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Una ruta por Suiza para admirar edificios que van en la direcci¨®n correcta
?Qu¨¦ es un museo del transporte? ?Cu¨¢l es la apariencia de su fachada? ?C¨®mo es la imagen de unas termas, de algo tan cotidiano como un edificio de oficinas o de una estaci¨®n de tren?
La arquitectura suiza se sale... de la tradici¨®n y, al mismo tiempo, por encima de todo est¨¢ la idea de conjunto. En Suiza, lo culturalmente emocionante se encuentra en que la arquitectura media es buena, incluso muy buena. ?ste es un recorrido de tres d¨ªas (en coche alquilado) por los edificios de uso p¨²blico m¨¢s interesantes de los ¨²ltimos a?os en tres ciudades y un pueblo: Lucerna, Basilea, Z¨²rich y Vals.
LUCERNA
Iniciamos el viaje en Lucerna, una peque?a ciudad de 57.000 habitantes al este del pa¨ªs. A pocos minutos del centro, caminando, se encuentra la ampliaci¨®n del Museo Suizo del Transporte, proyectado por los arquitectos suizos Annete Gigon y Mike Guyer. Hay ni?os por todas partes. El concepto de museo en este caso ha cambiado; ya no hay vitrinas ni paredes expositoras. Aqu¨ª no hay nada est¨¢tico; ahora todo se mueve, se toca, se juega, se monta, se pisa y, adem¨¢s, se exhibe. Se interact¨²a. El visitante ya no es un mero espectador. Si quiere puede ser el actor.
Las fachadas de la ampliaci¨®n son inmediatamente obvias e iconogr¨¢ficamente muy potentes. Rotundas e impregnantes. Se guardan en la retina. La m¨¢s llamativa es la piel-patchwork de se?ales que da la bienvenida al pabell¨®n dedicado al transporte por carretera. Un amasijo de acero que impresiona y que har¨ªa dudar hasta al m¨¢s experto conductor de qu¨¦ direcci¨®n tomar.
El revestimiento del pabell¨®n de acceso, frente al parque y al lago, tampoco se queda atr¨¢s: una gran vitrina transparente en la que se muestran ordenadamente suspendidas las distintas partes del interior de un coche: ruedas, llantas, turbinas, buj¨ªas o volantes. Seg¨²n los autores del proyecto, "se trata de un homenaje al elemento b¨¢sico del movimiento mec¨¢nico".
Espacialmente, lo m¨¢s interesante del museo es la gran plaza exterior/interior. Un patio de recreo en hora punta donde todo tipo de actividades llegan a simultanearse y superponerse: desde saltar en camas el¨¢sticas, montar en t¨¢ndem, patinete o bicicleta, hasta dirigir barcos el¨¦ctricos sobre el agua. El jaleo est¨¢ asegurado. Un buen lugar donde pasar una tarde con los ni?os. O sin ellos.
En la ciudad tambi¨¦n se encuentran otras obras importantes, como el Centro Cultural y de Congresos, proyectado por el arquitecto franc¨¦s Jean Nouvel, el mismo que ha levantado en Espa?a la torre Agbar en Barcelona y la ampliaci¨®n del Reina Sof¨ªa en Madrid. Se trata de nuevo de una gran cubierta (¨¦sta es anterior a la del museo madrile?o y resulta m¨¢s coherente) que enmarca el paisaje y acoge una plaza multitudinaria a orillas del lago de los Cuatro Cantones, sobre el que cruza el famoso puente de madera -Kapellbr¨¹cke- cubierto de flores. Tambi¨¦n tienen inter¨¦s los hoteles The Hotel, igualmente de Nouvel, buen ejemplo de rehabilitaci¨®n de un inmueble hist¨®rico, y el Astoria, edificio-embudo que juega con los reflejos, de los suizos Herzog & De Meuron.
Pero, sin duda, lo mejor de Lucerna es recorrerla, dar un paseo alrededor del lago, montarse en la noria y, mientras se come un algod¨®n de az¨²car, disfrutar de las vistas de la ciudad. Y una recomendaci¨®n final: el caf¨¦ Luz, junto al lago, un pabell¨®n de vidrio y madera por fuera y hormig¨®n por dentro donde tomarse una taza del mejor chocolate suizo.
BASILEA
Localizada en la intersecci¨®n entre tres pa¨ªses, Basilea es una ciudad que se caracteriza por su urbanismo fragmentado y heterog¨¦neo. Precisamente aqu¨ª se fund¨® en 1978 el mundialmente conocido estudio Herzog & De Meuron, ganadores del Premio Pritzker de arquitectura en 2001.
Ellos han dejado en su ciudad obras tan importantes como el Centro de Se?alizaci¨®n Auf dem Wolf, un edificio aislado que, como si de un animal viejo y cansado se tratase, se encuentra varado en las v¨ªas del tren y parece respirar entre las lamas o branquias de cobre que cubren su piel. De este estudio tambi¨¦n son: el estadio de f¨²tbol St. Jakob, un edificio enteramente de pl¨¢stico que da la espalda a la autopista; la Fundaci¨®n Schaulager, una construcci¨®n rugosa y voluminosa, como un tel¨®n de fondo que envuelve la ciudad y que llama la atenci¨®n por su escala desde la autopista (un contenedor que sirve de almac¨¦n de arte para coleccionistas, instituto de investigaci¨®n y museo p¨²blico); y el edificio comercial de vidrio Els?ssertor II, junto a la ampliada estaci¨®n de ferrocarril Basel SBB, remodelada en 2003 por los espa?oles Cruz y Ortiz. A pocos pasos de la estaci¨®n se encuentra la confiter¨ªa Frey, con sus buen¨ªsimas especialidades de pasteler¨ªa local.
Z?RICH
La mayor ciudad de Suiza y el motor financiero y centro cultural del pa¨ªs. Un dato curioso: ha sido premiada como la urbe con mayor calidad de vida en el mundo en 2006 y 2008. Situado en una antigua zona industrial, ahora llamada Technopark, sorprende el Puls 5, del estudio local KGP Kyncl Architekten, que es una antigua f¨¢brica de acero reconvertida en un edificio h¨ªbrido con oficinas en su per¨ªmetro, viviendas en la ¨²ltima planta, un centro comercial y un spa en su interior.
A pocos metros de aqu¨ª se encuentra la nueva tienda de la marca Freitag (del estudio suizo Spillmann Echsle). Coherentes con su filosof¨ªa de empresa y sus productos (bolsas y carteras de materiales reciclados), han levantado un minirrascacielos de acero de 26 metros hecho de contenedores reciclados y apilados. Una imagen muy poderosa.
Por ¨²ltimo, recomendar un paseo por las calles del centro, silenciosas, impolutas y llenas de contrastes. Entre edificio y edificio, vale la pena detenerse para comer en el restaurante italiano Santa Lucia (Marktgasse, 21) o cenar en el vegetariano Pot au Vert (Limmatquai, 142). De postre, el caf¨¦ Z?hringer (Z?hringerplatz, 11).
VALS
Dejando la Suiza cosmopolita y urbana atr¨¢s, entramos en el Cant¨®n de los Grisones, que suena a fin del mundo. Todo comienza a desaparecer, volvi¨¦ndose el paisaje cada vez m¨¢s silencioso y el tiempo m¨¢s lento. Atravesamos una carretera de monta?a que nos lleva al coraz¨®n de los Alpes. Es precisamente all¨ª, algo escondido, donde se encuentra Vals, un peque?o pueblo que pasar¨ªa inadvertido si no fuera por sus termas, obra del suizo Peter Zumthor, Premio Pritzker de arquitectura de este a?o. Se trata de un balneario de piedra tallado en el interior de la monta?a, un lugar donde sumergirse y dejar pasar el tiempo. Un espacio para los sentidos. Excepcional.
Una arquitectura de gruesos muros que albergan distintas salas de distintas dimensiones, con agua a distintas temperaturas, con distintos colores. Maravilloso. Y uno se pasa la tarde bailando, casi desnudo, entrando y saliendo del agua, descubriendo el lugar. Lo mejor, la piscina de fuera, tan especial que, una vez dentro, a 32 grados, con la niebla mostrando a ratos el paisaje y la nieve cayendo sobre la cabeza, se puede llegar a pensar, como dice Bioy Casares en La invenci¨®n de Morel, que "el mundo est¨¢ constituido exclusivamente por sensaciones".
? Gonzalo Pardo es arquitecto.
M¨¢s informaci¨®n en la Gu¨ªa de Suiza
GU?A
Visitas
? Museo del Transporte (www.verkehrshaus.ch). Lucerna. 18 euros; ni?os, 9,30.
? Fundaci¨®n Schaulager (www.schaulager.org). Basilea.
? Termas de Vals (www.therme-vals.ch). Vals.
Informaci¨®n
? Webs de turismo de Lucerna (www.luzern.org), Basilea (www.basel.com) y Z¨²rich (www.zuerich.com).
? Turismo de Suiza (www.misuiza.com; tel¨¦fono gratuito, 00 800 100 200 30).
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