Aprendiendo de L.A.
No es ning¨²n secreto que la ciudad de Los ?ngeles es insostenible por su dispersi¨®n y por su dependencia del coche. Pero no menos cierto es que tiene una infinita capacidad para reinventarse permanentemente y seguir siendo una de las ciudades m¨¢s atractivas del planeta. A L.A. siguen mud¨¢ndose cada a?o miles de personas porque a¨²n produce m¨¢s oportunidades por metro cuadrado que ning¨²n otro lugar.
Una estructura flexible de solares bien conectados que se pueden agrupar o desagrupar seg¨²n las necesidades le ha permitido producir de todo. En lo que eran naranjales despu¨¦s se han fabricado misiles y aviones. Donde se ha dise?ado moda y cosm¨¦tica ahora se crean tambi¨¦n videojuegos. La ciudad se ha ido orientando hacia sectores de alto valor a?adido, flexibles y rentables. El ambiente es propicio para la creatividad, y cuenta con el mejor departamento de marketing para vender con sus pel¨ªculas tendencias por todo el mundo. Los ?ngeles es una m¨¢quina perfecta de fabricar d¨®lares, y puestos de trabajo.
Pero Los ?ngeles es un gigantesco monstruo que no para de quemar gasolina, y se tiene que adaptar ahora a los verdes tiempos que corren. La batalla se centra fundamentalmente en disminuir el n¨²mero de viajes que se realizan en la ciudad. Los atascos y la contaminaci¨®n son una pesadilla. En el ¨¢rea metropolitana, que se compone de 5 condados y m¨¢s de 160 ayuntamientos, se mueven 15 millones de personas, casi todas en coche, generando 40 millones de desplazamientos diarios, tantos, por ejemplo, como en todo el pasado mes de agosto en las carreteras espa?olas.
Para conseguirlo, est¨¢ intentando disminuir el tr¨¢fico. En los ¨²ltimos a?os se han ido construyendo v¨ªas para veh¨ªculos con dos o m¨¢s pasajeros, que a partir de ahora podr¨¢n usar tambi¨¦n los veh¨ªculos con bajas emisiones de CO2. Tambi¨¦n se obliga a las empresas a tomar medidas para que los empleados compartan el coche para ir al trabajo. El transporte p¨²blico ha mejorado mucho. La red de autobuses se ha extendido notablemente. El metro, casi reci¨¦n nacido, tiene ya cinco l¨ªneas, este mes de noviembre se inaugura una nueva ampliaci¨®n, y en 2010 est¨¢ prevista la apertura del Expoline, un tren ligero al que acompa?a un parque lineal. Todas estas inversiones son prioritarias para el alcalde de Los ?ngeles, Antonio Villaraigosa, que busca fren¨¦ticamente los billones de d¨®lares necesarios para acelerar los proyectos en curso.
Pero estas ingentes inversiones se diluyen en un inmenso territorio inundado de coches. Para Martin Wachs, profesor de Planeamiento Urbano y Regional de la Universidad de California, estas mejoras ni siquiera llegan a contrarrestar el aumento de desplazamientos que generan los reci¨¦n llegados. Seg¨²n ¨¦l, la ¨²nica manera de que la situaci¨®n cambie es que sea mucho m¨¢s caro el coche que el transporte colectivo, gravando con m¨¢s impuestos la gasolina y los seguros de autom¨®vil o subiendo las tarifas de los aparcamientos, pero este tipo de pol¨ªticas tambi¨¦n son muy cuestionadas porque penalizan a los m¨¢s pobres, y no est¨¢n siendo aplicadas.
La otra manera de incidir sobre la movilidad es favoreciendo una vida local m¨¢s diversa, una estrategia que potenciar¨ªa una de las mayores riquezas que tiene Los ?ngeles, la vitalidad de sus miles de barrios. El Ayuntamiento acaba de actualizar el Bycicle Plan, que prev¨¦ la construcci¨®n de m¨¢s de 1.000 kil¨®metros de nuevos carriles para bicicletas. Y tambi¨¦n ha modificado las ordenanzas de los entornos de las estaciones de metro, para permitir la construcci¨®n de m¨¢s viviendas sobre las mismas parcelas y aumentar la densidad. Cuanto m¨¢s autosuficiente sea la vida local, menos desplazamientos en coche habr¨¢. Por otro lado, han aparecido nuevas urbanizaciones, como Playa Vista en el West Side, que, siguiendo las pautas del Nuevo Urbanismo, incluye servicios y espacios para trabajar. El resultado es bastante parecido a un Montecarmelo o un Sanchinarro, pero en versi¨®n californiana, algo impensable en Los ?ngeles hace tan s¨®lo unos a?os. Pero si bien cumplen con las premisas de ofrecer de todo a sus habitantes para que no tengan que desplazarse, son muy exclusivas y no favorecen la mezcla ni el intercambio.
Y precisamente, uno de los grandes retos de Los ?ngeles es mejorar la integraci¨®n entre sus miles de barrios que flotan desparramados entre sus autopistas urbanas. Las tensiones sociales generadas por la segregaci¨®n racial y las tremendas desigualdades no pueden ser obviadas por la galaxia urbana del sur de California. El proyecto de regeneraci¨®n del r¨ªo Los ?ngeles, promovido por asociaciones ciudadanas y apoyado ahora por la clase pol¨ªtica, quiere transformar lo que es ahora una rambla abandonada recubierta de hormig¨®n en un gran parque lineal, para enlazar su desembocadura en Long Beach con las monta?as de San Gabriel, conectando las comunidades que atraviesa.
Esta v¨ªa verde es de lo m¨¢s esperanzadora, porque favorece el desarrollo y la integraci¨®n de muchas comunidades. Al borde del Pac¨ªfico, la ciudad frontera entre Am¨¦rica y Asia tiene que apoyarse en la vitalidad de sus barrios para evolucionar hacia la sostenibilidad.
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