La senadora raptada

Designada por el Grupo Socialista de las Cortes valencianas el pasado 15 de mayo como candidata al esca?o dejado vacante en el Senado por el eurodiputado Andr¨¦s Perell¨®, la secretaria de organizaci¨®n del PSOE Leire Paj¨ªn deber¨¢ aguardar al menos hasta febrero de 2010 para ser nombrada. El retraso no es culpa de la indolencia burocr¨¢tica, sino de una vengativa represalia tomada por el PP -con mayor¨ªa absoluta en la C¨¢mara- contra los socialistas por las cr¨ªticas a sus vinculaciones con la trama Correa (incluidos los trajes regalados al presidente de la Generalitat). Para reducir al PSOE al silencio, el PP valenciano le chantaje¨® sin ¨¦xito con la amenaza de hacer tragar a la candidata a senadora una cucharada sopera de aceite de ricino: Leire Paj¨ªn deber¨ªa acudir cubierta de ceniza al Parlamento para ser examinada de "valencianidad" antes de ser designada.

El PP de Valencia sigue aplazando en fraude de ley el nombramiento de Leire Paj¨ªn como senadora territorial

El Senado est¨¢ formado por 208 miembros elegidos directamente por los votantes y otros 51 designados por los Parlamentos auton¨®micos. Desde 1983 hasta ahora, la C¨¢mara valenciana hab¨ªa nombrado 22 senadores territoriales sin que a nadie se le pasara por la cabeza la idea de organizar ese humillante remedo de Jura de Santa Gadea, que ha dejado al Senado -Leire Paj¨ªn se ha negado a participar en la farsa- con un esca?o sin ocupar y al PSOE con un senador menos (raz¨®n de que perdiera una votaci¨®n por la m¨ªnima).

Los socialistas han recurrido ante el Constitucional contra la ins¨®lita cacicada. El cese de Ricardo Costa, fiel ejecutor hasta entonces de la estrategia de chantaje, ha proporcionado al nuevo portavoz Ricardo Blasco (un perro viejo en el oficio acostumbrado a mudar de piel y de collar: ha sido consejero con el socialista Lerma y con los populares Zaplana y Camps) la oportunidad de renunciar a la represalia, no sin cometer la mezquindad de retrasar la designaci¨®n de la senadora hasta el inicio del periodo de sesiones de febrero.

El rapto de Leire Paj¨ªn durante nueve meses ha elevado a un nivel delirante las trapacer¨ªas de los partidos para incumplir los mandatos constitucionales o legales sobre la designaci¨®n por sus grupos parlamentarios -en las Cortes y las C¨¢maras auton¨®micas- de los altos cargos o de los ¨®rganos colegiados. Las mayor¨ªas cualificadas exigidas en el Congreso y el Senado -tres quintos o dos tercios- se prestan al bloqueo indefinido promovido por los grupos minoritarios, como sucedi¨® durante la anterior legislatura con el Consejo General del Poder Judicial y ocurre en la presente con el Constitucional.

Pero la violaci¨®n de la legalidad cometida por el PP al aplazar la designaci¨®n de Leire Paj¨ªn como senadora muestra que la mayor¨ªa absoluta de un partido en los Parlamentos regionales unicamerales -obligados a aplicar criterios de proporcionalidad en funci¨®n de su composici¨®n interna para aprobar los nombramientos externos- puede tambi¨¦n ser utilizada con todo descaro para obstruir, desfigurar y falsear los mandatos constitucionales.