Leyendas y verdades de Isaac Alb¨¦niz
Una muestra recuerda la figura del compositor en el centenario de su muerte
?Qu¨¦ tienen en com¨²n el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, y C¨¦cilia Ciganer, la ex esposa del presidente de la Rep¨²blica Francesa? Pues nada menos que el bisabuelo: Isaac Alb¨¦niz (Girona, 1860-Aquitania, Francia, 1909), del que este a?o se cumplen 150 a?os de su nacimiento y el primer centenario de su muerte.
Con ese motivo, el bisnieto-regidor, que siempre ha llevado a gala su meloman¨ªa, inaugur¨® ayer una exposici¨®n de casi un centenar de piezas, avalada por el propio Ayuntamiento y por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), que invita a realizar un recorrido por la vida y la obra del m¨²sico y a reconocer a sus principales influencias y referentes.
All¨ª, en la magn¨ªfica Sala de B¨®vedas del Conde Duque, est¨¢ el piano del maestro, muchas de sus partituras, su correspondencia privada con su mujer (y alumna) Clara Sansoni, y muchos de los cuadros que le regalaron sus amigos pintores catalanes e impresionistas que conoci¨® en Par¨ªs, donde pas¨® realmente gran parte de su vida.
"No se apreci¨® su m¨²sica innovadora", dice el alcalde, bisnieto del pianista
Durante la inauguraci¨®n de la muestra, Ruiz-Gallard¨®n subray¨® que Alb¨¦niz destac¨® entre sus contempor¨¢neos por su inmensa creatividad, aunque en su momento "no se supo apreciar en toda su extensi¨®n todo lo de innovador que ten¨ªa su m¨²sica, al igual que ciertos aspectos de su apasionante vida personal y profesional habitaron en la penumbra".
Una cuesti¨®n que reaparec¨ªa en la introducci¨®n realizada por el comisario de la muestra, Justo Romero: "Alb¨¦niz ha sido el personaje peor conocido y m¨¢s err¨®neamente apreciado de la m¨²sica espa?ola". Y, de nuevo, en el documental que acompa?a la muestra: fotograf¨ªas y entrevistas visualizan los grandes trazos de su vida y desmitifican y desmienten muchas de las historias que le fueron atribuidas.
As¨ª, nos enteramos de la mal¨ªsima relaci¨®n que mantuvo con su padre, quien le matricul¨® en el conservatorio a los nueve a?os y le empuj¨® (quiz¨¢ demasiado) en su carrera musical: "No hay nada por lo que lamentarse", le escribi¨® Alb¨¦niz a su hermana al conocer la muerte de su padre.
Y descubrimos que nunca existi¨® ese ni?o que se subi¨® a un barco en C¨¢diz con destino a Buenos Aires y se pag¨® el pasaje haciendo de pianista, porque por aquel entonces no hab¨ªa barcos que realizaran ese trayecto, aunque a ¨¦l le gustara contar ¨¦sa y otras historias sobre su vida, reales o no.
Y as¨ª se desenmascaran las leyendas y se desvelan las verdades de alguien que, como todos los genios, vivi¨® adelantado a su tiempo. El mismo que cre¨® y aliment¨® el repertorio musical espa?ol, cuando todos los m¨²sicos de aquella ¨¦poca interpretaban a extranjeros.
Su car¨¢cter vividor, intr¨¦pido y viajero, contribuy¨® a enriquecer sus creaciones, que en muchos momentos resultaron, como ocurri¨® con sus ¨®peras, demasiado modernas para el p¨²blico de su ¨¦poca.
"Buena parte de sus invenciones tienen que ver con que era un hombre imbuido del esp¨ªritu rom¨¢ntico y, de otro lado, lo hac¨ªa como una forma de llamar la atenci¨®n sobre su propia obra", apunt¨® Ruiz-Gallard¨®n. Alb¨¦niz, aparece as¨ª como un creador integral, no s¨®lo como compositor de una obra maestra para piano (Iberia). En palabras de Justo Romero: "Como una ventana abierta de la Espa?a de la ¨¦poca a Europa y a la nueva m¨²sica, desde la emergente corriente preimpresionista a la gran creaci¨®n wagneriana y a la m¨²sica del futuro".
Alb¨¦niz. Leyendas y verdades estar¨¢ hasta el 31 de enero en la Sala de B¨®vedas del Conde Duque
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