"Aqu¨ª todos los clubes ten¨ªan un socio polic¨ªa"
En Lugo, seg¨²n el colectivo Donas de N¨®s, se conoc¨ªan los casos de malos tratos a las prostitutas extranjeras y el v¨ªnculo de los burdeles con agentes que evitaban las redadas y arreglaban papeles
La que m¨¢s y la que menos sue?a con ser como Isa Hincapi¨¦, pero no todas las chicas que alquilan su cuerpo en Lugo taconean tan firme en la vida. Isa, ex trabajadora del club de alterne Colina, en Outeiro de Rei, ten¨ªa una nutrida cartera de clientes y hac¨ªa 24 pases al d¨ªa, en una jornada laboral de 12 horas. A 50 euros el servicio, enseguida pag¨® la deuda y cuando regres¨® a Colombia lo hizo con un capital nada despreciable. No se sabe si inspirada por la vista de la f¨¢brica de Larsa, que se levanta justo enfrente del burdel, en su pa¨ªs la prostituta abri¨® una cl¨ªnica veterinaria y compr¨® varios inmuebles.
"Ahora la cosa hab¨ªa cambiado", cuenta nost¨¢lgico un vecino de Outeiro que en dos d¨¦cadas de historia del Colina entabl¨® cierta complicidad con las chicas que fueron haciendo plaza en este prost¨ªbulo. Cuando de madrugada se quedaban puerta afuera, despu¨¦s de marchar con un cliente, ¨¦l las acog¨ªa y les ofrec¨ªa ducha y abrigo. Si llegaban con una herida, diciendo que el jefe les hab¨ªa zurrado, ¨¦l les brindaba su loci¨®n de aloe vera. La noche de la redada que concluy¨® con el precinto judicial del Queens, el Eros, el Volvoreta en Lugo y el Colina en Outeiro sufri¨® al verlas "casi sin ropa", toda la noche a la intemperie, porque "los 30 guardias civiles, que entraron a saco con mazas, no las dejaban moverse". La ¨²nica afortunada fue la cocinera. Se qued¨® sin trabajo, s¨ª, pero se libr¨® de la movida. "Los agentes llegaron a las diez y estuvieron registrando hasta las nueve de la ma?ana, pero ella se hab¨ªa ido a las nueve y media de la tarde".
Alguien ha entrado clandestinamente en el Colina y el Queens estos d¨ªas
"Para no dejarles marcas de las palizas usaban toallas mojadas"
"?ltimamente, la crisis se notaba, hab¨ªa noches de s¨®lo un pase o dos... Son chicas muy j¨®venes, de 18 a 30 a?os. Ahora eran casi todas brasile?as, mujeres guap¨ªsimas como no las hay aqu¨ª. Vienen ya divorciadas y tienen todas entre uno y cuatro hijos. Necesitan mandar dinero a casa. En el club, hasta que lo precintaron, les cobraban 12 euros diarios por el alojamiento y la comida, y luego a¨²n ten¨ªan que pagar a los que las trajeron".
La deuda, seg¨²n la antrop¨®loga Pilar Racamonde, que lleva desde 2003 investigando la realidad vital de las prostitutas colombianas en la provincia de Lugo, incluye "viaje, alojamiento inicial y papeles" y va "de 6.000 a 18.000 euros". Mientras no la pagan y no logran regularizar su situaci¨®n en Espa?a est¨¢n sometidas a la voluntad y a las vejaciones del encargado del club, que "no suele ser el propietario", porque el propietario es otro en la sombra o son varios socios.
Seg¨²n el colectivo lucense Donas de N¨®s, lo que sorprend¨ªa era que la mecha llevase tantos a?os encendida y la bomba nunca explotase. "Todos los que trabajamos por las prostitutas sab¨ªamos por ellas, pero no ten¨ªamos medios para demostrarlo, que en Lugo lo normal era que en los clubes se diesen los chantajes y los malos tratos, y que todos los negocios tuviesen un socio polic¨ªa o guardia civil, que aportaba capital y que adem¨¢s daba soplos y garantizaba el papeleo y la ausencia de inspecciones", denuncia Luz Outeiral, portavoz de esta coordinadora feminista. "Sab¨ªamos que, en concreto, en clubes que ahora est¨¢n precintados, para no dejarles marcas de las palizas y golpes a las chicas usaban toallas mojadas".
Ni la Guardia Civil ni el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa niegan estas acusaciones. "Se est¨¢ investigando", se limita a contestar un portavoz oficial del instituto armado. "No tenemos constancia", afirma otra voz autorizada desde la polic¨ªa, "en nuestro cuerpo no ha habido detenciones, lo cual no quiere decir que no las vaya a haber. Nunca se puede poner la mano en el fuego porque la naturaleza humana sabemos c¨®mo es".
Se cumplen hoy 30 d¨ªas desde que al fin estall¨® la bomba de la prostituci¨®n en Lugo con la Operaci¨®n Carioca. Un alias recurrente de la Guardia Civil, repetido en casos en los que hay brasile?os implicados, en esta ocasi¨®n brasile?as, que junto a las rumanas, seg¨²n Racamonde, representan hoy la nacionalidad m¨¢s abundante en los prost¨ªbulos. Con la meticulosa Pilar de Lara, titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1, de vacaciones (se march¨® el mi¨¦rcoles y tiene dos semanas libres), se espera una tregua en la operaci¨®n, pero el balance temporal es de 28 detenidos, de los cuales 14 han entrado en prisi¨®n provisional comunicada, 13 est¨¢n en libertad condicional y uno m¨¢s, el funcionario municipal en excedencia que es due?o de la finca y el inmueble del Queens, ha salido sin cargos.
La mayor¨ªa de los presos (due?os, encargados, otros responsables de los clubes y alguna compa?era de ¨¦stos) se encuentran recluidos en la penitenciar¨ªa de Bonxe, entre ellos tambi¨¦n el propietario del Volvoreta, el ex guardia civil Manuel Fern¨¢ndez. En el m¨®dulo para agentes del orden de Monterroso permanecen el primero que cay¨®, Armando Lorenzo, cabo de la Polic¨ªa Judicial de la Guardia Civil, y el inspector de la Polic¨ªa Local y ex jefe de la brigada nocturna Jos¨¦ Ram¨®n V¨¢zquez R¨ªo. S¨®lo una brasile?a fue trasladada al m¨®dulo de mujeres de Teixeiro despu¨¦s de que ella misma pidiese el alejamiento respecto de otros dos apresados.
Los agentes que investigan la trama han entrado en pisos, en clubes, el despacho de un abogado, la Comandancia de la Guardia Civil, la Comisar¨ªa de la Polic¨ªa Nacional y la Oficina de Extranjer¨ªa. M¨¢s all¨¢ del secreto del sumario se sabe que la jueza persigue un supuesto negocio que va de la inmigraci¨®n ilegal, los abusos y la extorsi¨®n con v¨ªdeos sexuales a la manipulaci¨®n de los expedientes de extranjer¨ªa y el narcotr¨¢fico. D¨ªas despu¨¦s de entrar en el Queens (con cuatro miembros en prisi¨®n), el Volvoreta (dos), el Eros (uno) y el Colina (dos), los agentes irrumpieron en el Liverpool de O Corgo y en el Eclipse de Ribadeo. Un responsable de este ¨²ltimo prost¨ªbulo tambi¨¦n ingres¨® en Bonxe.
Se dice que los agentes de Asuntos Internos de la Guardia Civil y la polic¨ªa que han venido de Madrid para investigar la trama seguir¨¢n trabajando en Lugo, ajenos a la hostilidad que han despertado entre los agentes gallegos, hasta diciembre. Todo comenz¨®, seg¨²n fuentes relacionadas con el caso, hace un a?o y dos meses por un soplo de dos guardias civiles que denunciaron que un compa?ero cabo ten¨ªa demasiadas prostitutas como testigos protegidas. Entonces empezaron a pincharse tel¨¦fonos (una pr¨¢ctica que, en los ¨²ltimos tiempos, en Lugo genera psicosis) y se descubri¨® el pastel. "Este caso no tiene defensa posible", reconoce uno de los abogados con clientes imputados, "se les ha ca¨ªdo medio c¨®digo penal encima". Sobre todo al cabo, al polic¨ªa local y al encargado del Queens (el rentable epicentro de esta mafia) Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Ad¨¢n. A las personas relacionadas con la trama la jueza les imputa una docena de delitos: inducci¨®n a la prostituci¨®n, agresi¨®n sexual, inmigraci¨®n ilegal, cohecho, falsedad documental, blanqueo de capitales, tenencia il¨ªcita de armas, revelaci¨®n de secretos, delitos contra el derecho de los trabajadores, contra la intimidad, contra la salud p¨²blica e inducci¨®n al aborto.
A trav¨¦s de los pinchazos se pudo saber que un conocido propietario de una empresa de excavaciones, Ricardo Lago, tambi¨¦n en prisi¨®n, era el m¨¢s interesado en interrumpir aquel embarazo. La que abort¨® fue una chica brasile?a, que de d¨ªa trabajaba de camarera y de noche hac¨ªa plaza en el Queens junto a otras cuarenta mujeres, en habitaciones de dos, tres y cuatro estrechas camas sin ning¨²n glamour. Los clientes habituales que se saben sin causas pendientes se van ahora a buscarlas al Luxor, en la carretera de Meira. Pero all¨ª las chicas, que hoy almuerzan unas extra?as gachas blancas con pan reseso, siguen sin querer contar. "Tremendo estafador", deja caer una cuando se le cita a Garc¨ªa Ad¨¢n.
El viernes de la semana pasada, los vecinos del Colina sintieron c¨®mo alguien reventaba la verja met¨¢lica y revolv¨ªa dentro. El martes de ¨¦sta, apareci¨® forzada y abierta la puerta del Queens. Parece que alguien busca algo que a¨²n no apareci¨®. Pero en aquel camino apartado de O Ceao las ¨²nicas que vieron qui¨¦n entr¨® son la hormigonera del club en plena ampliaci¨®n y las dos ovejas que pastan aburridas en el jard¨ªn.
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