"Vuelven a toda m¨¢quina"
Las familias gallegas esperan impacientes a los suyos
Con un tel¨¦fono en cada mano y sin apenas quitarles el ojo de encima, la esposa del marinero Pablo Costas atend¨ªa ayer a los medios de comunicaci¨®n arremolinados junto a su casa de Gondomar (Pontevedra). Las manos temblorosas de Silvia Alb¨¦s, que ha ejercido de portavoz de las familias a lo largo del secuestro del Alakrana, revelaban la inquietud por hablar con su marido tras recibir la confirmaci¨®n del Gobierno -fue Juan Carlos Mart¨ªn Fragueiro, secretario general del Mar quien llam¨® a las familias- de la liberaci¨®n del barco. Los primeros indicios del fin del conflicto le llegaban, sin embargo, a trav¨¦s de los medios.
"Toca la vuelta a casa", declar¨®. Un camino de regreso que realizan ya "a toda m¨¢quina", seg¨²n le coment¨® su marido en una breve conversaci¨®n a media tarde de ayer. "Creo que llegar¨¢n a Puerto Victoria (capital de Seychelles) el viernes por la ma?ana, pero ¨¦stos son ya c¨¢lculos de ama de casa", dec¨ªa sin apenas contener la sonrisa y con muchos nervios a¨²n encima. "Tenemos muchas ganas de vernos", confesaba emocionada y sin conocer con exactitud cu¨¢ndo aterrizar¨¢n en suelo gallego.
La sensaci¨®n de alivio recorri¨® en la ma?ana de ayer la costa oeste gallega, desde el Val Mi?or hasta el Barbanza. Al filo de las 13.30, a¨²n estaban los familiares de los ocho marinos gallegos pendientes de confirmaci¨®n y a la espera de la comparecencia del presidente, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. En Nigr¨¢n, Bel¨¦n Costas confesaba su satisfacci¨®n por la buena nueva de la que apenas ten¨ªa detalles. "Sabemos que los liberaron, poco m¨¢s", dec¨ªa. El Alakrana estaba "de vuelta a casa escoltado por helic¨®pteros". Ahora, relataba, "ya nos pod¨¦is dar la enhorabuena". A la espera de recibir la llamada m¨¢s deseada, la de su marido Joaqu¨ªn Fern¨¢ndez ?lvarez, ped¨ªa a los medios de comunicaci¨®n que dejaran la l¨ªnea telef¨®nica libre. "Nos est¨¢n llamando todo el rato y tienen saturadas las l¨ªneas, no pueden llamar" desde el barco, explicaba.
La discreci¨®n de las familias presidi¨® las ¨²ltimas horas del cautiverio. "Hasta que nos lo confirmaron oficialmente no se pod¨ªa decir nada", se?alaron. De hecho, la hija del patr¨®n, Cristina Blach, explic¨® que sab¨ªan que "las cosas iban bien" desde hace d¨ªas y esperaban ya un pronto desenlace. Fue su padre quien les confes¨® que los tripulantes se encontraban "aliviados" y "cansados", seg¨²n Europa Press. No obstante, el fin del secuestro no pone fin al problema de inseguridad en el ?ndico. Blach ped¨ªa ayer que se tomen medidas para que "esto no vuelva a pasar" y los pescadores puedan faenar sin riesgos a?adidos.
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