La burguesa y el proletario
Si hay un tema que parece interesar sobremanera al cine actual es el del aburrimiento de la nueva burgues¨ªa, el del estercolero mental que invade a las familias de fachada impoluta, sonrisa amanerada, cuenta corriente solvente y sempiterna comodidad de puertas a fuera. Tanto que llega a parecer que la doble vida de sus integrantes, ya sea real o en potencia, est¨¢ m¨¢s extendida que la autenticidad del que vive en comuni¨®n sincera y razonable felicidad con sus consangu¨ªneos. Partir, nueva pel¨ªcula de la veterana directora francesa Catherine Corsini, abunda en la cuesti¨®n a trav¨¦s de la relaci¨®n extramatrimonial iniciada por una acomodada madre de familia y un obrero de la construcci¨®n que acude a la mansi¨®n familiar para hacer unos arreglos.
PARTIR
Direcci¨®n: Catherine Corsini.
Int¨¦rpretes: Kristin Scott Thomas, Sergi L¨®pez, Yvan Attal, Bernard Blancan, Aladin Reibel.
G¨¦nero: drama. Francia, 2009.
Duraci¨®n: 85 minutos.
M¨¢s all¨¢ del lugar com¨²n al que invita la trama, cercana al clich¨¦ del cine porno, Corsini consigue llevar su historia a un t¨¦rmino ciertamente estimable por dos razones. La primera, y m¨¢s importante, es el inmenso poder¨ªo de su protagonista femenina, esa Kristin Scott Thomas que un buen d¨ªa decidi¨® alejarse de los papeles banales en Hollywood para arriesgar con personajes que le permitieran desplegar su contenci¨®n (valga el ox¨ªmoron), al estilo de su portentosa interpretaci¨®n, tambi¨¦n en Francia, en la reciente Hace mucho que te quiero. Su trabajo en Partir, bien secundado por Sergi L¨®pez, definitivamente asentado en su sorprendente rol de sex symbol global, es de los que dicen mucho m¨¢s de lo que expresa el gui¨®n. Cada mirada de soslayo, cada arrebato, cada sonrisa congelada, cada desnudo, son de una naturalidad sobrecogedora.
Adem¨¢s, gracias a un interesante giro de gui¨®n, Corsini consigue dar la vuelta a lo que llevaba camino de ser un simple drama de corte er¨®tico y arrebatadas actitudes. As¨ª, en un interesante tercio final, coloca su tragedia al filo de la lucha de clases, intercambiando roles y desplegando con fuerza un brochazo de ¨¢cida cr¨ªtica social en unas criaturas que tienen poco de h¨¦roes, aunque tambi¨¦n poco de villanos. Son simples, y contradictorios, seres humanos.
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