La pol¨ªtica fallida de Pellegrini
El descalabro ante el Alcorc¨®n dej¨® en evidencia los errores t¨¢cticos del t¨¦cnico del Madrid, m¨¢s dedicado a gestionar el vestuario que a alinear al mejor equipo
El Alcorc¨®n le record¨® a la industria del f¨²tbol que el f¨²tbol es un juego antes que una industria. Este mensaje contrast¨® con la gigantesca obra del presidente del Madrid, Florentino P¨¦rez, el hombre que, desde el a?o 2000, construye proyectos futbol¨ªsticos con la idea de trascender el f¨²tbol. Al presidente madridista, la Copa siempre le pareci¨® un torneo menor. Ayer, lo que m¨¢s lament¨® no fue haber sido eliminado. Lo que le doli¨® de verdad fue la exhibici¨®n de impotencia de su equipo ante un rival de Segunda B.
Florentino no aprecia especialmente a su entrenador, Manuel Pellegrini. Pero en este punto coincidieron. Ambos contemplaron la Copa como un acontecimiento secundario en la gran empresa que tienen entre manos, con la final de la Champions en el Bernab¨¦u en el horizonte. Pellegrini no valor¨® tanto la Copa como la gesti¨®n de su personal con vistas al largo plazo. Como dicen en el club: "Sab¨ªa que si no alineaba a gente como Gago o Diarra, se despedir¨ªa de ellos para toda la temporada. Por eso los puso".
"Sab¨ªa que si no pon¨ªa a Gago y Diarra, se desped¨ªa de ellos", dicen en el club
"El periodo de adaptaci¨®n puede que sea demasiado largo", admiti¨® Ra¨²l
En su af¨¢n por mantener elevado el nivel de motivaci¨®n del grupo, Pellegrini desconvoc¨® a sus mejores hombres para entregar el tim¨®n del equipo a dos jugadores que pierden la orientaci¨®n con facilidad: Gago y Diarra. Su volante con m¨¢s criterio, Lass, fue desplazado al lateral derecho, Marcelo s¨®lo apareci¨® al final, y Granero, pese a la ausencia de Xabi Alonso, fue orillado por el entrenador. "El t¨¦cnico quiso situar a Lass como tercer volante para hacer una l¨ªnea de presi¨®n que metiera al Alcorc¨®n en su campo", aseguran en el club. "Y lo logr¨®". De hecho, fue lo ¨²nico que logr¨® hacer el Madrid en el Bernab¨¦u. Empujar al rival hasta su ¨¢rea. All¨ª se acab¨® la historia.
El plan de Pellegrini era tan grande que perdi¨® de vista lo esencial. Hab¨ªa que remontar un 4-0 en contra. Hab¨ªa que jugar. No s¨®lo para ganar. Hab¨ªa que jugar para ganar, como m¨ªnimo, por 5-0. Para meter un 5-0 hay que hacer algo m¨¢s que administrar bien a un grupo. Es preciso escoger a los mejores. Cuando Pellegrini dej¨® fuera a Marcelo, Sergio Ramos, Xabi y Benzema, apart¨® del juego a su mejor distribuidor y a tres de sus futbolistas con m¨¢s desborde. "El Madrid quiso llegar al remate tocando", record¨® Borja G¨®mez, central del Alcorc¨®n criado en la cantera madridista. "Quisieron jugar con mucho toque y poco desborde. El ¨²nico que nos preocup¨® de la alineaci¨®n, a priori, fue Higua¨ªn. El Pipa nos pod¨ªa desequilibrar por habilidad. Los dem¨¢s no podr¨ªan desarrollar su juego sin espacios. Hab¨ªamos preparado muy bien el partido y no nos iban a coger mal colocados. Supimos c¨®mo organizarnos y bascular para que no nos desbordasen".
La no convocatoria de Sergio Ramos resumi¨® la visi¨®n que Pellegrini tuvo de la eliminatoria y, de paso, el poco inter¨¦s que, en general, puso el club en la Copa. Sorprendido ante el descarte de Ramos, el martes por la ma?ana un empleado de la federaci¨®n llam¨® al Madrid para avisarle de que, jur¨ªdicamente, Ramos no estaba sancionado. En el club se pusieron en contacto con Pellegrini sobre las dos de la tarde. Faltaban seis horas para el partido cuando el t¨¦cnico supo que pod¨ªa convocar al defensa sevillano. Pero lo desestim¨®. Ya hab¨ªa tomado una decisi¨®n. Ramos -buen cabeceador, llegador peligroso y hombre de gran car¨¢cter- no jugar¨ªa un partido que requer¨ªa sus virtudes.
Preocupado por hacer pol¨ªtica en su propio vestuario, Pellegrini aprovech¨® la Copa para darle a Ra¨²l la titularidad, pero el capit¨¢n remat¨® una sola vez en 180 minutos de eliminatoria. Entre medias, Kak¨¢ perdi¨® su sitio. Recostado a la izquierda para dejar el carril central a Ra¨²l, el brasile?o no expres¨® lo mejor de su repertorio. Pellegrini naufrag¨® en la alineaci¨®n y tambi¨¦n en los cambios. Inm¨®vil en el banquillo en la segunda parte, s¨®lo ech¨® mano de Van der Vaart y al final de Marcelo, y prescindi¨® de Granero. La grada acab¨® pidiendo a gritos su dimisi¨®n.
Ra¨²l mostr¨® ayer su cara m¨¢s institucional. "En los proyectos nuevos es complicado que salga todo bien. Se necesita un tiempo de adaptaci¨®n. A lo mejor en el Madrid est¨¢ siendo demasiado largo. Pero nosotros tenemos que seguir confiando en el entrenador. En el partido sentimos much¨ªsima impotencia, fue un palo muy duro y una gran decepci¨®n. No tuvimos ni fluidez ni las ideas claras. Debemos ponernos las pilas", resumi¨® el delantero. "Lo que nos pasa", a?adi¨® a la vez Casillas, "es como un gui¨®n de Spielberg".
Para procurar que todos sus jugadores siguiesen confiando en ¨¦l, Pellegrini hizo algo que a Florentino P¨¦rez le irrita especialmente. Cambi¨® la alineaci¨®n que le hab¨ªa dado resultados en Liga y Champions. Pens¨® en administrar el grupo antes que en jugar. El Alcorc¨®n hizo lo contrario. Juan Antonio Anquela, el t¨¦cnico, dispuso a su equipo para pasar la ronda sin pensar en ma?ana. El resultado: 1-0 en la vuelta y 4-1 en el global. As¨ª de simples son los juegos.
Serrat inspira a Anquela
A Guardiola le sirvieron las im¨¢genes de Gladiator mezcladas con los goles del Bar?a y acompa?adas con las emocionantes notas del Nessun Dorma de Turandot para motivar a sus jugadores antes de la ¨²ltima final de Champions. Juan Antonio Anquela, t¨¦cnico del Alcorc¨®n, fue m¨¢s modesto en sus referencias. Antes de que sus jugadores saltaran al c¨¦sped del Bernab¨¦u y lograran su particular champions
ante el Madrid, el entrenador recurri¨® a una canci¨®n de Joan Manuel Serrat para dirigirse a sus jugadores. "Hoy puede ser un buen d¨ªa / plant¨¦atelo as¨ª / aprovecharlo o que pase de largo / depende un poco de ti...", tarare¨®. En lugar de apelar a la ¨¦pica se agarr¨® al af¨¢n de superaci¨®n y, sobre todo, quiso quitar hierro al partido m¨¢s importante de la historia de su equipo.
Dicen algunos de los que estuvieron en ese vestuario que el entrenador no lleg¨® a lanzarse a cantar, que se qued¨® en un canturreo, pero que los jugadores estaban tan nerviosos que cualquier cosa habr¨ªa servido para relajar el ambiente. Dicen tambi¨¦n que complet¨® la espera con un discurso t¨¢ctico como si fuera un partido cualquiera.
Precisamente el miedo esc¨¦nico, jugar en un estadio como el Bernab¨¦u ante 70.000 espectadores, era una de las mayores preocupaciones del equipo t¨¦cnico del Alcorc¨®n. A ese temor, que sufren muchos jugadores, incluso de Primera, se un¨ªa en este caso el torbellino medi¨¢tico en el que ha vivido el equipo en los ¨²ltimos d¨ªas. Demasiadas distracciones para preparar bien el partido.
Por eso en los d¨ªas previos al partido de Copa, adem¨¢s de los entrenadores, entr¨® en escena m¨¢s que nunca el psic¨®logo del equipo, el mexicano G¨²ber Garc¨ªa, que recurri¨® a t¨¦cnicas de visualizaci¨®n y relajaci¨®n. La idea era que los jugadores, la mayor¨ªa de ellos sin experiencia en Primera, llegaran a la gran cita lo m¨¢s tranquilos posible. Anquela puso su granito de arena. Y Serrat, todo un cul¨¦, tambi¨¦n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.