Canguros para beb¨¦s de un kilo

Llega Fatou con un ratoncito sobre su pecho. Y luego Ndiye, de 23 a?os, con otro peque?¨ªn, piel contra piel. Y despu¨¦s A?ssatou, guap¨ªsima, con un resplandeciente vestido rojo estampado con grandes flores, llevando a una criatura de diminutas manitas. Y finalmente, Nogaye, con otro min¨²sculo beb¨¦ entre su pecho y su colorista ropa de color azul el¨¦ctrico. Van pasando por el hospital municipal Abass Ndao y por el centro de salud Rey Balduino, ambos en Dakar, la populosa, desbaratada, pero seductora capital de Senegal.

Son todas madres con beb¨¦s prematuros. La ni?ita de Fatou se llama Mari¨¦tou, tiene 10 d¨ªas y pesa s¨®lo 1,100 kilos. La de Ndiye se llama Marie Gueye, tiene 15 d¨ªas y pesa 1,400 kilos. A?ssatou Ndiaye tiene 24 a?os y tres hijos; la ¨²ltima, Mb¨¦ne, es una peque?ina de un mes y cuatro d¨ªas y pesa 1,350 kilos. La hijita de Nogaye Gukou se llama Penda, tiene un mes y 17 d¨ªas y pesa solamente 1,150 kilos; la mam¨¢ ha cumplido 17 a?os.

Todas han pasado por la consulta del profesor Ousmane Ndiaye, jefe del servicio de Pediatr¨ªa del centro Abass Ndao, que decidi¨® aplicar hace 11 a?os el m¨¦todo Canguro, importado de Colombia, donde comenz¨® a emplearse en los a?os setenta para sacar adelante a los beb¨¦s prematuros, ante la falta de medios e incubadoras en el pa¨ªs para atender a tanta mam¨¢ angustiada.

El m¨¦todo es muy sencillo, se basa en lo que ide¨® la naturaleza para los marsupiales: los reci¨¦n nacidos completan su desarrollo fuera del ¨²tero, agarrados a las gl¨¢ndulas mamarias, protegidos del exterior en una bolsa; as¨ª, los minibeb¨¦s humanos han de estar en contacto con el cuerpo de la madre o del padre, en el pecho, la zona m¨¢s acogedora, las 24 horas del d¨ªa y de la noche, hasta que ganen peso. Se aplica a criaturitas que nacen con menos de dos kilos; y se sigue el m¨¦todo Canguro hasta que alcancen los tres kilos.

El doctor explica que ese contacto permanente con un cuerpo transmite calor, seguridad, confianza al beb¨¦; no se trata s¨®lo de la temperatura, sino tambi¨¦n de sentir tan ¨ªntimamente el latido del coraz¨®n y el ritmo de la respiraci¨®n; tratamiento natural que se completa con la lactancia materna. "Los progenitores les dan calor, energ¨ªa, afecto", explica el doctor, "y est¨¢ comprobado que crecen m¨¢s sanos, y psicol¨®gicamente m¨¢s equilibrados... Y sin gasto alguno". "En el proyecto piloto que realizamos tras mi regreso de Colombia, de los 112 ni?os a los que aplicamos el m¨¦todo entre 1998 y 2005, s¨®lo uno muri¨®". Ousmane present¨® el proyecto a Unicef, que ha decidido seguirlo, avalarlo y monitorizarlo desde el pasado enero. "Es pura naturaleza. Con unos resultados extraordinarios". De hecho, en pa¨ªses como Espa?a y Francia tambi¨¦n se est¨¢ extendiendo este sistema de incubadoras naturales. Naturaleza hasta cierto punto, porque, matiza Ousmane, "el programa incluye que la madre venga a consulta una vez a la semana; adem¨¢s, hacemos un seguimiento de la salud del ni?o hasta que cumpla cinco a?os".

Basta ver al rollizo Amadou, de dos a?os, que naci¨® con s¨®lo 900 gramos, para comprobar que el proyecto funciona. O al gordito Abdoul Aziz, que con cinco meses ya pesa 6,7 kilos, cuando naci¨® con menos de dos.

Todas las madres acuden confiadas y muy arregladas a la consulta en el hospital. Conseguimos reunir a siete de ellas para las sesiones con Isabel Mu?oz, que, hipnotizada con sus largos cuellos, enormes ojos, impecables vestidos, no duda en disparar miles de veces su c¨¢mara durante dos d¨ªas.

Cuando le preguntamos a Nogaye, que se cas¨® con s¨®lo 16 a?os, cu¨¢ntos hijos le gustar¨ªa tener, contesta sonriente: "No depende de m¨ª. Los que Dios decida". ?Es feliz, le falta algo? "Si encontrara un trabajo ser¨ªa m¨¢s feliz". ?Su sue?o? "Poder ayudar siempre a mis padres". ?La persona a la que m¨¢s admira? "Mi madre". ?Qu¨¦ mensaje enviar¨ªa desde El Pa¨ªs Semanal a los ni?os del mundo? "Me gustar¨ªa que tuvieran una vida larga para que ayuden a sus padres cuando sean mayores".