¨¦ Mar¨ªa, o algo por el estilo, como todo el mundo?". Mi madre dijo que yo me llamaba Kirmen y no cej¨® en su empe?o hasta que inscribieron mi nombre en el libro de familia. Iba cada semana al juzgado y le daban la negativa. "?Y si le pone Kirmen Mar¨ªa?", le dijo una vez el secretario, "ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil que admitan el nombre si lleva algo en castellano". Al final, el secretario dio su brazo a torcer y es as¨ª como me llamo: Kirmen, s¨®lo Kirmen.
La an¨¦cdota ilustra la dif¨ªcil situaci¨®n que vivi¨® en un tiempo el euskera. Pas¨® sus a?os duros, en los que solamente se hablaba en el ¨¢mbito exclusivamente privado. Y sobrevivi¨® gracias a la tenacidad de mucha gente, que no dej¨® de hablarlo y trat¨® de ampliar su presencia a todos los sectores de la sociedad. Y, por supuesto, de la multitud de gente que ha hecho un gran esfuerzo en aprenderlo.
El 15 de abril del 2007 asist¨ª a un programa de radio en la WBAI, en el 120 de Wall Street. La emisora es una de las m¨¢s progresistas en el ¨¢mbito neoyorquino. Nos invit¨® la escritora Janet Coleman a su programa cultural. Compart¨ª la hora con la poeta canadiense Yerra Sugarman. Sugarman, especialista en literatura yidish, hab¨ªa llevado al programa poemas de una poetisa de principios del siglo XX. Los poemas eran impresionantes. Hablaban de sexo expl¨ªcito.
Janet Coleman se asombr¨® de que pudiera haber una escritora yidish que escribiera de esos temas. Y as¨ª lo dijo por la Radio. La respuesta de Yerra Sugarman fue la siguiente: "La poetisa habla de su vida. Su vida era as¨ª, aunque fuera. en yidish". Durante la cena hablamos de los clich¨¦s que tienen que soportar muchas tradiciones literarias. Yerra cont¨® que cuando ven¨ªa a Europa mucha gente desconfiaba de sus ra¨ªces jud¨ªas, como si le echaran la culpa a ella de las vulneraciones de derechos humanos que el Gobierno israel¨ª comete con la poblaci¨®n palestina. Yerra no lo pod¨ªa entender. "Pero si yo tambi¨¦n estoy en contra de lo que hace el Gobierno israel¨ª", les dec¨ªa ella, incr¨¦dula.
La lengua vasca tambi¨¦n ha tenido que soportar muchos clich¨¦s. Todav¨ªa a un autor vasco se le pregunta sobre la vinculaci¨®n de la cultura vasca con la violencia. Sobre si no es una traba escribir en una lengua tan peque?a.
Claudio Magris se define como un escritor de frontera. De una tradici¨®n en la que conviven diferentes lenguas. Yo tambi¨¦n me considero un escritor de frontera. Me gusta formar parte de esa diversidad. Magris, en su libro Utop¨ªa y desencanto, afirma lo siguiente: "Toda minor¨ªa que sale de la marginaci¨®n -nacional, cultural, religiosa, pol¨ªtica, sexual- tiende, por lo menos al principio, al narcisismo exhibicionista y hasta que no se libera de ¨¦l, aprendiendo a vivir espont¨¢neamente su propia peculiaridad y a no hacerle demasiado caso, revela estar todav¨ªa, interiormente, en una condici¨®n de inferioridad".
Me gusta la frase del triestino, "no hacerle demasiado caso a su propia peculiaridad". Escribir con naturalidad, vivir con naturalidad en euskera. Sin urgencias ni histerias.
Han pasado casi 40 a?os desde la an¨¦cdota de mi madre en el juzgado. El euskera ha pasado del ¨¢mbito privado a lo p¨²blico. Seg¨²n los ¨²ltimos datos socioling¨¹¨ªsticos, en 25 a?os el n¨²mero de hablantes ha crecido en 150.000. Hay prensa en euskera, medios de comunicaci¨®n, todo un sistema literario. La academia de la lengua acaba de cumplir 90 a?os de vida. Es verdad que todav¨ªa hay mucho por hacer. Queda un trecho para llegar a un biling¨¹ismo efectivo. Pero se ha avanzado considerablemente.
Yo no considero que escribir en una lengua peque?a sea ning¨²n impedimento. En mis libros hablo de gente que conozco, de gente que veo todos los d¨ªas por la calle. Sin embargo, he visto que esas historias pueden interesar a un lector global.
"Toda endogamia, -toda pretensi¨®n de identidad pura- es asfixiante e incestuosa", afirma Magris. "Se aprende a amar a Irlanda en Joyce, que la abandon¨® y la critic¨® ferozmente, mucho m¨¢s que en todas esas novelas irlandesas rebosantes de muchachas pelirrojas y de prados verdes. En una astilla puede estar el mundo, pero ¨¦sta es algo si no es s¨®lo una astilla sino el mundo".
Pienso en la Virgen y el pez zapatero. Quiero creer que ahora actuar¨ªan de otra manera. Que el zapatero le hubiera hablado en euskera, o que la Virgen le hubiera respondido sin problemas en castellano. Tranquilamente. Y es que eso mismo es lo que ocurre ahora en el Pa¨ªs Vasco.
Kirmen Uribe es escritor. Gan¨® el premio Nacional de Narrativa 2009 por su novela Bilbao-New York-Bilbao.
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