Casarse o abrasarse
En el entrem¨¦s de El viejo celoso Cervantes alude al dicho paulino (Corintios, I, 7:9) de que "es mejor casarse que abrasarse". Notable argumento, completamente inveros¨ªmil en los tiempos que corren. Y, sin embargo..., el ser humano no cambia nunca. Puede que las costumbres sexuales hayan variado de entonces ac¨¢, pero las sociales tan apenas lo han hecho y debajo de la sociedad siempre late la econom¨ªa. Hay uniones y uniones: algunas siguen estando de sorprendente actualidad. Yo no s¨¦ si el presidente es aficionado a San Pablo. No me extra?ar¨ªa, dada su acreditada afici¨®n a las cosas de Iglesia. El caso es que lo que est¨¢ pasando con Bancaixa y con la CAM parece de manual.
Resulta que la chica lleva a?os y¨¦ndose de juerga todos los fines de semana y se ha pasado un pel¨ªn: los habituales de los locales playeros cuentan y no acaban. Tiene la tripa llena de lo que parece una indigesti¨®n de ladrillos o algo peor y su tutor est¨¢ inquieto. Habr¨ªa que casarla cuanto antes. Pero, ?con qui¨¦n? El tutor conoce a un primo del sur, buen chico, pero un poco bala rasa. Anda con unas y con otras y no acaba de sentar la cabeza. Tambi¨¦n lleva lo suyo en eso de la marcha y tambi¨¦n est¨¢ lleno de una cosa que ahora llaman activos t¨®xicos, palabreja que parece ser una forma moderna de referirse a las purgaciones. El tutor, hombre religioso y pragm¨¢tico, cree que los trapos sucios hay que lavarlos en casa y que este problema s¨®lo puede resolverse en el interior de la familia casando cuanto antes a los dos primos marchosos. Desgraciadamente hay problemas. Por un lado, no est¨¢ claro que a partir de ahora vayan a portarse bien. Cuando uno se acostumbra al dinero f¨¢cil y a dilapidarlo alegremente, es muy dif¨ªcil dar marcha atr¨¢s. Pero, en fin, esto a¨²n tiene perd¨®n: en la sociedad tradicional lo que importa son las apariencias. Mucho peor es que los padres del chico se oponen a la boda. Dicen que si la futura pareja no se compromete a vivir en el pueblo del novio que ni hablar, que el tutor es muy dominante y siempre ha barrido para casa.
Un drama. A todo esto, nadie se acuerda de l@s antigu@s novi@s de la pareja, esos que les han acompa?ado en sus juergas, que les han prestado mucho dinero y que ahora est¨¢n entrampados hasta las cejas. Parece que tambi¨¦n tienen derecho a opinar. Como son j¨®venes, tampoco entienden por qu¨¦ uno s¨®lo puede casarse dentro de la familia. ?No dicen que eso trae malformaciones gen¨¦ticas y, en todo caso, aburrimiento? ?No ganar¨ªamos todos inyectando sangre nueva en venas gastadas? Nuestro pater familias, consciente de que se le acabar¨ªa el chollo, se ha mostrado tajante: o se casan con el/la prim@ o se van a un convento. Puro siglo XIX. Y as¨ª nos va.
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