El viaje oriental de Robert Lepage pasa por Espa?a
El Festival de Oto?o acoge lo nuevo del director y escen¨®grafo canadiense
"Las nuevas tecnolog¨ªas deben servir para encontrar nuevas palabras, un nuevo vocabulario, colores, formas con las que dar otra vida a las propuestas, de manera que se pueda hablar de un modo diferente, entrar en un personaje por una puerta distinta", afirma el director, escen¨®grafo, autor dram¨¢tico, actor y realizador canadiense Robert Lepage (Quebec, 1957). Desde luego, sabe de lo que habla. Gigante de la dramaturgia, es tambi¨¦n un impenitente introductor de transgresoras t¨¦cnicas en el arte esc¨¦nico. Y acaso el gran nombre de este Festival de Oto?o madrile?o.
Aterriza Lepage con The blue dragon (El drag¨®n azul), una suerte de afluente de ese maravilloso caudal esc¨¦nico que fue La trilog¨ªa de los dragones. Una obra madre, creada hace 23 a?os, a la que confluyen lenguaje cinematogr¨¢fico, danza, efectos sonoros, canto l¨ªrico, v¨ªdeo y un completo arsenal multimedia con el que envolver al espectador en un viaje oriental elaborado al detalle.
Se trata de una pieza de unas dos horas (no, no es uno de sus c¨¦lebres montajes de 9 o 10 horas), vers¨¢til y po¨¦tica, que la cr¨ªtica ha descrito como "ingeniosa e intensamente visual". Y no debe verse, avisa, como un ep¨ªlogo de la trilog¨ªa, sino, echando mano del s¨ªmil televisivo, como un spin-off: Lepage vuelve la vista sobre uno de los personajes de su obra y se pregunta qu¨¦ ha sido de ¨¦l. "Cre¨¦ a Pierre Lamontagne hace 25 a?os", recuerda. "Y su peripecia me sirve a modo de reflexi¨®n sobre mi propia trayectoria, mi impresi¨®n de China, que ha cambiado mucho. Es el deseo de revisitar el personaje, ver d¨®nde ¨¦l y China han ido a parar hoy". Para ello, Lepage recurre, como es habitual, "a la ¨²nica fuente inagotable que el teatro posee: la inteligencia del espectador". Adem¨¢s ha contado para la ocasi¨®n con algunos de sus habituales, como Marie Michaud, coautora, que tambi¨¦n particip¨® en la trilog¨ªa y es miembro de un reparto que completan el actor Henri Chass¨¦ y la bailarina y core¨®grafa Tai Wei Foo.
Lepage se dio a conocer internacionalmente en 1986 con la trilog¨ªa, y aquel montaje funciona como una s¨ªntesis de su universo esc¨¦nico, as¨ª como de comentario sobre la velocidad de cambio del gigante chino. "El drag¨®n azul habla de contexto sociopol¨ªtico y econ¨®mico. En la China actual, nuestros personajes se reencuentran y se enfrentan cada uno con su propio bagaje", se?ala el director y fundador de Ex Machina, una compa?¨ªa multidisciplinar sin ¨¢nimo de lucro que levant¨® en 1994 para agrupar a actores, escritores, escen¨®grafos, cantantes de ¨®pera, titiriteros, dise?adores gr¨¢ficos, productores de cine, contorsionistas y m¨²sicos.
"Cada vez trabajo menos sin Ex Machina porque alrededor hay un ej¨¦rcito de alto nivel que colabora y sin ellos funciono menos bien... A veces dir¨ªa que bastante mal", se?ala. Sus intereses han derivado desde hace alg¨²n tiempo por derroteros oper¨ªsticos. Su af¨¢n es convertir el medio en un "lugar m¨¢s popular, m¨¢s familiar, m¨¢s accesible. El teatro tiene mucho que aprender de la ¨®pera".
Su querencia por nuestro pa¨ªs es obvia. "Hay algo com¨²n entre la cultura espa?ola y la quebequesa. Cambiamos a la misma velocidad, y m¨¢s o menos al mismo tiempo, en t¨¦rminos de valores sociales, ya sea el aborto, los derechos de los homosexuales... Son sociedades que han sufrido un cierto retraso y al mismo tiempo tuvimos una especie de movida que a¨²n no ha terminado. Las dos culturas son secretos a¨²n bien guardados y que lentamente se est¨¢n dando a conocer al extranjero. Por eso a la gente le gusta el cine espa?ol, el teatro, la cultura en general y el idioma no es una barrera, la gente se reconoce en la energ¨ªa, los valores, la moral". Esta reflexi¨®n entronca con su consideraci¨®n de que el aspecto local es importante: "No hago un teatro internacionalista, espero que en cada lugar sea universal, en el sentido que son cosas pr¨®ximas a m¨ª, yo trato de pintar, describir la vida como la veo, como la siento, yo no teorizo, no tengo grandes cosas que decir, hablo de cosas peque?as, locales".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.