La 'cumbre del hambre' reafirma un plan incumplido sin poner m¨¢s dinero
Los mandatarios de los pa¨ªses ricos, ausentes de la negociaci¨®n en Roma
"Hoy van a morir 17.000 ni?os en el mundo". Con este arranque directo, seco y contundente, inaugur¨® ayer el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, la cumbre mundial sobre la seguridad alimentaria ayer en Roma. La cita busca remedios para los mil millones de personas -un sexto de la poblaci¨®n mundial- que pasa hambre.
En la diana de los discursos que abrieron la cumbre est¨¢n las naciones ricas, "justo aquellas que podr¨ªan cambiar las cosas" -como dijo el director general de la FAO, Jacques Diouf- y cuyos l¨ªderes han desertado de la cita romana. Ni un jefe de Gobierno de los pa¨ªses miembros del G-8 est¨¢ presente en la capital italiana, salvo Silvio Berlusconi, que, si no estuviera en Roma, deber¨ªa acudir a Mil¨¢n, donde hoy se abre un juicio en su contra.
"La Tierra puede alimentarnos a todos", afirma el Papa
Aun as¨ª, los 60 jefes de Estado y representantes de alto nivel reunidos en la sede de la Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO, por sus siglas en ingl¨¦s) adoptaron ayer por la tarde el documento que servir¨¢ de eje a los trabajos. Son apenas siete folios que renuevan el Objetivo del Milenio de reducir a la mitad el n¨²mero de las personas que pasan hambre antes de 2015. Una apelaci¨®n que corre el serio riesgo de ser s¨®lo papel mojado: en el documento no hay ni sombra de nuevas financiaciones e inversiones. S¨®lo se anima a los pa¨ªses del G-8 a "respetar plenamente la palabra dada en L'Aquila", cuando decidieron destinar 22.000 millones de euros en tres a?os.
El alcalde de Roma, el derechista Gianni Alemanno, subray¨®: "El documento es una desilusi¨®n, ya que no da indicaciones concretas sobre c¨®mo alcanzar el Objetivo y tampoco pone a disposici¨®n recursos adecuados". "Los pa¨ªses ricos tienen que hacer m¨¢s", declar¨® el presidente de la Rep¨²blica italiana, Giorgio Napolitano.
Tambi¨¦n acudi¨® el Papa. "Basta de opulencia y despilfarros. Basta de la explotaci¨®n de los pa¨ªses m¨¢s pobres", ha dicho. "La Tierra puede alimentarnos a todos. Es despreciable la pr¨¢ctica de destruir alimentos por fines comerciales: la comida no se puede considerar como una mercanc¨ªa", ha subrayado, poniendo en evidencia que "la malnutrici¨®n y el hambre no dependen del crecimiento demogr¨¢fico, sino de los mecanismos de distribuci¨®n".
A pocos kil¨®metros de distancia del palacio de la FAO, le hace eco, con diferencias, el Foro Civil para la Soberan¨ªa Alimentaria: 480 delegados de todo el mundo, representantes de organizaciones de campesinos, ganaderos, pescadores, mujeres, ONG, asociaciones ambientalistas y de derechos humanos. Para Antonio Onorati, uno de los organizadores del Foro, "no es importante que los grandes no est¨¦n presentes para decidir". "Ellos manejan los hilos de la alimentaci¨®n mundial desde siempre, y mira lo que han hecho. Las cosas han ido empeorando. Lo malo es que ni siquiera hayan venido a asumir sus responsabilidades".
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