Un hongo y las largas sequ¨ªas amenazan la dehesa espa?ola
El mal de la encina suma 500 focos en Extremadura y Andaluc¨ªa - Los productores alertan del peligro para el cerdo ib¨¦rico
La encina est¨¢ amenazada. La phytophthora, un hongo procedente de Australia, no es el ¨²nico pero s¨ª el principal culpable de la seca, la mayor enfermedad de la dehesa, donde vive principalmente este ¨¢rbol. Junto al hongo, algunos insectos, otros hongos y el cambio clim¨¢tico completan la fatal receta. En estos momentos hay m¨¢s de 500 focos de enfermedad y lo peor es el futuro: los expertos reconocen que no se conoce soluci¨®n al problema y que podr¨ªa afectar a la producci¨®n del cerdo ib¨¦rico. Tan s¨®lo la regeneraci¨®n y una gesti¨®n m¨¢s sostenible pueden ayudar a reducir su gravedad.
La phytophthora act¨²a sobre las ra¨ªces de los ¨¢rboles como el colesterol lo hace sobre las venas y arterias humanas. Cierra el paso de agua y dificulta su absorci¨®n. Aunque este hongo est¨¢ presente en la mayor parte de las ¨¢reas forestales, s¨®lo se produce el ataque si intervienen una serie de factores. Gerardo Moreno, doctor en Biolog¨ªa y profesor de la Universidad de Extremadura, recoge los principales motivos que debilitan a la encina: "El hecho de que hayamos compactado excesivamente los ¨¢rboles, que los suelos hayan sido labrados, que las sequ¨ªas sean cada vez m¨¢s prolongadas y la contaminaci¨®n del aire contribuyen a la extensi¨®n de la enfermedad".
El problema es que no nacen ¨¢rboles; el bosque est¨¢ fosilizado
"Es grav¨ªsimo. Si no hay bellotas no hay cochinos", dice un ganadero
Uno de los factores que sin duda ha contribuido a aumentar el fen¨®meno de la seca es el impacto de las condiciones clim¨¢ticas. De acuerdo con la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa, el ¨²ltimo verano ha sido el tercero m¨¢s c¨¢lido desde 1961, con una temperatura 1,9 grados superior a la media. Adem¨¢s, es un proceso acumulativo, ya que los otros dos m¨¢s calurosos han sido tambi¨¦n recientes: en 2003 y 2005. Al acotar el fen¨®meno a las zonas con encinares, el aumento es todav¨ªa mayor. Al fuerte calor se ha unido un descenso en las lluvias, que fueron un 20% inferiores a las normales de otros veranos. Aunque en este caso, la parte occidental de Extremadura fue tan seca como siempre; no as¨ª el resto, donde llovi¨® todav¨ªa menos de lo habitual.
En 2008, la seca afectaba a 246.000 de los 2,5 millones de hect¨¢reas de dehesa, seg¨²n los datos de la web del Foro para la defensa y conservaci¨®n de la dehesa, Encinal. Los expertos alertan de la gravedad del problema pero, sobre todo, de unas perspectivas nada halag¨¹e?as. Un factor agrava seriamente el problema en nuestra dehesa: los encinares son viejos. No hay regeneraci¨®n y eso provoca que cuando un foco ataca a una masa arb¨®rea afecte a todos o casi todos los ¨¢rboles. "Los j¨®venes resisten mejor, pero si la edad de los ¨¢rboles es homog¨¦nea, la muerte tambi¨¦n lo es", indica Francisco V¨¢zquez, bi¨®logo del centro de investigaci¨®n La Orden.
En la misma l¨ªnea habla Moreno: "Quiz¨¢s la mortandad no sea tan excesiva, pero el problema es que no hay nacimientos, se considera a la dehesa una arboleda fosilizada". La Junta de Andaluc¨ªa, que gestiona en estos momentos una Ley de la Dehesa (Extremadura ya tiene la suya), tambi¨¦n aboga por atacar estos factores. El director general de Gesti¨®n del Medio Natural de la Junta de Andaluc¨ªa, Javier Madrid, habla de "la pobre regeneraci¨®n y la gesti¨®n de las masas forestales" como los agravantes y la sequ¨ªa como "la espoleta". Andaluc¨ªa se propone promover un "uso racional de la dehesa que sea compatible con el mantenimiento sostenible del ecosistema", indica Madrid.
Gerardo Moreno asegura que "la gran longevidad de estos ¨¢rboles, que tienen una apariencia muy bonita, hace que no se perciba que son viejos y que los propietarios tampoco se hayan preocupado por la regeneraci¨®n". Tambi¨¦n la achaca al cambio en la socioeconom¨ªa de la dehesa en las ¨²ltimas d¨¦cadas: "Actualmente pasta en la dehesa el doble de ganado, y no est¨¢ cuidado por personas sino que campa a sus anchas y puede acabar con cualquier peque?a encina o alcornoque incipiente". Resulta curioso que, como apunta el experto, "sea donde hay abandono donde se percibe cierta regeneraci¨®n".
Uno de los sectores que, l¨®gicamente, pueden verse perjudicados si el fen¨®meno se extiende es el de los productores de cerdo ib¨¦rico, ya que este animal se alimenta de bellotas. Miguel Villafaina, t¨¦cnico de la Uni¨®n de Peque?os Agricultores (UPA) de Badajoz, y que precisamente se dedica a vigilar la explotaci¨®n de una dehesa, lo explica as¨ª: "La seca es un proceso progresivo, que lleva produci¨¦ndose unos 20 a?os. No es que haya ocurrido este a?o de golpe, aunque es posible que ahora sea cuando le estemos prestando m¨¢s atenci¨®n, sobre todo por el auge que ha tenido el sector del ib¨¦rico", informa Emilio de Benito.
El t¨¦cnico cree que el proceso tiene dos causas. "Por un lado la climatolog¨ªa; y, por otro, la sobreexplotaci¨®n". El resultado es que "si hace unos a?os hab¨ªa 10.000 cerdos aut¨¦nticos de bellota, ahora puede haber un 5% o un 10% menos". Pero al ser un proceso progresivo, Villafaina afirma que no supone un riesgo inmediato, ya que los productores "se van adaptando". Lo que el t¨¦cnico ha observado en los ¨²ltimos a?os es que con el auge de estos productos ha aumentado la explotaci¨®n, lo que a medio plazo puede tener un impacto en el ecosistema.
M¨¢s importancia da al problema Alejandro Hern¨¢ndez Matamoros, cuya familia engorda con bellota para la venta unos 500 cerdos al a?o en Jerez de los Caballeros (Badajoz): "Hay zonas en las que la seca est¨¢ haciendo un da?o enorme. Es un problema que puede ser grav¨ªsimo, es muy serio, donde no hay bellotas, no hay cerdo ib¨¦rico. Hay que buscar soluciones, hay mucha gente que vive de eso, se necesitan las encinas".
Y, por ahora, soluciones no hay. "La dificultad para conocer las causas ¨²ltimas de la enfermedad y c¨®mo combatirla es lo que m¨¢s nos preocupa, hay mucha incertidumbre y estamos lejos de saber c¨®mo atajarla", advierte Moreno. Seg¨²n el bi¨®logo, adem¨¢s, faltan inversiones: "Hay una excesiva dependencia de las subvenciones y, al tratarse de una superficie tan extensa, hacer frente al problema s¨®lo con ayudas no me parece viable. Har¨ªa falta un mayor esfuerzo inversor pero lo ideal ser¨ªa que tambi¨¦n invirtieran los propietarios". Francisco V¨¢zquez describe otro de los frenos de la investigaci¨®n, la falta de coordinaci¨®n. "Tenemos a bastantes grupos de trabajo investigando, pero cada uno por su cuenta. La situaci¨®n mejorar¨ªa considerablemente si se abordase el problema desde una estrategia ¨²nica, con profundidad y cohesi¨®n de criterios. Si no, nos vamos a encontrar en unos a?os con que la situaci¨®n no ve mejora".
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